jueves, 31 de julio de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Julio 2008
Crisis y oportunidad

La estanflación amenaza  al mundo desarrollado y se extiende sobre los márgenes y flecos del planeta.
América Latina no es ni será inmune a los efectos de la crisis. Tampoco a las posibilidades que ella misma plantea.
Los excedentes financieros (como siempre muy abundantes) saltan de commodity en commodity. Se reparten entre la soja, el maíz el trigo, el petróleo, el oro, el cobre… Toman ganancia en uno, rebotan en el otro. Sobrevuelan sobre acciones y bonos de fondos soberanos. Como dijera el presidente Bush ante un indiscreto teléfono celular: “Wall Street está borracha”.
Méjico, Colombia, Costa Rica, Perú, Brasil, Uruguay y Chile se disputan inversiones que buscan nuevos horizontes cuando, con facilidad, se descartan mercados sumidos en la inseguridad jurídica, la inestabilidad política y la crisis económica.
Nuestra región avanza. El acuerdo entre Perú, Colombia y Brasil (ver artículo Carolina Barros) cerca definitivamente a las FARC (Venezuela ya abandonó también el barco) y el nuevo Consejo de Defensa del Cono Sur (liderado por Brasil) es el punto de partida de una estrategia regional que controlará las amenazas del narco terrorismo en toda la región. Ese mismo Consejo debe ampliarse para incluir la defensa medioambiental, los programas alimentarios para derrotar el hambre y los programas sanitarios para combatir las pandemias humanas, vegetales y animales.
Sin peligro de holocausto nuclear y terrorismo fundamentalista, con soberanía colectiva efectiva sobre sus principales recursos humanos y naturales, con progreso social y estabilidad institucional, nuestro subcontinente se posiciona como un emergente viable en el nuevo escenario mundial de la segunda década del siglo XXI. En el 2010 se cumplirán los 200 años de la independencia regional. Un ciclo de crecimiento espectacular se abre justicieramente sobre 400 millones de personas que habían sufrido marginación y frustración (con la excepción de sus elites que muchas veces profundizaron ese camino).
Fernando Enrique Cardoso, José Ignacio Lula da Silva, Ricardo Lagos, Julio Sanguinetti, Alberto Lacalle Herrera, Tabaré Vázquez, Alejandro Toledo, Alan García, Álvaro Uribe y Vicente Fox ya tienen grabados en letra molde sus nombres en el panteón de los “Padres de la Patria Grande” soñada y frustrada reiteradamente durante 200 años.
Los nombres de la pequeñez, la mezquindad y la locura serán olvidados aunque hayan intentado objetivos grandilocuentes como el de alcanzar “la….Potencia”, el “Socialismo del Siglo XXI”, ingresar al “Primer Mundo” u otras mitomanías que se desmoronaron (o se desmoronarán) como castillos de naipes.
Ha llegado el turno para la latinidad americana. Desde Québec en Canadá hasta los cubano-mejicanos-salvadoreños y puertorriqueños en EE.UU., los indo y afro americanos y los descendientes de europeos y medio orientales que llegaron a Norte y Sudamérica huyendo de las hambrunas y las persecuciones al principio del siglo XX.
Nos llevó 200 años de maduración política y 100 años de maduración étnica y cultural para alcanzar las condiciones del progreso económico que hoy se nos abren a la vuelta de la esquina.
Cuba, Nicaragua, Guatemala, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Argentina deberán sumarse al rumbo abierto por el pelotón más lúcido. Eso pasará casi sin excepciones en el curso de la década que viene.
América será una, libre y próspera. Se habrá cumplido así su destino abierto en 1492 cuando Colón creyó haber llegado a Cipango  y, poco después, un cartógrafo italiano – Américo Vespucio – nos diera su nombre para que se nos identificara en el mundo.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO