domingo, 31 de enero de 2010

Boletín Internacional Informativo – PRO

Enero 2010
El primer mes de la década
(y del Bicentenario)

            El año largó con todo. En el mundo, la región y nuestro país.
            Suspensión de la cooperación militar entre China y los EEUU por la venta de armas a Taiwán. Obama sin lograr avanzar en ninguna de sus prioridades – reforma sanitaria y financiera, Guantánamo, Iraq, Afganistán, Medio Oriente – es cada día más dependiente del financiamiento chino, país que ha logrado ser la segunda potencia económica del planeta (desplazando al Japón).
            Caída estrepitosa en las encuestas para Brown en Inglaterra, Rodríguez Zapatero en España y Berlusconi en Italia.
            350.000 muertos en Haití por un brutal terremoto.
            Lula, el estadista de la década para las multinacionales en Davos y las izquierdas en Portoalegre.
            Sebastián Piñera gana las elecciones en Chile desplazando a la Concertación después de 20 años.
            Honduras, después de la Asunción de Lobo y la amnistía decretada, es historia antigua.
            A este ritmo, el 2010 se parecerá más a un siglo que a una década.
            La recuperación económica se afirma pero no cede la desocupación ni en los EEUU ni Europa. Los más privilegiados y principales responsables de la crisis del 2008, no sólo han logrado evadir su castigo sino que han recompuesto el sistema – con ayudas masivas del Estado – utilizando los mismos instrumentos con las mismas rentabilidades del pasado. Así la reactivación podría ser transitoria y el peligro de una nueva oleada recesiva aumenta sus posibilidades.
            En Argentina las cosas se complican (positivamente).
            Las instituciones han funcionado a pleno por primera vez en seis años.
            El país gana en credibilidad al poder mostrar un poder judicial independiente y un Congreso que funciona hasta estando en receso estival.
            Completar la transición hasta diciembre de 2011 depende de la comprensión que tenga el “matrimonio presidencial” de que deberá negociar desde la minoría que controla. Esto es posible y conveniente.
            Lula, Reagan, Clinton, Chirac y muchos otros concretaron sus mejores años de gobierno sin control de mayorías en el Congreso.
            Tenemos la suerte, en este Bicentenario, de coincidir en nuestro vecindario con el primer año de Piñera y Mujica, y el último de Lula. Unos, por escoba nueva, el otro por el bronce, serán nuestro mejores y más cercanos aliados.
            A nadie le conviene una crisis en la región.
            Alcanza con Chávez y sus últimos estertores que, seguramente, nos complicarán a todos.
            Sería estupendo, justamente por el paralelismo que universalmente se establece entre los regímenes imperantes en Venezuela y Argentina, que nosotros pudiéramos desmarcarnos de tal comparación, mostrando una nación recuperada en lo económico y lo político, a 8 años del default.
            Si afirmamos la independencia del Banco Central, acordamos con los hold out y el Club de Paris, saneamos el INDEC, modificamos el Consejo de la Magistratura y alcanzamos un equilibrado reparto federal de los recursos, el mundo podrá creer en la próxima administración – a partir del 2012 – y no seguiremos siendo incomprensibles parias de la Comunidad Internacional.
            Nuestra Presidenta debería recordar el dicho campero que dice: “Chancho limpio nunca engorda”. Si a sus recientemente explicitadas habilidades afrodisíacas le suma transparencia y convicción, podremos alcanzar estos objetivos.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO