jueves, 30 de abril de 2009

Boletín Internacional Informativo - PRO

Abril 2009 
Los 100 días

            No hubo batalla de Waterloo ni tenemos un Wellington ganador ni un Napoleón derrotado. Los famosos “100 días” fueron el lapso transcurrido entre la entrada de Napoleón a París después de su fuga de la Isla de Elba y el definitivo fin de su sueño imperial el domingo 18 de junio de 1815.
           
             El aquí y ahora es el lapso de tiempo transcurrido desde el 29 de enero próximo pasado, fecha de la asunción de Barack Obama como 44º presidente de los Estados Unidos de América.
           
             Mucha agua ha pasado por el molino: un programa de un trillón de dólares entre medidas de estímulo a la economía y rebajas de impuestos y otro tanto aportados en sus respectivas economías por China, Japón, la Unión Europea, Rusia y Brasil.
           
              Por otro lado, se lanzó una “campaña de encantamiento” político y mediático:
1) Basta de Guantánamo y torturas;
2) Hablemos con todos y con agendas abiertas, incluyendo a Cuba, Venezuela e Irán;
3) Fin del  “Consenso de Washington” y el neoliberalismo salvaje; 
4) Revaloricemos el rol del Estado 
5) Flexibilicemos al FMI para que asista a los países emergentes.
6) Ampliemos el G-7  desde el G-20
           
               Mucho para sólo 3 meses; poco en cuanto a resultados concretos: las bolsas siguen desconfiadas, el crédito no aparece y las automotrices siguen al borde de la bancarrota.
            Krugman, Stiglitz, Samuelson y Roubini coinciden en que no habrá reactivación antes del 2011.
           
            Pedirle más a estos 100 días sería ridículo y si hubieran sido menos exitosos nos hubiéramos sumergido en una depresión - anímica y económica – de gran profundidad. No podremos evitar que todo lo perturbante – atentados en Irak o la fiebre porcina – siga impactando negativa y diariamente en los mercados.
           
             El verdadero análisis de esta nueva fase de la historia la podremos hacer al finalizar los 1000 días (3 años) que nos demostrarán el verdadero impacto de octubre del 2008 y sus consecuencias planetarias.

            Lo más destacable es que se ha instalado una razonable esperanza en el futuro y que el Presidente Obama es la encarnación personal  de esa expectativa positiva.
            Desde los franceses a los mejicanos – ambos muy renuentes a reconocer el “modelo norteamericano” hoy se han rendido ante el charme y la candidez del líder norteamericano. Hasta Chávez le ha dicho “quiero ser tu amigo” y el eje Obama – Lula – “el presidente más popular del mundo” – está funcionando a pleno para las cuestiones hemisféricas.
           
            En Sudamérica seguimos zigzagueando entre recetas populistas e institucionales y, en buena medida, los próximos 3 años serán decisivos para que se consolide el nuevo rumbo (el institucional) o sigamos navegando en el pasado.
            En la Argentina, se vislumbra el fin del “ciclo K” y la búsqueda de una recomposición de radicales y peronistas después de 10 años de descomposición de los partidos tradicionales y la incapacidad de las fuerzas emergentes para sustituirlos y liderar el futuro. Si el Radicalismo y el Peronismo pueden superarse a sí mismos, bingo; sino, volveremos al remanido diálogo de sordos que tantos disgustos nos diera en el pasado.
           
            Los 100 días son válidos para todos, no sólo para Obama. También para nosotros y nuestros próximos y críticos 100 días para terminar el 1er semestre del año. Ojala no nos equivoquemos.

Diego R  Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO