martes, 27 de diciembre de 2011

2012: QUIENES GANARON Y QUIENES PERDIERON


Aunque cronológicamente la primera década del siglo XXI empezó el 1º de enero del 2000, la realidad histórica es que el comienzo del siglo se corre en el mundo al 11 de septiembre del 2001 – caída de las torres gemelas – y en la Argentina al 23 de diciembre del mismo año  con la declaración del default.
Ambas “implosiones” dejaron una profunda marca que todavía no ha sido totalmente superada.
Sin embargo, muchas cosas han cambiado en estos 10 años. El “terrorismo internacional”, fundamentalmente ligado a una supuesta “Guerra Santa” del Islam, se ha reconvertido en una “primavera árabe” que tiende a centrar la disputa política en el control territorial de los países del Norte de África y el Medio Oriente. Elecciones en Argelia, Marruecos, Túnez y Egipto. Caída de los regímenes dictatoriales en Libia y Yemen (y otra próxima en Siria). Así se pasó del terrorismo a la puja por el poder entre islamistas moderados y extremos cuyo resultado marcará la posibilidad (o no) de una activa cooperación entre el occidente cristiano y el oriente musulmán.
Es difícil que se produzca – al menos en forma organizada – una nueva ofensiva terrorista de Al-Queda u otra organización similar fuera del área en cuestión.
Así como los atentados en Buenos Aires de 1992 y 1994 (Embajada de Israel y AMIA) habían sido un aviso de lo que vendría años después a escala global, el default argentino del 2001 fue también un adelanto de lo que ocurriría económicamente en USA en el 2008 y en Europa en el 2011.
Argentina se constituyó  en un verdadero “cobayo” de experimentación universal. Así fue elegida para “dar el ejemplo” por la banca internacional y la vanguardia terrorista. Curiosa coincidencia. Si hay una clara muestra de cómo “los extremos se tocan”, lo ocurrido en Argentina es una demostración palpable de tal hipótesis.
Así como las cosas cambiaron en el escenario global, también lo hicieron en el panorama local.
Argentina creció el 83% en los últimos 10 años, canjeó el 93% de su deuda defaulteada y canceló su deuda con el FMI.
También creó empleo, reequipó su industria nacional y recuperó un vasto sector pyme que había desaparecido.
La nueva década se inicia con un poder político fortalecido y una necesidad apremiante: reducir el gasto público y la tasa de inflación.

¿Quiénes ganaron y quienes perdieron en el camino?

¿La Súper potencia Norteamericana, que tiene que retirarse más en derrota que en triunfo de Afganistán e Irak? ¿La misma que de us$ 2 billones de superávit está en us$14 billones de déficit? ¿La que está logrando salir del desempleo y la recesión basada en su productividad y creatividad?

¿Los extremistas islámicos, severamente golpeados pero que lograron contribuir a la caída en sus países de los autócratas “laicos” asociados con Europa y USA?


¿La banca internacional, que logra ser nuevamente subsidiada pese a haber producido el desastre y pretende que los pueblos paguen sus desaguisados?

¿La Unión Europea, que se encuentra en la disyuntiva de anular el Euro o pasar a un estadio superior de la Unión Política?

¿Los Emergentes, que lograron sostener el crecimiento mundial?

¿La Argentina, vilipendiada por todos, pero que logró reafirmar democráticamente el rumbo adoptado durante los últimos 8 años pese a las críticas locales e internacionales?

El mundo todo discute hoy cual es la mejor forma de evitar la depresión: recurrir a la austeridad o al sostenimiento de la demanda.
Seguramente que las recetas más ortodoxas han desaparecido. Desde el propio FMI al tesoro norteamericano y el Presidente Francés propugnan ayudas masivas para evitar la recesión y la quiebra de la Eurozona.
           En relación a la Argentina, nadie criticará nuestras “heterodoxias”, pero tampoco nadie las financiará. Ese es nuestro problema y nuestra limitación.
Vivir con lo nuestro” no es una propuesta ideológica sino una dura realidad que debemos enfrentar. Pero “vivir con lo nuestro” incluye el crédito genuino que podamos obtener, las inversiones que podamos atraer y los capitales que podamos repatriar.
Más allá de los resultados electorales, deberemos alcanzar una forma de consenso para enfrentar el desafío que se nos impone y poder así crear las condiciones de confianza que ya son patrimonio adquirido por nuestros vecinos y socios Brasil, Chile y Uruguay..
No es cuestión de revisar el pasado, ni imputar falta de previsión o ligereza presupuestaria.
El problema es cómo defender lo positivo y corregir lo negativo de tal forma de acomodarnos exitosamente a un mundo en crisis que no perderá tiempo en aplaudirnos ni criticarnos, pero tampoco moverá un dedo por ayudarnos.
Hoy, más que nunca, la mejor consigna internacional a aplicar es “para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”.

Diego Ramiro Guelar, Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

lunes, 12 de diciembre de 2011

Comunicado de Prensa

Secretaría de Relaciones Internacionales


12 de diciembre de 2011
Retroceso


           El PRO manifiesta su desacuerdo con la decisión del P. E. Nacional de amputar el Ministerio de Relaciones Exteriores al quitarle la función esencial de velar por el comercio exterior argentino.
Desde que, en 1991, la Secretaría de Comercio Exterior pasara a depender del Ministerio de Relaciones Exteriores – que pasó a denominarse de “Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto” – se produjo un proceso de adaptación cultural y profesional que transformó profundamente el rol de nuestra cancillería con el aporte de más de 300 profesionales especializados que se incorporaron, con rango diplomático pleno, a un sector altamente profesionalizado del Estado.
Los avances producidos en el sector exportador argentino en las últimas dos décadas se deben al esfuerzo del sector empresarial, la calificación de nuestros obreros y técnicos y a la capacidad negociadora de nuestros diplomáticos que lograron negociar el mejor marco posible para el desarrollo de nuestro sector externo, muchas veces alterado por políticas que se discontinuaban a la luz de la improvisación y el cortoplacismo.
Pese a estos altibajos, la Nación Argentina ha desarrollado una compleja trama de compromisos internacionales dentro de la Unión Aduanera Mercosur, fuera de la misma en negociaciones con terceros países asociados o no, con los otros integrantes del G-20, como integrante de comisiones técnicas en la OECD, como miembro de a Organización Mundial de Comercio, en la ejecución de acuerdos de asociación estratégica con la Unión Europea, España, México, China y otros países y organizaciones regionales, como proveedores y cooperantes en el seno de organismos multilaterales, etc., etc., etc.
Hoy estamos frente a un nuevo giro pendular que producirá un sensible daño a las negociaciones en curso y a aquellas que debemos iniciar para adaptarnos a la crisis global que se avecina.
EL SERVICIO EXTERIOR COMERCIAL DE LA NACIÓN NO ES ESCINDIBLE DEL CUERPO ORGÁNICO DE NUESTRA CANCILLERÍA Y LA NUEVA SECRETARÍA DE COMERCIO EXTERIOR NO CONTARÁ NI PODRÁ ENTRENAR EN EL CORTO PLAZO UN CUERPO PROFESIONAL CAPACITADO PARA EJECUTAR SU ENORME RESPONSABILIDAD.
Exhortamos a la Sra. Presidenta a que revea esta decisión antes que se produzcan los efectos negativos sobre nuestro comercio internacional en un periodo en el que necesitaremos el mayor aporte posible de divisas generable desde nuestra oferta exportadora.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

martes, 29 de noviembre de 2011

Después del Comunismo y el Neoliberalismo

En el curso de dos décadas se cayeron los dos mayores íconos ideológicos del siglo XX. En 1991 se disolvió la Unión Soviética y entre el 2008 y el 2011 quedó claro que el rol del estado es ineludible para la resolución de los grandes desajustes de las economías capitalistas.
Ni el estado omnicomprensivo y totalitario de la “dictadura del proletariado” ni el “estado ausente o mínimo” preconizado por los neoliberales (o neoconservadores) tendrían más sustento político ni económico.
En este mismo periodo, China consolidó su “capitalismo de estado” con un creciente mercado de consumo interno y una amplia faja de propiedad privada rural y urbana, industrial y tecnológica que se expande al mismo ritmo de su crecimiento e integración a los flujos comerciales, financieros y de inversión planetarios. El descontrol de los llamados “derivados financieros” y el “gap” producido entre la especulación y la producción de bienes y servicios, generó esa nueva “realidad líquida” que estalló como un volcán y se transformó en un verdadero tsunami.
Ya no alcanza con las recetas reactivadoras del keynesianismo clásico ni con los “ajustes” pergeñados por el Fondo Monetario Internacional.
Un “nuevo mundo” global e interactivo, debe suceder al de los bloques hegemónicos o el hiper imperio único.
La primera “prueba de fuego” será la supervivencia de la Unión Europea y la Eurozona.
Esto solo se alcanzará por un fortalecimiento institucional que lleve a un verdadero “gobierno económico europeo” que consolide su Banco Central, su Parlamento y las facultades de la presidencia del Consejo y la Comisión Europeas (la Corte Suprema ya ha alcanzado un alto grado de madurez). Si esto ocurre, es de esperar que la ASEAN (Asociación del Sudeste Asiático), el Nafta y el Mercosur afinen sus mecanismos de integración regional y las potencias emergentes -Brics- desarrollen su participación activa global -en el G-20 y la ONU – y en los foros regionales.
Hasta la Liga Árabe -muy activa por su “primavera”- y los mecanismos asociativos africanos están demostrando una vocación inédita de alcanzar objetivos comunes. Como todos los actores principales están trabajando en esa dirección -no hay especulaciones de bloque o naciones que crean en los beneficios de una crisis- lo esperable es que se resuelva positivamente aunque con una recesión inevitable en el próximo quinquenio .
Los estados, los bancos y las grandes empresas así como los sindicatos y los partidos políticos deberán jugar un papel de articulación equilibradora para amortiguar los conflictos sociales, aumentar la producción, crear empleo y contribuir al desarrollo de una cultura universal más solidaria para garantizar una mejor distribución del ingreso y una más eficiente asignación de los recursos. Si se transita este camino, el mundo podrá cumplir satisfactoriamente con las expectativas de sus 7.000 millones de habitantes.
Si no, una profunda crisis caerá sobre todos nosotros, seguramente peor que la que se produjo en 1930 y su consecuencia bélica mundial en los 40’s . Nuestra región y la Argentina en particular no están fuera de este escenario. No podemos pensar en cómo nos beneficiamos de esa eventual tragedia sino cómo aportamos a su solución. El mejor legado de nuestra restaurada democracia en 1983 es haber avanzado en el camino de la integración regional. Así como Francia y Alemania tienen hoy una responsabilidad central en Europa, Argentina y Brasil la tenemos en Sudamérica.

martes, 20 de septiembre de 2011

¿Pueden las Provincias firmar Tratados Internacionales?
El acuerdo China – Río Negro

La Constitución Nacional original -1853/60 – ya le daba a las Provincias la posibilidad de firmar “tratados parciales” dentro del límite de sus facultades no delegadas al poder central.
La Constitución reformada en 1994, en su art. 124, abunda en esta facultad al autorizarlas a celebrar “Convenios Internacionales” en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación…” y le agrega la capacidad de disponer de “el dominio originario de los recursos existentes en su territorio”. Las carga con el sólo trámite de “darle conocimiento al Congreso Nacional”.
Esto último es una curiosa paradoja, mientras los tratados internacionales firmados por el Gobierno Nacional deben tenerla aprobación del Congreso, los tratados firmados por las provincias – que pese a su supuesta parcialidad, pueden comprometer recursos de carácter estratégico global como petróleo, gas, agua, tierras, etc. – sólo requieren su comunicación al Parlamento.
Sin lugar a duda, este artículo debería ser debidamente reglamentado para establecer los límites de esta facultad provincial y especificar con mayor precisión el significado de los términos “tratado parcial” y “convenio Internacional”.
Un buen ejemplo de los términos “tratado parcial” y Convenio Internacional” es el acuerdo al que arribaron la Prov. de Río Negro y la empresa estatal china Beidahuang Group.
El contenido presente de dicho acuerdo es un aporte de 3.000 has. De tierra de propiedad provincial para hacer una experiencia piloto de siembra bajo regadío de soja y trigo más el otorgamiento de una facilidad portuaria y el compromiso de una inversión china de hasta 20 millones de dólares.
En una eventual segunda etapa, esta explotación  puede llegar a extenderse hasta 240.000 has. (el doble de la actual extensión total de tierras provinciales actualmente en explotación agrícola), con una inversión de $ 1,5 billones de dólares y la construcción de un puerto en San Antonio Oeste con una concesión por 50 años.
La etapa inicial es muy significativa considerando que, en la actualidad, hay solamente 2.000 has. De sembradíos de soja en esa provincia.
A priori, es de destacar la iniciativa del gobierno provincial y la importancia del gasto diplomático y económico chino al iniciar un proceso de extraordinaria proyección futura.
Sin embargo, es de puntualizar que sería un grave error multiplicar en forma anárquica tales iniciativas así como otras en el campo de las concesiones mineras, gasíferas, petrolíferas o acuíferas de cara al futuro.
El mecanismo de resolución más efectivo sería la constitución de un “Consejo Federal de Relaciones Internacionales” presidido por el P. Ejecutivo Nacional e integrado por todos los gobernadores que se reuniera 2 veces al año y tuviera reuniones mensuales de seguimiento conducidas por la Cancillería y el Ministerio de Economía de la Nación.
Allí se podrían compatibilizar los proyectos y asegurar su correspondencia con la Constitución Nacional y la política exterior del país.
El Federalismo, tan poco practicado, no puede devenir abruptamente en una suerte de loteo parcializado que vaya construyendo un “facto” con consecuencias políticas y económicas difíciles de predecir.
Es absurdo que, al mismo tiempo que se debate el “régimen de la tierra” y los límites al que estarán sometidos los individuos y/o sociedades extranjeras, puedan plantearse acuerdos provinciales que contradigan o se superpongan con políticas nacionales y /o regionales.
Los brasileros han tenido una experiencia muy interesante en esta materia a raíz de la que fue la competencia inter-estados federales para captar inversiones extranjeras.
Recordemos que el sistema impositivo brasilero es mucho más federal que el nuestro – al dejar en manos de los estados la recaudación de los impuestos federales – y que tuvo que avanzar en legislación de responsabilidad fiscal para impedir la acumulación de déficit estaduales por los excesos en el otorgamiento de exenciones impositivas.
Las regulaciones, los regímenes especiales y los subsidios deben buscar equilibrar el desarrollo regional y propender al arraigo de las poblaciones locales. La participación de las provincias en la política externa es otro mecanismo muy útil para alcanzar estos objetivos.


Diego Ramiro Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

jueves, 15 de septiembre de 2011


Secretaría de Relaciones Internacionales


Comunicado de Prensa
15 de septiembre de 2011


El Estado Palestino y Naciones Unidas

Ante el inminente tratamiento del estatus del Estado Palestino en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el PRO declara:
El PRO apoya la existencia y el reconocimiento del Estado Palestino con fronteras seguras y negociadas con el Estado de Israel con buena fe por ambas partes.
Consideramos que las Naciones Unidas, tanto el Consejo de Seguridad como su Asamblea General, deben cooperar activamente para crear las mejores condiciones de Paz en Medio Oriente y que la convivencia entre el Estado de Israel y el Estado Palestino garantice la prosperidad y la justicia para ambos pueblos.
Solicitamos a todas las partes involucradas en este proceso aportar su cuota de mesura y responsabilidad para contrarrestar las posiciones más extremas e intolerantes que han impedido se avance en soluciones positivas y permanentes.
Estamos seguros de que, además, Las Naciones Unidas pueden colaborar con fuerzas de Paz que garanticen la normalización del tráfico aduanero entre ambos países, mientras se resuelve el definitivo trazado de sus fronteras nacionales.

     Diego Ramiro Guelar                                                 Federico Pinedo
Secret. Rels. Internacionales                                       Presidente Bloque PRO
            PRO                                                            Cámara de Diputados de la Nación

miércoles, 31 de agosto de 2011

Boletín Internacional Informativo – PRO

Agosto 2011
El último día de Ramadán

Nunca como este año el último día de Ramadán – el 30 de agosto este año -  tiene semejante significado.
Terminó de caer Trípoli, pasó el huracán Irene sin mayores daños sobre New York, subieron las bolsas en buena parte del mundo y Cristina cumple 15 días a pleno festejo.
Es un mes duro para los musulmanes: se restringe la comida, la bebida, fumar y practicar el sexo.
Es también un mes de revelaciones divinas a los súbditos terrenales.
Para aquellos que forman parte del “club musulmán” no hay duda que es un año especial y de grandes cambios. El autócrata Sirio no necesita que le vaticinen el futuro.
Pero pareciera que la universalidad divina se aplica con estrictez.
Los mundos cristiano, judío, budista y taoísta crujen al unísono demostrando que Dios es uno y atiende en todas partes. Hasta los más agnósticos deberán reconocer que hay señales inequívocas y concordantes de un efluvio planetario superior a cualquier intento de explicación racional.
El propio Presidente Obama atribuyó los problemas de su administración a una “ciclo de mala suerte” que afecta particularmente a los Estados Unidos de Norteamérica. Duhalde y Alfonsín (o Piñera) podrían explicarle que él no es la única víctima de la epidemia. Pero en la viña del señor hay también bienaventurados que festejan y disfrutan de las mieles del éxito y la buenafortuna.
El mundo global nos atosiga de eventos que, en su multitudinaria existencia hacen muy difícil el producir balances ponderados y equilibrados.
Ya ha pasado el 70% del año y falta mucho por ver.
El mes que viene comienza el año judío nº 5778 y se cumplen 10 años del horrible atentado de las torres gemelas.
La primera década del siglo alumbra un período vertiginoso de cambios. Desde la genética a la electrónica, del sistema de representación política a las Iglesias, todo está severamente cuestionado y no existen instituciones ni liderazgos que nos indique el camino a seguir.
Faltan ideas, generadores y ejecutores del cambio. Ya aparecerán. La historia es fecunda en idas y venidas y los profetas de “lo líquido” se ahogarán en su propia vacuidad.
“Lo sólido” volverá a reinar, como siempre. La particularidad de la condición humana es superar el hecho físico de ser 90% de agua y construir las grandes catedrales del conocimiento y la creatividad.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

viernes, 26 de agosto de 2011

Construyendo los Partidos - 56 (26 – 8 – 2011)




Lo que nos pasa a todos.

Algo profundo está pasando en el mundo entero. No es sólo el riesgo del default americano o la crisis del Euro; ni las revueltas populares en el mundo árabe (Túnez, Egipto, Libia, Yemen o Siria).
Los “indignados” aparecen y se multiplican también en España, Israel, Chile, Inglaterra, China e India.
Es decir, no son solo las grandes operaciones financieras del mundo central, ni la reacción contra los autoritarismos corruptos. Ahora estallan los países más sofisticadamente organizados, los emergentes exitosos y hasta la 2ª superpotencia mundial.
La intermediación, la contención y la representación son fenómenos fundamentales de la organización política y social.
Los Partidos, los sindicatos y las organizaciones intermedias – ONG’s – expresan habitualmente este rol que tiene siempre como referencia ineludible al Estado.
El derrumbe del Imperio Soviético, el fin de la Guerra Fría y la adopción por parte del Partido Comunista Chino de la ideología “Capitalista de Estado”, crearon un nuevo paradigma durante los 90’s que sacralizó los beneficios económicos en forma de ganancias personales y corporativas. Se crearon así instrumentos que permitían multiplicar los números independientemente de su verdadero correlato con la creación y producción de bienes y servicios.
Pero al mismo tiempo se democratizaron los medios electrónicos a través de la generación de redes sociales que podían omitir o driblear las comunicaciones institucionales incluyendo a los grandes medios de comunicación.
Por un camino inesperado, los ciudadanos de a pie pudieron inter-actuar por fuera de la pretensión manipuladora de los partidos, las corporaciones, las iglesias, las dictaduras y toda forma concentrada del poder.
Así pueden auto-convocarse decenas o cientos de miles de personas en la Madrileña Puerta del Sol, en la Plaza Tahrir del Cairo, en la Plaza Verde de Trípoli o frente al Palacio de la Moneda en Santiago de Chile.
El instrumento son los celulares y los motivos de protesta: la desocupación, el costo de la vivienda o la educación, la discriminación de género o el hastío de soportar sectas, familias o bandas que asaltan  el poder y pretenden retenerlo  por siempre.
Celulares y necesidades insatisfechas sobran en casi todos los países, así que veremos multiplicarse este fenómeno hasta el infinito.
 Y por casa, ¿como andamos?
En el 2001 vivimos un pico muy alto de descontento callejero atizado por el corralito financiero y el derrumbe de la economía -  30% de argentinos engrosaron la categoría de pobres sumándose a los ya existentes  y 400.000 argentinos trataron de encontrar asilo en Europa, USA, Israel, países vecinos y Australia-. Nunca habíamos vivido en el pasado algo semejante.
En los últimos 10 años la recuperación ha sido notable y eso explica el resultado electoral del pasado 14 de Agosto.
Sin embargo, el nivel de vida en España, Inglaterra o Israel es superior al argentino.  Por lo tanto, tenemos que considerar que, seguramente, nos pasarán cosas parecidas a las que hoy vemos por TV.
Tenemos que tener en claro que estas expresiones de protesta están dirigidas a la clase gobernante para que resuelvan problemas concretos y no son conspiraciones ni golpes de estado y no tienen un programa revolucionario ni una propuesta partidista.
Los grupos políticos o subversivos minoritarios que se infiltran e impulsan hechos violentos son un aspecto lateral y policial del fenómeno que no debe ser confundido con su sentido  verdadero.
En los últimos 20 años se produjo el mayor proceso de concentración de la riqueza. Nunca hemos visto una distancia semejante entre los que están en el vértice superior y los que ocupan la base de la pirámide. Jamás se verificaron índices de desocupación tan altos entre los jóvenes (en España alcanza al 45%)
Al margen de las virtudes y defectos del gobierno Cristinista, estos fenómenos se verifican en nuestra sociedad con la misma intensidad que en cualquiera de los ejemplos aquí mencionados.
Lo que tenemos que tener en cuenta es que, por un lado, estamos mucho mejor que los países gobernados por reyes o autócratas del norte de África y el Medio Oriente en cuanto a la legitimidad de nuestros gobernantes, participación ciudadana, igualdad de género, vigencia de los derechos humanos, etc., etc., etc.
Pero respecto de Chile, Inglaterra, España o Israel, nuestro sistema político es sustancialmente más débil y tiene una capacidad de respuesta y representación mucho más baja.
Contener las demandas sociales desbocadas requiere de un Estado bien organizado y de partidos bien implantados socialmente para que puedan receptar y canalizar los mensajes que la gente expresa directamente en la calle.
Considerando nuestra cultura histórica, ni el “Partido Único” ni los liderazgos individuales son respuestas posibles para la definitiva organización institucional de nuestro país. Todos los países de la región están viviendo una etapa de “ajustes”¨los educativos en Chile o los “éticos” en Brasil que expresan la maduración de la post transición democrática.
Los avances y los retrocesos producen “crujidos” sociales. En un caso, por resistencia al deterioro de la convivencia y en el otro, por búsqueda de una distribución más justa de la mejora económica.
Argentina crece económicamente pero la inflación y la fuga de capitales siguen poniendo en serio cuestionamiento la sustentabilidad del “modelo C” más allá de su incuestionable legitimidad.
¿El voto popular es, además de legitimador, una forma de aprobación expresa del programa de gobierno en curso? Lo es pero en forma relativa y no absoluta. Sino, administraciones que accedieron al poder por la vía del voto y fueron “modelos del mal” (Hitler en 1933) u otros que serían luego cuestionados por su costo social (Menem en 1995), o por su impronta bélica (George W. Bush en el 2001) estarían demostrando una patología colectiva que deslegitimaría la esencia misma del régimen democrático.
Un resultado electoral abrumadoramente exitoso es siempre una oportunidad: puede degenerar hacia el poder absoluto y arbitrario o dirigirse con firmeza hacia la consolidación de un sistema democrático estable y armónico.
Sólo nos resta construir los partidos en condiciones de representar a parcialidades con vocación de gobernar, alternativamente, al conjunto de la ciudadanía.
Ya llevamos 200 años intentándolo. Todavía no lo hemos logrado.

Diego R. Guelar

martes, 16 de agosto de 2011

Construyendo los Partidos - 55 (16 – 8 – 2011)

La ontología del triunfo y la derrota.

La ontología es la rama de la filosofía  que se ocupa de la naturaleza y organización de la realidad; pretende describir las características centrales de “aquello que existe”. Para hacerlo, debe conceptualizar esa realidad en reglas que facilitan su comprensión.
Así “triunfo” y “derrota” son la contracara de un mismo fenómeno que se mira desde distinta óptica: para que algo o alguien triunfe hay algo o alguien que es derrotado.
Para los franceses, Waterloo fue una derrota pero para los ingleses significó la consolidación de su poder europeo.
El episodio electoral del 14 de agosto pasado presenta un verdadero desafío a la hora de analizarlo:
1)    Es una elección interna sin opciones partidarias y, por lo tanto, es una no-elección.
Es también una no-elección desde el punto de vista que tampoco significa la concreción de un resultado: ni hay presidente electo, ni segunda vuelta con el segundo en número de votos, ni diputados, ni senadores, ni gobernadores, ni intendentes ni concejales electos más allá del número de votos que hayan obtenido.
Sin embargo, es vivida como un contundente triunfo de Cristina F. de Kirchner y su “Frente para la Victoria” que obtuvo más del 50% de los votos nacionales (y que, finalmente, se extendieron por todo el territorio nacional, incluyendo los distritos que parecían adversos).
Podríamos catalogarlo como un triunfo virtual que se proyecta como un “triunfo real” hacia el 23 de octubre, fecha de la elección verdadera. Incluso podría pensarse que, para ese momento, se amplíe aún más el margen de diferencia entre el gobierno y su defaulteada y dividida oposición.

2)    La no-elección se convierte así  en un hecho consumado y supletorio del acto eleccionario constitucional llamado “primera vuelta” – el 23 de octubre – que podría haber tenido una “segunda vuelta” treinta días después (en caso de que no se verificaran las mayorías requeridas).
Así se produce un hecho profundamente inconstitucional al adelantarse 70 días el momento en que la ciudadanía debería haber expresado su opinión definitiva.
La oposición, en una ridícula e ingenua especulación – creía que Cristina no alcanzaría el 40% -, no cuestionó la legalidad de este absurdo hecho y lo convalidó alegre y decididamente.

3)    Uno podría, simplísticamente, describir la situación como una fractura de la sociedad argentina en dos mitades: una kirchnerista – o cristinista- y otra anti K o anti C.
Falso.
Lo que se verifica es un “voto nuevo” que va desde Cristina a Altamira pasando por Scioli, Macri, Del Sel, Urtubey, De la Sota y el muy circunspecto Hermes Binner. Todos ellos movilizaron juventud y proyectaron una imagen diferente del perimido esquema Peronista-Radical representado por Alfonsín – Duhalde.
A Alfonsín, de nada le valió su alianza con De Narváez que, finalmente, le restó más que lo que le sumó. La ruptura con Binner y Stolbizer tiene profundas consecuencias futuras.
A Duhalde, la interrupción del proceso de internas en el llamado “Peronismo disidente”, le costó que no pudiera representarlo “In tótum”. El 8% de Rodríguez Saa y los votos de De Narváez más el esquivo caudal de De la Sota, Macri y Del Sel lo redujeron a un riñón duro y muy minoritario del “peronismo histórico” más un reducido número de empresarios y profesionales urbanos y rurales que lo votaron por consideraciones ideológicas anti-k.
El péndulo está definitivamente archivado.

4)    Ganaron los oficialismos, desde Tierra del Fuego hasta el gobierno nacional, pasando por Santa fé, Córdoba y las dos Buenos Aires.
5)    Toda elección democrática se resume en “continuidad o cambio”. Con consumo boyante, inflación, corrupción e inseguridad pasaron a segundo nivel.
Zedillo en Méjico o Rodríguez Zapatero en España ganaron elecciones 2 meses antes que se desataran profundas crisis económicas; no hubieran sido electos si las elecciones hubieran ocurrido 70 días después. La obligación de prever y, eventualmente, evitar males económicos, políticos y sociales, es de los dirigentes, no de los pueblos.

6)    No existe todavía un esquema político--ideológico que ordene el futuro sistema político. Tampoco sabemos si se construirá inmediatamente o si seguiremos lanzando la perinola para que indique quien será el próximo personaje que le toque acumular poder personal para cuando se le agote el turno a Cristina.

7)    Los muertos que “gozaban de buena salud” desaparecerán definitivamente a 10 años de producirse la consigna “que se vayan todos”. No serán todos pero serán muchos.

8)    Peronistas somos todos, o casi – el 70% votó a Cristina, Duhalde y Rodríguez Saá pero hay también Peronistas en la alianza Alfonsín-De Narváez y en el Frente Progresista (también en los casi extinguidos ARI y Proyecto Sur).
Cumplida la profecía de Juan Perón – “Peronistas somos todos” – no hay un partido político – Justicialista o Peronista – que pueda representar a una parcialidad que ya no existe y que se ha convertido en una suerte de “cultura Argentina”.
Respecto del Radicalismo, sus dos turnos de gobierno – 1983-89 y 1999-2001 – así como sus tres últimas elecciones, los presentan en una lenta y dolorosa agonía.

9)    La derecha sigue clandestina – o se esconde en el “centro” -; el único de izquierda expresa es Jorge Altamira y hay  un “progresismo” abstracto  en el Frente de Binner y en el muy exitoso de Cristina.
     Alfonsín derritió su identidad social-demócrata incipiente y el “sueño
     Lulista” de Duhalde se evaporó cuando el PT, Lula y Dilma se       pronunciaron por Cristina.

10)  Cristina confirma que lo ha superado a “Él” y que, por un tiempo, concentrará un poder superior al que supieron detentar Yrigoyen, Perón, (Raúl) Alfonsín, Menem y su difunto esposo. Es vaticinable una cómoda mayoría en ambas cámaras y una “civilizada convivencia” con los gobernadores que aspirarán a sucederla y que medirán sus tiempos conforme a la competencia entre ellos y el desgaste del gobierno nacional.
El exceso de poder es mala fariña. Intoxica y confunde.
La sabiduría universal indica que hay pocos antecedentes de líderes que hayan sabido auto-limitarse sin un marco institucional y una fuerza fáctica que lo imponga.
Lula y Mandela son, quizás, las dos excepciones contemporáneas. Ojalá Cristina reciba algo de la luz que los dos han sembrado.

Diego R. Guelar


jueves, 11 de agosto de 2011

Construyendo los Partidos - 54 (11-8-2011)

Sancor es más que una fábrica de leche


Al mismo tiempo que el Dólar y el Euro, el “Cristinismo” ha dejado de ser lo que era pero sigue siendo una “reserva de valor”. Por lo menos, hasta que la volátil opinión pública – o la perinola – pueda dar un giro y vuelque su inapelable designio hacia otra parte. Los triunfos de Binner y de Del Sel en Santa Fe y el del “gallego” de la Sota en Córdoba expresan apoyos y protestas muy significativos pero dejan pendiente las preferencias finales respecto de la elección presidencial.
Queda claro que la mayoría del electorado “SanCor” (Santa Fé y Córdoba ) –aproximadamente el 60 %- votará contra Cristina pero lo hará dividido entre Binner, Alfonsín y Duhalde (más un poquito para Rodríguez Saa y Carrió). Lo mismo ocurrirá en Capital Federal.
La Provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas. Daniel Scioli es a Cristina lo que Urquiza para Rosas en el Partido Federal o lo que Lonardi para Perón en el ejército nacionalista de la post-guerra. Urquiza y Lonardi esperaron pacientemente que se dieran las condiciones para jalar del gatillo. En el mundo de Facebook y China Superpotencia, no hay lugar para conspiraciones ni golpes de Estado.
Pero los ciclos son los ciclos y este se agota sin remedio. Scioli define si la reelección de Cristina es o no posible. En la Argentina sin Partidos fuertes, las confrontaciones no son programáticas ni ideológicas; son sólo personales y por la suceción. La alternancia es un esquema institucional que deberemos construir en el futuro.
Hasta en la hipótesis de un segundo mandato, ni Macri ni Bonfatti, ni de La Sota, ni el mismísimo Scioli (ni hablar de los sindicatos o los empresarios) serán obedientes seguidores ni receptores agradecidos de ocasionales dádivas.
Si la perinola así lo decide, Duhalde o Alfonsín deberán administrar una compleja transición hacia algo que todavía no conocemos y, quizás, tampoco imaginamos.
Podemos adivinar que no se repetirá ni Peronismo-Radicalismo ni Peronismo-Anti-Peronismo; tampoco habrá peligro golpista; no existirá el “Tercer Movimiento Histórico”, ni el “transversalismo” ni “la Alianza” ni el “alineamiento automático”.
Tampoco alcanzará con “los espacios”, ni las “necesidades de la gente” ni los pragmatismos y progresismos que evitan pronunciarse sobre sus programas o ideologías.
Enfrentaremos un mundo convulsionado con viejos actores que no querrán perder su influencia mientras que otros nuevos exigirán un rol más activo y decisivo.
La integración con nuestros vecinos, que nos ayudarán en la empresa, más la comprensión de los europeos, los norteamericanos y los chinos nos presentan un panorama alentador.
La mitomanía K desaparecerá – en el mejor de los casos – o se tornará ingobernable.
Será responsabilidad de todos rescatar los aciertos – que no son pocos – y encuadrar la realidad en un marco legal que haga posible el aterrizaje en un sistema previsible.
. El Poder Judicial acumulará a los procesos históricos – las responsabilidades criminales de la Dictadura militar-, las acciones ilegales cometidas durante las últimas dos décadas.
Dejar de lado el espíritu revanchista, dotar a los jueces de la independencia y los recursos para que puedan cumplir sus misión y priorizar la resolución de los graves problemas sociales que hemos venido acumulando, deben convertirse en una suerte de “tres mandamientos” rectores.
Si seguimos discutiendo “el proceso”, “el menemismo” y “el Kirchnerismo” sin entender que los tres son partes indivisibles de nuestra tragedia pasada, poco podemos hacer para construir un futuro mejor.
La “mala política” y la “despolitización” han causado estragos.
Especular con las posibles ventajas de una opinión pública confundida o negar la existencia de un mensaje claro de la sociedad para no repetir el pasado, es abrir las puertas al peor de los oportunismos cortoplacistas.
El peligro es que siempre puede aparecer alguien más nocivo  para llenar los espacios vacíos.
Hoy disponemos de la experiencia y la sangre nueva para dotar a la Argentina de un sistema político.
Conocemos el uso de la experiencia al servicio de los intereses sectoriales o personales, también el derramamiento de sangre en luchas fratricidas.
Podemos y debemos construir el sistema Republicano, Representativo y Federal que soñamos. No nos faltan gobernadores provinciales, ni legisladores, ni jueces. Tampoco militares ni diplomáticos. Disponemos de millones de trabajadores, profesionales, empresarios urbanos y rurales, estudiantes e inmigrantes que ya son parte de una nacionalidad regional emergente.
Por todo ese capital humano más los infinitos recursos materiales que disponemos, solo una voluntad perversa puede estropear un destino manifiesto de prosperidad y justicia.
Este 2do semestre del 2011 está lleno de turbulencias internas y externas.
Transitémoslas con fe y esperanza – sumándole una buena dosis de coraje e inteligencia -. Por último, que Dios y la suerte nos acompañen.

Diego R. Guelar

domingo, 31 de julio de 2011

Boletín Internacional Informativo PRO

Julio 2011 
El default americano no ocurrirá –por ahora –

Si en medio de la crisis del 2008 hubiéramos hecho una encuesta, ni los más pesimistas hubieran vaticinado un default norteamericano. Tampoco hubieran dudado de la fortaleza del Euro.
Si hubiéramos preguntado a los norteamericanos cual era su deuda, el 99% no la conocía ni creía que fuera un dato relevante. Una fortaleza fundamental que adquiere cualquier individuo, familia, país o región es que se tome por sobrentendido que su credibilidad supera las circunstancias adversas y que la capacidad de afrontar las crisis está por encima de cualquier acontecimiento por malo o negativo que fuera.
No sólo los norteamericanos, sino cualquier habitante con información superficial sabe hoy que los EE.UU deben 14 trillones (no billones como incorrectamente se traduce) de dólares y se endeuda a una velocidad de U$S180 millones ¡¡por HORA!!
Quién sabía, hasta hace 60 días; - con la excepción  de una docena de banqueros – que la deuda griega ascendía a 370 mil millones de Euros – 4 veces el default argentino del 2001 -. Si le sumamos la deuda irlandesa, portuguesa, española e italiana, no alcanza con todo los recursos alemanes, franceses e ingleses para pagarla.
Fueron ellos, precisamente, los que “inventaron” una “Nueva Europa Comunitaria”- Francia y Alemania – para evitar guerras fratricidas y los ingleses  los que se opusieron tenazmente cansados de tener que “sacar las castañas del fuego”  siempre por sus “vecinos” (para los ingleses Europa es el continente que empieza cuando cruzan el Canal de la Mancha).
Pero igual que no hubo dinosaurios buenos y dinosaurios malos a la hora de su holocausto geológico, este tsunami  no respeta fronteras políticas, ideológicas, económicas ni lingüísticas.
El mundo global nos viene enseñando que, para bien y para mal, desde los terremotos hasta las hipotecas, un estornudo en un rincón del mundo puede provocar una pulmonía en la otra punta.
Con esa tendencia natural nuestra de producir desastres y después pretender enseñarle al mundo cómo evitarlos, los argentinos creemos hoy que estamos blindados y protegidos por la muralla china y la locomotora brasilera.
Esperemos que los chinos y los brasileros no se lo crean porque sino estaremos en graves problemas.  Tendremos que acostumbrarnos a un mundo convulsionado, sin super-potencias que lo ordenen y con la necesidad- para sobrevivir – de fortalecer la regionalización que comenzó en los 50’s y fructificó en el sudeste Asiático, Norteamérica, Europa y Sudamérica.
Aunque no sea una panacea mágica, la regionalización ha demostrado que aumenta la capacidad de defenderse y replegarse conteniendo el pánico y el desorden financiero.
Partiendo de la descalificación de los que eran los más calificados, la credibilidad se reconstruirá desde una  nueva capacidad de conducir cuyo mejor ejemplo son los emergentes BRICS que hoy se constituyen en actores centrales del ordenamiento planetario.
Los Demócratas y los Republicanos acordarán cómo ganar tiempo, aumentar algunos impuestos y reducir algunos gastos.
Ambos se proclamarán ganadores de la pulseada, pero esto no es cierto. “La caja de Pandora” se ha abierto. No habrá forma de ocultar la basura bajo la alfombra ni encargarle a los publicistas una imagen ganadora a un Twitter ingenioso.
El mundo estará, una vez más, en condiciones de reinventarse a sí mismo. Por suerte, hoy tenemos una masa crítica de líderes y de partícipes que podrán aportar a la solución común sin tener que recurrir a los autoritarismos que caracterizaron al siglo XX.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO