lunes, 27 de diciembre de 2010

Construyamos el Partido-31 (27-12-10)

Lanzamiento de la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde

El pasado 20 de diciembre, el ex–presidente Eduardo Duhalde lanzó su pre–candidatura presidencial por el llamado Peronismo Federal.
Otros, con menos chance, y desde el mismo espacio, aspiran a lo mismo aunque todavía no lo han formalizado.
Eduardo Duhalde fue todo lo que puede aspirar un político. Concejal, Intendente, Diputado, Senador, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Vice-presidente  y Presidente de la Nación. Fue también el fundador de la UNASUR y el Secretario Ejecutivo del Mercosur. Semejante trayectoria no es casual y expresa un largo camino recorrido donde el sentido común, la ponderación y una amplia visión de la crisis que atraviesa la Argentina durante los últimos 50 años. Alguien que ha sobrevivido a las últimas 2 dictaduras militares (1966-1973 y 1976-1983). A los enfrentamientos entre la extrema izquierda y la extrema derecha de los 70’s, la transición política en los 80’s, la década menemista de los 90’s, la crisis del 2001-2002 (que lo tuvo como principal protagonista) y el octanato kirchnerista, es, en sí mismo, una suerte de “milagro argentino”.
Por supuesto, no son pocos los que piensan que el ex presidente tiene los dos pies puestos en el pasado (horrible para unos, muy positivo para otros).
La opinión pública mayoritaria tiende a identificar a Eduardo Duhalde con Mauricio Macri, entendiendo la complementariedad generacional, programática e ideológica entre ambos referentes.
El oficialismo kirchnerista tiende a asociarlos por “lo negativo”, acusándolos, absurdamente, de golpistas, ultra-derechistas y profetas de la represión social.
El resultado es que, por diversos motivos, ambos aparecen como los grandes candidatos para unificar un electorado que hoy carece de representación organizada.
El primer paso a alcanzar es formalizar el objetivo común de presentarse bajo una sola candidatura en octubre del 2011.
Para concretarlo, ambos deben fortalecer sus respectivas estructuras políticas nacionales y consensuar o dirimir en elecciones internas quién de los dos (o, eventualmente, los dos en la misma fórmula) deberán representar a quienes desde el Peronismo y fuera de él piensan y sueñan cosas similares.
El Kirchnerismo, más allá de su verano de “prestigiosa viudez”, está agotado.
La sociedad argentina quiere un nuevo esquema equilibrado entre una centro-izquierda y una centro–derecha democráticas, respetuosas de la ley y capaces de acordar políticas de estado tal como lo vienen haciendo en Brasil, Chile y Uruguay.
Están las propuestas y los líderes que representan ambos espectros y, más allá que se quiera disfrazar las diferencias ideológicas, éstas existen y es lógico y positivo que así sea.
El nuevo elemento es que, ambos, saben que tendrán que obedecer un claro mandato de la ciudadanía para alcanzar acuerdos que nos permitan canalizar las energías en la resolución de los problemas pendientes.
Hoy, como nunca, la idea de un “gobierno de Unidad Nacional” donde la oposición controle la ejecución de los puntos acordados en común y el ganador ejerza una presidencia por encima de los partidismos sectarios, es un consenso del 90% de los argentinos.
Cardozo y Lula en Brasil, Sanguinetti, Lacalle, Vázquez y Mujica en Uruguay, Alwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera en Chile, todos y cada uno de ellos nos han enseñado cómo se puede gobernar en coalición con absoluto respeto y participación de las minorías.
Nuestros aliados y amigos en el mundo, que son afortunadamente muchos en Oriente y Occidente, esperan que seamos un actor importante en Naciones Unidas (presidimos el Grupo de los 77), en el Grupo de los 20, en UNASUR y Mercosur, en el Tratado Antártico, en el Club Nuclear, en cuestiones medioambientales y en todos los foros bilaterales y multilaterales donde hemos aportado mucho a la convivencia y a la gobernabilidad planetaria.
Duhalde y Macri (el PRO y el Peronismo Federal), por un lado, y Alfonsín y Binner (la UCR y el Socialismo) por el otro, tienen una responsabilidad central para hacer posibles estos objetivos.
Espero que no nos defrauden.
Que el año 2011 nos encuentre unidos en la diversidad y listas para contribuir en paz a nuestro desarrollo con justicia social.
Que Dios nos ilumine a todos.

Diego R. Guelar

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Construyamos el partido-30 (22.12.10)

Álvaro Uribe de visita en Buenos Aires

El pasado 15 de diciembre el ex - presidente de Colombia, Álvaro Uribe, visitó Buenos Aires. Fue declarado “visitante ilustre” por la ciudad de Buenos Aires y Mauricio Macri lo invitó a dar una charla para los jóvenes en el “Salón Dorado” del Palacio Municipal.
Si bien, tal como la mayoría de los dirigentes de centro-derecha, propuso “superar la dicotomía entre derechas e izquierdas”, recurrió a un interesante giro para autodescribirse: se refirió a sí mismo como un “combatiente”, exhortando a los más jóvenes a “renovar el camino del combate para defender causas justas como la democracia, la justicia y el desarrollo”.
La “militancia” y el “combate” fueron consignas centrales de los setentas. Allí se gestaron como instrumentos de una actitud que buscaba, ingenuamente, cambiar el mundo de la “Guerra Fría” y la “Realpolitik” por una visión más humana que identificaba a Cristo con Marx y al Che Guevara con el cura Camilo Torres. Así se fundían izquierdas y derechas, la cruz y la espada con la oz y el martillo en una suerte de “nueva cruzada”.
El fanatismo, el ideologismo y su utilización por parte de la URSS arrasó con el intento. Los soviéticos perdieron la 3ª Guerra Mundial.
Pasaron 40 años y el setentismo es y debe ser historia. Ni más ni menos que eso. Los grandes cambios del inicio del siglo los protagonizaron setentistas: Uribe, Lula, Mandela, Cardozo, Lagos, Mujia, Clinton, Aznar y González, quienes hicieron un largo camino entre la juventud y la madurez para reprocesar sus  ideologías originarias – fueran de izquierda o derecha – y lograr superarlas.
Pero superarlas no es cortarles sus raíces ni negar la historia. Por el contrario, fue encontrar en ellas los secretos que frustraban los ideales doctrinarios oponiéndolos a realidades conducentes. 
Es la eterna pregunta del “¿qué hacer?” que obsesionó y obsesiona a todos los que encaran el desafío de las grandes realizaciones. La crisis de las ideologías dominantes en el siglo XX – Comunismo y Capitalismo – ha abierto la puerta a los que se definen por la “no-respuesta” como forma de encarar los desafíos contemporáneos. Usan como argumento las nuevas técnicas de comunicación de masas y los medios electrónicos o “redes sociales” que facilitan la interacción y la generación de un permanente y universal “reality show” que permite “comunicar todo sin comunicar nada”.
Igual que “la tecnología” permite bajar de la ciencia pura a la ciencia aplicada y de ésta a su utilización cotidiana, la “militancia” es el procedimiento que habilita a las ideas más profundas y complejas de la filosofía, la política y la economía para traducirlas en propuestas concretas adaptadas a la realidad de cada cultura, pueblo y región con más las condiciones específicas de tiempo y espacio.
Así lo hicieron las “logias” y “generaciones” del siglo XIX y los sindicatos y partidos del siglo XX y hoy estamos en plena transición de estas formas organizativas hacia otras o las mismas renovadas.
Álvaro Uribe vino a proponernos la ratificación generacional del mismo combate con otras armas pero con el mismo espíritu, energía y vocación de justicia que animó a nuestros predecesores que construyeron el mundo desde sus mismos orígenes.
Es así como incorporar las mejores técnicas innovativas debe ser concretado, porque nos ayuda a llegar con un mensaje que sólo será realidad si es incorporado como propio por cientos de miles de ciudadanos que hoy buscan, vía internet, una posibilidad de mayor participación política.
Juan Carr, líder de la mayor ONG social del país, afirmó que estamos, como nunca, al borde de derrotar el hambre y/o la desnutrición en Argentina. Plantea que “sólo” 1.700.000 argentinos lo padecen  pero, considerando que somos 40 millones y producimos alimentos  para 400, ese 7% de la población debería ser abastecido en el corto plazo.
Para resolver este tema debería sobrar con un buen programa de gestión (como el “hambre cero” de Lula) pero, sin mandato moral, ético e ideológico, ese vacío lo cubren los pornográficos índices de corrupción que sustituyen a la eficiencia y destruyen al Estado. Lo mismo ocurre con la educación  y la salud, donde, entre presupuestos no ejecutados y “desvíos” a proveedores, se encuentran recursos más que suficientes para resolver TODOS los problemas graves.
El ex – presidente Uribe ha confesado en múltiples ocasiones que asume el riesgo cotidiano de ser asesinado como “vendetta” por los enemigos a los que tanto dañó les causó. Viene enfrentando ese riesgo desde el mismo momento que viera morir asesinado a su padre – como él, Gobernador de Antioquía – hace más de 30 años.
Obama está dando su batalla para sacar las tropas de Iraq, reformar el sistema de salud y el financiero y cerrar Guantánamo, no le es fácil ni barato; Lula ha logrado terminar con la pobreza extrema y lucha por posicionar a Brasil entre las 5 mayores economías del mundo; Piñera sueña con dejar 100 por ciento reconstruido Chile para el final de su mandato; Cameron enfrenta el mayor ajuste de la economía inglesa en su historia. El Premier indio Manmohan Singh, aspira a competir de igual a igual con el gigante chino.
Ninguno de ellos es un “pragmático a-ideológico”. Ninguno de ellos tampoco es un izquierdista o un derechista dogmático.
Todos ellos han desarrollado un pensamiento ligado a la historia concreta de sus países con profundos lazos intelectuales a corrientes globales y, sobre todo, han creado estructuras partidarias o han aggiornado las ya existentes.
Álvaro Uribe fundó durante su primer mandato “El Partido de la U” y, con esa nueva estructura fue elegido él y luego el actual Presidente Santos.
La centro-derecha colombiana tendrá por muchos años una estructura política que la represente. Sólo si la centro – izquierda logra hacer lo mismo podrá disputarle el poder dentro de 4 años.
El Partido Popular de España tardó 18 años en poder desplazar al PSOE por carecer de una estructura única nacional. Cuando lo hizo, en 1996, el sistema político español terminó su transición.
Uribe, Piñera y Calderón demuestran en Colombia, Chile y Méjico que la centro- derecha democrática, humanista y moderna puede conducir exitosamente los destinos de sus naciones. En los tres casos, la cuestión partidaria fue central para alcanzar ese objetivo.
Machacar sobre el mismo clavo puede parecer repetitivo y aburrido pero es, precisamente ese clavo el que nos está faltando.

Diego R. Guelar

jueves, 16 de diciembre de 2010

Construyamos el Partido 29 (16-12-10)

Okupaciones en Soldati y otras

Finalmente, fue el espanto y no el amor lo que unió al Gobierno Nacional y al de la Ciudad de Buenos Aires. Más allá del sentimiento equivocado, un paso en el sentido correcto.
Más de 15 millones de argentinos – sobre un total de 40 millones – habitan en el área Metropolitana que agrupa a la Capital Federal y 20 distritos bonaerenses del Gran Buenos Aires.
El fenómeno de migraciones internas – incluyendo en las mismas tanto a los provincianos propios como a los hermanos bolivianos, paraguayos, chilenos, peruanos y uruguayos – con destino a la megalópolis porteña tiene más de 100 años y constituye uno de nuestros signos de identidad nacional.
La conformación de una nación unitaria bajo forma jurídica federal fue despoblando nuestra vasta geografía produciendo una desequilibrada distribución y concentración de la riqueza así como una ocupación del territorio caracterizada por media docena de grandes concentraciones urbanas (80% de la población) y enormes espacios vacíos.
El cinturón suburbano y la zona Sur de la Capital federal representan la mayor contradicción entre pobreza y riqueza en un país bendecido por las mieles de la abundancia.
La exclusión creciente, la ausencia del Estado y el más reciente fenómeno del narcotráfico fueron profundizando este proceso regresivo que fue aumentando su carácter violento y destructivo.
En un país donde se verifican altos niveles de corrupción en los niveles superiores de su dirigencia política, económica y social y una masiva fuga de capitales -  más de 50.000 millones de dólares en los últimos 3 años -, el imputar los peores pecados y vicios delictivos al tercio más vulnerable y empobrecido de la población es un acto que oscila entre la ignorancia y el cinismo más salvaje.
Seguro que se verifican intereses espurios en la ocupación del Parque Indoamericano de Villa Soldati por parte de 15.000 personas que incluyen ventas ilegales de parcelas, enfrentamientos entre barras bravas y carteles de narcotraficantes más abusos represivos de algunos integrantes de las fuerzas de seguridad.
Pero todo esto son los flecos del verdadero drama: un país rico que abandona millones de sus hijos y los margina sin darles siquiera la esperanza en un futuro mejor.
Un solo mes de déficit de Aerolíneas Argentinas le resolvería el problema habitacional a más del doble de los ocupantes ilegales de Villa Soldati.
El Estado Argentino es rico en recursos humanos y materiales. Sólo la correcta administración de esos recursos resolverían en el corto plazo los problemas más críticos de la sociedad – educación, salud, vivienda, seguridad – y, en el mediano y largo plazo, deberían garantizar una argentina próspera y justa en niveles de excelencia para la inmensa mayoría de su población, incluyendo los nacionales de nuestros países vecinos que vienen a aportar su trabajo y sus ganas de progresar.
Un mercader electoral podría plantear que es inútil ocuparse de los muy jóvenes o los muy viejos o los marginados o los analfabetos o los extranjeros o los indocumentados porque, total, no votan.
El Peronismo fue un gran movimiento porque, alguna vez, se ocupó de la infancia y de la vejez, documentó, alfabetizó e integró a los que venían de los países vecinos y los trató con dignidad y respeto. La Democracia es un gran sistema cuando ampara a los más débiles, respeta a los diferentes y los disidentes, grava a los que más tienen y hace de la educación y el trabajo los peldaños de la riqueza y el éxito. Sino, puede ser una pantomima democrática, autoritaria o dictatorial, pero siempre injusta e hipócrita.
La gran tarea de los partidos políticos es garantizar que el sistema se consolide desde la participación popular organizada.
Las experiencias mundiales demuestran que, los personalismos, hasta los más lúcidos y bien intencionados, fracasan sino construyen agrupaciones políticas permanentes. “Sólo la organización vence al tiempo”, decía el Gral. Perón quien sobrevive a 36 años de su muerte por haber dejado una doctrina y una organización que, aunque en crisis terminal, todavía no ha sido reemplazada por otra que la supere.
El mismo radicalismo, pese a cosechar tantos fracasos, sigue siendo una alternativa permanente por su vocación colectiva superadora de los protagonismos individuales.
Argentina es una enferma sistémica. Sólo una nueva estructura política, diversa y multi-ideológica, captará la voluntad y la energía creadora de sus mejores hijos, vengan de donde vengan, incluyendo a quienes vienen de Chile, Bolivia, Perú, Paraguay o Uruguay que ya son tan argentinos como cualquiera nacido de las fronteras adentro.
Sólo los partidos pueden hacer esta tarea integradora. Sólo el Estado recuperado puede conducir a la Nación. Sólo el imperio de la ley garantiza la justicia e impide la arbitrariedad. Sólo la República nos hará efectivamente libres.

Diego R. Guelar

martes, 7 de diciembre de 2010

Construyamos el partido 28 (7–12–10)

Ricardo Alfonsín lanza su candidatura presidencial

El miércoles 26  de octubre de 1983, en la Plaza de la República, Raúl Alfonsín cerraba su campaña electoral (4 días después serían las elecciones en las cuales obtendría 52% de los votos contra Ítalo Argentino Luder 40%) con las palabras que ya son historia: “…Se acaba la dictadura militar… Nace la democracia y renacen los argentinos… que la lucha electoral no confunda a nadie: no hay dos pueblos, hay dos dirigencias, dos posibilidades, pero hay un solo pueblo…” Cerrando con… “Con la Democracia se vota, pero con la Democracia también se come, se cura y se educa”.
Un millón de personas aplaudieron a rabiar a su líder en la mayor concentración que recuerde la Unión Cívica Radical en sus 120 años de historia.
Dos días después, el 28 de octubre, en el mismo lugar, cerraba su campaña Ítalo Argentino Luder y el Partido Justicialista. A su lado, el candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Herminio Iglesias, gesticulaba exultante haciendo la V de la victoria. Luder afirmó: “… Junto a nosotros están, como siempre, las grandes mayorías populares que han permanecido fieles a las causas nacionales…” Al finalizar el acto, le arrimaron a Herminio un cajón fúnebre con los colores y la sigla “UCR” con una corona de flores e Iglesias le prendió fuego.
El 30 de octubre quedaría enterrado para siempre el mito de la imbatibilidad electoral del Peronismo que había durado 37 años.

¿De dónde sale la Unión Cívica Radical?
Su “acto fundacional” fue la revolución de 1890 donde su fundador Leandro N. ALem se alía a Bartolomé Mitre en contra del Roquismo y su partido – el PAN, Partido Autonomista Nacional – para luego separarse cuando Mitre se reconcilia con Roca.
Pero es su sobrino, Hipólito Yrigoyen, el que lo estructura, primero como grupo insurreccional y luego como fuerza electoral victoriosa en 1916.
En Yrigoyen fue fundamental la lectura del filósofo Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832), idealista alemán, que identificaba el derecho con la moral y descreía del individualismo (Fichte) y del estatismo (Hegel).
Su obra cumbre fue “El ideal de la humanidad para la vida”, libro de cabecera de Yrigoyen.
Decía Krause: “… Cuando la idea de la humanidad es clara para el espíritu, y lo mueve interiormente a convertirla en hecho, entonces se determinan direcciones y planes prácticos de obrar, esto es, se forma un ideal…” (Ideal… pag 28).
Hay mucho de utopía en Krause, que sostiene  la armonía entre naturaleza y espíritu: “La humanidad es el mundo semejante a Dios” (Ideal… pág 34-35).
Seguramente Krause le llega a Yrigoyen desde los Krausistas españoles sin los cuales, seguramente Krause hubiese desaparecido.
Fueron sus primeros introductores en la segunda mitad del siglo XIX Julián Sanz del Río y Marcelino Fernández Pelayo y llegó a ser utilizado por el PSOE  en los ochentas para salir del Marxismo y acercarse al liberalismo y al Socialismo democrático.
En 1982, el famoso alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, reconoce en el prólogo del libro “Reivindicación de Krause”: “Los españoles, merced a la influencia de Krause, dimos a la vida laica un alcance moral incomparable en cuanto a la dignidad y honradez en la conducta”.
Krause pasa de moda definitivamente y sólo queda Raúl Alfonsín como su último y fiel abanderado.
El propio Radicalismo ya lo había archivado cuando ocurren sus escisiones históricas – Arturo Frondizi y Oscar Alende – que se apartaron adoptando tesis desarrollistas que combinaban el pensamiento anti-imperialista de Lenin y las necesidades de alcanzar un crecimiento económico fortaleciendo las bases capitalistas de una incipiente “burguesía nacional” dispuesta a tender puentes con el sindicalismo peronista.
El pasado 3 de diciembre, desde un improvisado escenario instalado de espaldas al Congreso Nacional, Ricardo Alfonsín propone desde su movimiento “Morena” una nueva síntesis que abarca el Krausismo original, la alianza con el Socialismo vernáculo  de Hermes Binner y un barniz de socialdemocracia europea que intenta unificar del centro a la izquierda a todo ese amplio pero desorganizado sector de la opinión pública.
En su discurso, autocriticó los ingenuos sueños de 1983: “…pensábamos que sólo recuperando la democracia política podíamos avanzar hacia una sociedad más justa…” “… reconociendo que “es más difícil crecer que no crecer…”
La pregunta del millón es si las buenas intenciones partidarias de 1983 y 1999 pueden plasmar una propuesta de gobierno para el 2011 que “enamore” y produzca los apoyos necesarios para afirmar la gobernabilidad y consolidar las instituciones.
Mientras tanto, la viudez reditúa y más del 50% de la población acompaña positivamente a la Presidenta Cristina.
El Peronismo, dividido por las brutales antinomias planteadas por Néstor Kirchner, tiende a relajarse por una tregua que todavía no constituye una estrategia de sólido corrimiento al centro lo que traería aparejado retornar a la “unidad”, debilitar definitivamente al “Peronismo Federal “ y permitiendole encarar el proceso electoral con una sólida chance ganadora.
Sólo el PRO de Mauricio Macri, propuesta centrista desde el vamos, puede orquestar una “tercera opción” si logra darle organización, doctrina y programa al “nuevo electorado” que abjura del Kirchnerismo, desconfía del Radicalismo y rechaza el ideologismo de izquierda. Por supuesto, no puede hacerlo sólo.
La “izquierda dura”, siempre minoritaria, irá por su rumbo al margen del resultado final.
Ya no alcanza con la idea de crear un “Polo anti-kirchnerista”. Ahora hay que demostrar que se puede gobernar mejor.

Diego R. Guelar





martes, 30 de noviembre de 2010

Boletín Internacional Informativo - PRO

Noviembre de 2010
De filtraciones, rescates, favelas y lenguaje.

Noviembre, víspera del diciembre final, es un mes de transiciones climatológicas y políticas. Las lluvias y tormentas primaverales tardías en el sur y las nevadas precoces en el norte son el elemento curioso de esta época del año.
Este noviembre se parece más a un septiembre o un marzo.
Largamos con la derrota de los demócratas en las elecciones parlamentarias y ahora la nuevas filtraciones de Wikileaks que dejan muy mal parada a la Secretaria de Estado Hillary Clinton.
Europa no se queda atrás. Nadie sabe si el rescate de Irlanda – 85.000 millones de Euros – será suficiente para parar la desconfianza y estabilizar a España. Si la ola no para, toda la Eurozona estará en crisis. Allí noviembre es sinónimo de susto e incertidumbre.
En Brasil se lanzó el verdadero desafío de las Olimpíadas del 2016 y el mundial del 2014. O se controla el narcotráfico y la violencia atrincherados en las favelas del Alemán y Rosinha, o se condenan estos eventos al fracaso. La suerte está echada y Brasil quiere consagrarse en esta década como potencia mundial. Seguramente lo conseguirá.
Mientras tanto, las 22 academias de la lengua castellana reunidas en Guadalajara, México, han relanzado nuestra lengua como patrimonio común Ibero-Americano. Con humor y sentido común, han tomado usos y giros ya incorporados y los han transformado en reglas “sugeridas” que se suman a la capacidad creativa de cada hispanoparlante.
En el otro extremo del mundo, en la Península de Corea, un pico de tensión se produce de la mano de uno de los regímenes más absurdos del mundo. El problema es que existe al sur y al norte del paralelo 38º un arsenal de alta peligrosidad que incluye material nuclear.
En Argentina, se cumple un mes de la muerte de Kirchner. El gobierno llora pero celebra una recuperación sustancial de su imagen. Se han disparado las 2 internas, la del gobierno y la de la oposición. El gatillo final lo producirá el control o el descontrol de la inflación. Si el gobierno resuelve bien este dilema, los otros problemas (seguridad, corrupción) serán digeribles y se posicionará muy bien para las elecciones generales del año que viene. En ese caso, la candidatura de Cristina es segura. Sino, será barajar y dar de nuevo.
Noviembre del 2010 será un mes difícil de olvidar. Los presidentes de EE.UU, Argentina, Irlanda, Brasil, las 2 Coreas y el de la Real Academia Española + Hillary Clinton lo tendrán presente por mucho tiempo.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

martes, 16 de noviembre de 2010

Construyamos el Partido 27 (16-11-10)

El escándalo del Presupuesto. Gestión e ideología

El miércoles 10 de noviembre se desplegó un anárquico y múltiple proceso de “persuasión” en el Congreso Nacional para lograr una mayoría que aprobara el proyecto de presupuesto para el año 2011.
Sin Néstor Kirchner a cargo, nada es igual. Ni las intransigentes órdenes ni las “flexibles” negociaciones concentradas en un mando único e indiscutible, serán posibles en el futuro.
Quedó el sabor amargo, según la apropiada terminología del Diputado Federico Pinedo, de “las ausencias que no se pueden explicar”, y que afectaron a varios bloques parlamentarios.
Queda claro que no estamos frente a un “voto de conciencia” (los únicos temas reconocidos universalmente con éste calificativo son el divorcio y el aborto); no es tampoco un tecnicismo ni una cuestión individualmente opinable.                               
Sólo valen las negociaciones (o no negociaciones) practicadas por los bloques teniendo en cuenta cuestiones de mayor o menor peso político, social, económico y/o moral.
En este caso, la oposición había acordado que no se debía aceptar el criterio de “libro cerrado” que incluía números absolutamente falsos que sólo acreditaban la voluntad de usar discrecionalmente varias decenas de millones de pesos. Todo aquel que acepte este esquema, sólo puede haber sido “disuadido” por malas artes.

Razón de ser del Presupuesto

El parlamentarismo inglés – madre y padre del parlamentarismo universal – nace en el siglo XVI como consecuencia de la necesidad de los señores feudales de limitar la discrecionalidad del rey.
Fijar los impuestos y asignar el gasto fueron –y siguen siendo- las atribuciones centrales del poder legislativo en su poder equilibrante con el ejecutivo. Declarar la guerra y ratificar la paz eran las otras atribuciones sobresalientes.
El sistema representativo exige ordenar su ejercicio, agrupando, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, a los legisladores por su afiliación partidaria y no sólo por su referencia territorial.
Cuando no está consolidado el sistema bipartidario – el más sólido y coherente con el sistema constitucional mayoritario en Occidente – se requiere armar coaliciones que estabilicen al gobierno y a la oposición.
El Kirchnerismo gozó de mayoría propia hasta el 10 de diciembre del 2009.
De ahí en más se presentó un delicado equilibrio que permitió ocasionalmente a la oposición votar algunas leyes que luego fueron neutralizadas en el Senado con la excepción del 82% móvil para los jubilados que fue finalmente vetado por la Presidenta.
El Presupuesto del 2009 fue aprobado con la conformación anterior, es decir, no requirió negociación alguna.
En esta nueva circunstancia – oficialismo sin mayoría y ausencia de su jefe -, el gobierno debería haber conformado una “nueva mayoría” con aliados o convocando a una mayoría circunstancial – o ad hoc – otorgando concesiones particulares que le permitieran pasar esa tan importante pieza de legislación.
No existen en la región partidos que puedan gobernar en solitario.
El Presupuesto es un instrumento central para traducir prácticamente las prioridades de gestión. Se materializa así el verdadero “discurso” al tener que lidiar con recursos que están por debajo de las necesidades a ser satisfechas.
No sólo aparecen los objetivos cuantitativos sino también los cualitativos por el perfil de las obras a realizar y su método de concreción.
No puede haber “ideología en abstracto”. La gestión es la forma de ponerla en práctica.
No se oponen “gestión” e “ideología”. Por el contrario, una es la orientadora de la otra y la guía para ordenarla y ejecutarla.
La ideología centro-derechista prioriza la creación de los medios económicos necesarios para garantizar el bienestar general. Tiende a limitar la intromisión del Estado en lo que entiende la esfera privada de los ciudadanos y defiende a las personas, como jefes de familia, empresarios, responsables comunitarios, etc., en su rol de asignadores de recursos; desconfía de las formas “paternalistas” del estado y de la multiplicación de subsidios como placebos sociales o alteradores del mercado; no reniega del mercado como distribuidor de riqueza pero cree en las regulaciones que garanticen su transparencia; estimula la conformación de grandes empresas pero considera imprescindible el evitar la conformación de oligopolios y carteles que regulen los precios contra los intereses de los consumidores.
Todos estos principios pueden alterarse en la práctica si predominan valores elitistas o intereses monopólicos que sólo pretenden abusar del poder económico o político o maximizar el individualismo egoísta y anti-social.
La misma actitud abusiva puede presentarse desde la izquierda. En este caso, el sublimar la representación del interés común en el Estado puede convertir a éste último en el peor de los tiranos.
La izquierda parte de la premisa de la solidaridad social como el bien superior a tutelar y plantea la obligación del Estado de proteger a los sectores más desprotegidos – desde los marginados a los asalariados – frente al poder concentrado de las grandes empresas nacionales y/o extranjeras así como el de la banca y los grandes latifundistas agrarios.
El instrumento alternativo al de las grandes corporaciones es siempre e insustituiblemente el Estado.
Cuando no hay partidos de centro–izquierda y centro-derecha, la puja Estado-Corporaciones (tanto las sindicales como las empresariales) se convierte en un conflicto permanente de intereses o en una “kermesse” de corrupción permanente donde el usufructuario del Estado reparte prebendas a unos y privilegios a otros.
El resultado es la concentración de la riqueza, el vaciamiento del Estado y la fuga del ahorro interno.
Estamos transitando hace décadas esta dolorosa fase. En los últimos 8 años se han fugado 70.000 millones de dólares (10.000 millones en los últimos 10 meses), el Estado ha perdido operatividad y jerarquía pasando a ser nuevamente deficitario y la acumulación del ingreso es más alta que durante la década de 1930.
Por esto es que la correcta implementación de propuestas ideológicas requiere una equilibrada reconstrucción por izquierda y derecha –sin complejos ni concesiones-que permita recuperar el debido equilibrio social imprescindible para el normal funcionamiento de las instituciones.

Diego R. Guelar

viernes, 12 de noviembre de 2010

Construyamos el Partido 26 (12-11-010)

Carlos Reutemann se aleja del Peronismo Federal

El Peronismo Federal es el espacio que nuclea (o nucleaba) a los peronistas que no acuerdan con el Kirchnerismo.
Decidieron, primero, no competir con Néstor Kirchner en la interna del PJ y, luego, armar una suerte de “coordinación orgánica” que les permitiera competir en internas para definir un candidato presidencial. Constituyeron así una “Mesa de Conducción” integrada por aquellos que definieron no ser candidatos integrada por Carlos Reutemann, Juan Carlos Romero, Ramón Puerta y Adolfo Rodriguez Saa. Quedaron definidos como pre-candidatos presidenciales Eduardo Duhalde, Mario Das Neves, Adolfo Rodríguez Saa y Felipe Solá.
Recurrieron al artilugio histórico de seguir diferenciando “Partido” de “Movimiento” entendiendo que se podía ser Peronista pese a no integrar el Partido Justicialista.
Curiosamente, Julio Cobos había utilizado en el 2007 la misma formulación “movimientista” para integrarse –él y otros – al Frente Para la Victoria desde una identidad radical al margen del partido (que decidió expulsarlo).
La degradación partidaria alcanzada permitió que se alejara cada día más la base partidaria (8 millones de afiliados al Peronismo y al Radicalismo) eliminando las internas o, en el caso del Radicalismo, con muy baja participación de sus afiliados.
La realidad política actual indica que, si se actualizaran las afiliaciones, la pertenencia partidaria bajaría a no más del 20% de las cifras alcanzadas entre 1983 y fines de los 90’s (un altísimo número de esas afiliaciones son falsas por no contar con el consentimiento real del supuesto afiliado)
En este contexto, contrariamente a lo que ocurre en el Justicialismo, la UCR ha logrado una práctica reunificación incluyendo a Julio Cobos(reincorporado y pre-candidato presidencial), Ricardo López Murphy y Margarita Stolbizer más allá que ellos conservan estructuras políticas propias.
Queda sólo Lilita Carrió fuera de este proceso y difícilmente se logre su acercamiento pese a que en las elecciones del 2009 ella misma fue la mayor impulsora de la Coalición Cívica y Social (con la UCR, el Socialismo y el GEN).
El Peronismo no sólo está dividido sino que el “espacio” llamado “Peronismo Federal” no tiene una estructura legal única ni como partido, ni como frente electoral y sus crecientes diferencias hacen cada vez más difícil la adecuación legal para participar en una interna abierta el 14 de agosto próximo.
Sin embargo, existe una realidad política que indica que hay un electorado común entre los candidatos y dirigentes del PF y el nuevo espectro que representa el PRO de Mauricio Macri.
Si este espacio se presentara en forma conjunta con candidato único, tendría posibilidades de competir en la 2ª vuelta (como ya analizamos en el Construyamos el Partido-20).
También vimos el desestructurado escenario que presenta tanto la centro-izquierda como la centro-derecha. Ambas corrientes se niegan a identificarse por sus elementos afines y prefieren evitar la caracterización ideológica pronunciándose en forma personalista sin precisar tampoco programas que los sustenten.
Este estado de cosas beneficia, por un lado, al gobierno, que conserva una masa crítica del 25 al 30% del electorado que, en estas condiciones, la convierte en la primera y más sólida minoría. Ejerce con claridad la representación mayoritaria del voto peronista por su control del territorio y de la estructura sindical.
Al margen de la interna peronista, del otro lado, los radicales pueden procesar en relativa paz su propia interna y llegarán, por internas o por consenso, a la fórmula Radical-Socialista que los deja posicionados como la 2ª minoría con condiciones para disputar la 2ª vuelta.
La hasta ahora entelequia del Pro-Peronismo-Federal, podría competir con posibilidades de éxito si pudiera armar una coalición electoral con liderazgo único. Para logarlo debería:     
1)    Ponerse de acuerdo en términos ideológicos y programáticos superando las meras apetencias personales
2)    Acatar una conducción única que represente lineamientos comunes y que aparezca como susceptible de asegurar las condiciones de gobernabilidad que el actual oficialismo ha garantizado plenamente. Es siempre mejor un mal gobierno que un no-gobierno.
3)    resolver el liderazgo por consenso o internas

El alejamiento de Carlos Reutemann sin especificación del puerto de llegada y los interrogantes que formulan Solá y De Narvaez, complican el escenario y pone en severa duda la posibilidad de organizar este tercio del electorado que no comulga ni con el gobierno ni con la alianza radical-socialista ni con aquellos que se expresan más a la izquierda del espectro electoral.
Sin eufemismo, es una amplia centro-derecha democrática y humanista que cree en el desarrollo económico y la justicia social desde la aspiración de un Estado gestionando una Argentina moderna, inserta en el mundo, con garantías plenas para la inversión y la generación de trabajo.
Si la dirigencia política tuviera la grandeza de entender y representar los claros mensajes de la ciudadanía, Argentina podría alcanzar su normalización plena con un gobierno de centro (derecha o izquierda) con un “socio sistémico” alternativo pero cooperante, que en menos de una década nos colocaría en una posición equivalente a la de nuestros socios regionales Chile, Brasil y Uruguay.
La Argentina mejor está a la vuelta de la esquina. No dejemos que la mezquindad nos impida alcanzarla.

Diego R. Guelar



jueves, 11 de noviembre de 2010

No necesitamos un “Pacto de la Moncloa”



En forma recurrente se plantea que lo que nos hace falta es un “Pacto de la Moncloa”.
Si bien la asociación con un acuerdo interpartidario e intersectorial tal como el ocurrido en la España post franquista es una clara señal de diálogo y consensos, tal concepto no es aplicable a nuestra realidad.
Veamos los hechos históricos: el 20 de noviembre de 1975 moría Francisco Franco. Lo sucedería como Jefe de Estado el Príncipe Juan Carlos de Borbón, restituida la monarquía por decisión del “caudillo” quien ejerció como “regente” de la corona hasta su muerte.
Si bien Juan Carlos heredó los “poderes fácticos” absolutos con los que había gobernado “el generalísimo” durante 36 años, recién pudo designar a su propio primer ministro – Adolfo Suarez – en Julio de 1976. Suárez legalizó a los partidos políticos (con la excepción del Partido Comunista que lo sería el Viernes Santo de abril de 1977) y declaró una amplia amnistía.
Las primeras elecciones democráticas recién se celebraron el 15 de junio de 1977. Esas primeras “Cortes Democráticas” se constituyeron  en Asamblea Constituyente y redactaron la Constitución española que fue aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
Tres largos años tuvieron que pasar entre la muerte de Franco y la sanción de una Constitución que regulara la vida institucional española.
En el “mientras tanto”, una fuerte crisis económica sacudía a España. En 1977 se verificó una inflación del 47%, se fugaban capitales por la inestabilidad política, huelgas generales se repetían constantemente y la ETA incrementaba sus acciones terroristas.
En este marco, se suscribieron los Pactos de la Moncloa (uno político y otro económico) el 27 de octubre de 1977.
Los acuerdos económicos consistieron en:
1)    Aceptar el despido libre hasta el 5% de la plantilla de personal de las empresas privadas,
2)    No incrementar salarios en más del 22%
3)    Se devaluó la peseta (en concordancia con la inflación y los aumentos salariales)
4)    Se reformó el sistema tributario
En lo político:
1)    Se eliminó la censura de la prensa
2)    Se abrió la información del Estado a la oposición
3)    Se aprobaron los derechos de reunión y asociación política
4)    Se incluyó en el código penal el delito de tortura
5)    Se despenalizó el adulterio
6)    Se restringió la jurisdicción penal militar
A la luz de estos contenidos, es clara la precariedad de la transición española entre 1975 y 1978. Y todavía faltaría llegar a sus mayores “pruebas de fuego”: el golpe militar (o “tejerazo”) del 23 de febrero de 1981 y el acceso al gobierno del PSOE (después de 50 años) en 1982.
No se puede comparar la situación argentina del 2010 con la española de 1977.
Argentina tiene normalidad institucional plena desde la reforma de 1994 (aprobada por unanimidad) y cuenta con una consolidada división de poderes, ley de partidos políticos, independencia del Banco Central y absoluta sujeción del poder militar a la autoridad civil.
Plantear la “necesidad de un Pacto de la Moncloa” es desconocer la realidad histórica que generó en España la necesidad de establecer acuerdos mínimos que rigieron hasta la sanción de una Constitución del Estado. En nuestro caso, necesitamos acordar sólo algunas políticas de Estado básicas y poner en funcionamiento pleno las instituciones existentes.
El acuerdo más importante tiene que pasar por la reconstrucción de los partidos políticos. Esa es la mayor enseñanza que nos dejó la transición española. Por eso es que hoy se verifican en España 2 grandes partidos nacionales: uno por centro-izquierda – el PSOE y otro por centro-derecha – el PP – con el acompañamiento de algunos partidos regionalistas (el Partido Nacionalista Vasco, Convergencia y Unión Catalán, el Partido Popular Gallego y otros) que están en condiciones de alternarse en el poder y representar ideologías y programas con identidad y arraigo en la mayoría de la población.
Hablar de los “Pactos de la Moncloa” sin entenderlos como un paso transitorio en la construcción de grandes colectivos nacionales, es contar la parte menos trascendente de la historia e inducir al error.
Nosotros deberíamos dejar sin efecto las afiliaciones anteriores al 2001 y lanzar un proceso de re-afiliación y reorganización partidaria que permita volver a las internas cerradas y voluntarias (exactamente lo opuesto a las abiertas y obligatorias).
Es un deber central de las agrupaciones políticas el seleccionar a sus candidatos para las elecciones locales, provinciales y nacionales, especialmente el/la candidata/a a Presidente/a de la República. Si se equivocan, la ciudadanía los castigará en la elección general.
Para la salud de la democracia es importante que un mínimo de 10% de la población – en Argentina 4 millones de personas – estén muy involucradas en la vida política – es decir, sean afiliados y militantes -. El otro 90 % puede ser adherente, simpatizante u ocasional votante.
En la propia China comunista – con un Partido Único – se cumple este porcentaje de activismo político.
España fue un claro ejemplo de la posibilidad de fracturarse y enfrentarse en forma muy sangrienta (guerra civil con un millón de muertos) por extremar sus diferencias ideológicas.
Su correctivo no es ignorar las ideologías, sino practicarlas con un espíritu moderado y dialogante que permita la convivencia y la alternancia basadas en el respeto de los mismos valores básicos.
Si seguimos discutiendo esos valores básicos (como el ejercicio de la Libertad de Prensa, de la libre afiliación sindical, de fomentar y no de gravar las exportaciones, de practicar la excelencia educativa desde el Estado, organizar partidos políticos sólidos, etc.)), nos mantendremos en forma permanente al borde de la guerra civil y no podremos construir todos juntos una Nación común y una ciudadanía compartida.

Diego R. Guelar

viernes, 5 de noviembre de 2010

Construyamos el Partido 25 (5-11-10)

Premios y castigos – Obama y Dilma

Los Estados Unidos de América y la República Federativa del Brasil no son sólo dos naciones muy importantes. Representan para Argentina, en términos políticos y económicos, una referencia central con impacto local y consecuencias internas y externas.
A través de Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento incorporamos una constitución con el modelo norteamericano y la centralidad de la educación como vertebradora de la sociedad. Ni hablar de la influencia creciente que le cabe a partir de 1945 y su consagración como hiper-potencia mundial única después  de la disolución de la URSS.
El Brasil ocupa el lugar de nuestro aliado/enemigo/rival histórico con el cual guerreamos en 1827 en territorio uruguayo, luego fue aliado de Urquiza para derrocar a Rosas y más tarde aliado de Mitre  en la Guerra del Paraguay. La “Marcha de la batalla de Ituzaingó” (ganada por la Rep. Argentina, marcó el fin de la Guerra con el Brasil) fue la de despedida y recepción del Presidente de la República hasta hace sólo 15 años.
La competencia entre naciones fue el signo de identidad del siglo XX compartiendo una de las dos hipótesis de guerra (la otra con Chile) que Argentina contemplaba.
La constitución en ambas naciones de las comisiones de Energía Atómica en los 50’s buscando el control de esa energía a través del enriquecimiento de uranio, tenían como escenario posible un “equilibrio estratégico” entre dos naciones equipadas con armamento atómico.
La represa hidroeléctrica de Itaipú, la concentración de las dos terceras partes de las fuerzas armadas de cada país en la frontera sur-norte y las restricciones en los cruces fluviales, el sistema vial y ferroviario, el acceso a la compra de tierras, la interferencia de las ondas radioeléctricas, etc., etc., marcó el clima de tensión que los acercamientos entre Getulio Vargas y Juan Perón no pudieron modificar. Recién después de 1985, con los acuerdos nucleares entre Raúl Alfonsín y José Sarney, comienzan los tratados de complementación económica que llevarían a la firma el 29 de marzo de 1991 del tratado de Asunción y la constitución del MERCOSUR.
De allí en más, el camino de la cooperación y la integración no se interrumpió, más allá de las demoras y las limitaciones institucionales para consolidarlo.
La transición democrática brasilera iniciada en 1985, fue coronada por un éxito espectacular que, por su continuidad y solidez, colocan al Brasil en el puesto 8 entre las naciones del planeta.
La elección de Dilma Rousseff no hace más que ratificar el rumbo y dar por terminada esa transición protagonizada por Fernando H. Cardoso y Luis Ignacio Lula da Silva.

USA
El pueblo norteamericano ha hecho un culto de los equilibrios entre los partidos fundados por Jefferson y Lincoln. Es imposible entender su éxito económico sin la continuidad política, el resultado de su Guerra de Secesión en 1865, su rol en las 3 guerras mundiales del siglo XX, el “Estado de bienestar” fundado por su Presidente Franklin D. Roosevelt y los derechos civiles afianzados en los 60’s que llevaron a hacer posible la elección del Presidente Barak Obama.
Las elecciones parlamentarias y de gobernadores del pasado 2 de noviembre responden a esta bicentenaria tradición de los “equilibrios corregidos” que no fueron alterados en esta nueva oportunidad.
Sin preeminencia en el Congreso y con una oposición de extrema derecha bullanguera y agresiva (Tea Party), el Presidente Obama hará una segunda mitad de mandato más sabia y consensuada. La experiencia norteamericana enseña que la tan admirada por nosotros “concentración de poder” es un veneno nocivo del sistema democrático y que la división del poder es el mejor antídoto contra los abusos y el autoritarismo.
La salida de la recesión en lo doméstico y la situación en Medio Oriente serán los ejes de la administración Obama por los dos próximos años.

Brasil:
Brasil ha alcanzado la mayoría de edad. Con 120 millones de habitantes consolidados como ciudadanos y partícipes plenos de la economía de mercado, integrará al 100% de su población en no más de 15 años, afianzándose como una de las 5 economías más potentes del planeta. Su esquema político está perfectamente balanceado entre un oficialismo integrado por una coalición de 10 partidos (los más importantes el PT y el PMDB) pero con una oposición importante (PSDB, Democratas, Verdes) que gobernará en Estados muy importantes como S.Pablo, Minas Gerais, Paraná y Brasilia. El oficialismo es hegemónico en el Nordeste y la oposición en el centro-sur (mayor concentración industrial).
Tendrá como “frutilla de la torta” un ex - presidente – Lula – muy prestigioso dentro y fuera del Brasil que le servirá al gobierno para apuntalar ejes de desarrollo interno y la política internacional.
Brasil queda posicionado como líder sudamericano e integrante de la nueva “mesa chica” del gobierno planetario con los EEUU, Japón, China, Rusia, India y la Unión Europea.
Si bien el histórico conflicto por la preeminencia regional está resuelto (a favor del Brasil), el nuevo esquema de integración regional nos ubica como socio privilegiado para participar en la expansión comercial hacia el Pacífico y generar un polo de atracción de inversiones regionales.
Nuestro único “enemigo estratégico” es nuestra propia incapacidad de crear un sistema político estable que nos consolide como nación, dejando de lado la patológica y recurrente tendencia a la generación de “modelos” parciales y circunstanciales que nunca trascienden el corto plazo.
El próximo año y medio será decisivo para acomodar nuestras instituciones a los desafíos del futuro.

Diego R. Guelar