miércoles, 23 de febrero de 2011

“A 30 años del Tejerazo”


El 23 de febrero de 1981, el Coronel Antonio Tejero irrumpió con su unidad de la guardia civil en el hemiciclo de las cortes españolas.
La transición española había comenzado el 20 de noviembre de 1975 con la muerte de Francisco Franco (aunque ya durante los últimos 10 años el régimen se había ido convirtiendo en una “dictablanda”).
Las primeras elecciones democráticas se celebraron el 15 de junio de 1977 y la Constitución española fue aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
Tres largos años tuvieron que pasar entre la muerte de Franco y la definitiva normalización de la vida institucional española.
La habilidad del Rey Juan Carlos, la sagacidad de su Primer Ministro – Adolfo Suárez y la capacidad de una docena de interlocutores del sistema político – Felipe González, Manuel Fraga Iribarne, Josep Tarradellas y Santiago Carrillo - , entre los más notables, hicieron posible que esos primeros 5 años fueran transitables.
Pero fueron los Pactos de la Moncloa (uno político y el otro económico) suscriptos el 27 de octubre de 1977 los que estabilizaron un periodo de alta fragilidad e incertidumbre.
Es bueno recordar los aspectos más salientes de estos pactos para entender cuan precaria fue esta transición entre 1975 y 1981.
Los acuerdos económicos consistieron en:
1)     Aceptar el despido libre hasta el 5% de la plantilla de personal de las empresas privadas,
2)    No incrementar salarios en más del 22%
3)    Se devaluó la peseta (en concordancia con la inflación y los aumentos salariales)
4)    Se reformó el sistema tributario

En lo político:
1)    Se eliminó la censura de la prensa
2)    Se abrió la información del Estado a la oposición
3)    Se aprobaron los derechos de reunión y asociación política
4)    Se incluyó en el código penal el delito de tortura
5)    Se despenalizó el adulterio
6)    Se restringió la jurisdicción penal militar

El frustrado golpe de estado del 23 de febrero marcó el fin de la transición española que se coronaría con el acceso al poder del PSOE en 1982 y la inclusión de España en la Comunidad Económica Europea y la OTAN.
Algunas voces han reiterado la necesidad de que los argentinos lleguemos a acuerdos similares a los que los españoles alcanzaron en esos difíciles momentos.
El contenido de los mismos muestra que existe una distancia enorme entre esa circunstancia histórica y la actual situación argentina. Nosotros tenemos plena normalidad institucional, división de poderes, ley de partidos políticos, independencia del Banco Central y absoluta sujeción del poder militar a la autoridad civil.
La mayor enseñanza que nos deja el proceso español pasa por la reconstrucción de los partidos políticos.
Así se verifican hoy 2 grandes partidos nacionales: uno por centro–izquierda – el PSOE y otro por centro-derecha – el PP – con el acompañamiento de algunos partidos regionalistas.
España es un claro ejemplo de la posibilidad de fracturarse y enfrentarse en forma muy sangrienta (guerra civil con un millón de muertos) por extremar sus diferencias ideológicas.
Su correctivo no es ignorar las ideologías, sino practicarlas con un espíritu moderado y dialogante que permita la convivencia y la alternancia basadas en el respeto de los mismos valores fundamentales.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

lunes, 21 de febrero de 2011

Construyamos el Partido 36 (21-2-11)

La caída de Mubarak es mucho más que un episodio egipcio.

El Occidente Cristiano fue fundado por el Emperador Constantino en el siglo IV D.C. Durante los últimos 17 siglos la pugna entre la autoridad terrenal y la celestial, la legitimación divina del poder vis a vis la del pueblo y las formas de limitar el natural instinto humano para ejercer brutalmente el poder político y económico (incluyendo el sometimiento del género femenino), fueron la causa central de las guerras que asolaron Europa y que causaron tantas muertes como las devastadoras pestes.
El Islamismo nace en el sigloVII  D.C. y es propagado en todo el norte de Africa y Medio Oriente por Mahoma y sus descendientes Sunnitas y Chiitas. Se convierte luego en la religión oficial del Imperio Otomano.
Durante todo el período  colonial encabezado por Turquía, España e Inglaterra, el poder teocrático se impuso en todo el mundo: El Sultanato de la media luna,  “La espada y la cruz” española y la “Corona británica” que unificaba en el Emperador Inglés el poder político y la jefatura de la Iglesia de Inglaterra.
Los procesos de descolonización coincidieron con la Guerra Fría (1945-1989). El mundo musulmán había sido gobernado hasta entonces  por una combinación de reyes, sultanes y jefes de tribus digitadas por las potencias coloniales.
La primera ola de líderes independentistas eran militares (Nasser) o guerrilleros (Benbella)  que se apoyaron en la URSS y fundaron partidos laicos o socialistas.
A medida que se afirmaron en el poder, empezaron a desarrollar una nueva alianza con las autoridades religiosas para afirmar un proceso de “reislamización” que confluía en el común objetivo de disciplinar a la población bajo un fuerte imperativo autoritario.
El fin de la Guerra Fría produjo un acercamiento entre los gobiernos del Norte de África y Medio Oriente con los EE.UU. quienes temían que se pudiera reproducir la “revolución de los Ayatohlas” de Irán – 1979 – después de la caída del Sha de Persia. Así se produjo un “mirar para otro lado” por parte de las potencias occidentales – EE.UU y Europa – que cultivaban la relación con los autócratas árabes sin cuestionar ni la corrupción ni las violaciones a los derechos humanos.
Este proceso coincidió con los 70’s en América Latina y una política similar por parte de las potencias centrales frente a las dictaduras latinoamericanas.
Pero a diferencia de lo ocurrido en nuestro hemisferio, en el mundo Musulmán las dictaduras pudieron perpetuarse y, en algunos casos, pasaron a ser hereditarias aunque se autodenominaran repúblicas.
El petróleo, el conflicto judeo-palestino y una supuesta “unidad pan-musulmana”, caracterizaron el período 1948-2010 con una conflictividad social y religiosa que aparecía de tanto en tanto alimentada por los enfrentamientos entre sunnitas y chiitas y los intereses en disputa de “las potencias regionales”:  Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Arabia Saudita, Siria, Iraq e Irán. Los más débiles: Túnez, Sahara occidental, Líbano, Yemen, Sudán, Jordania, Palestina y los propios Emiratos Árabes (pese a su riqueza), estaban sujetos a los vaivenes de sus vecinos y sus “juegos de poder”.
Pero el siglo XXI planteó un nuevo escenario:
1)    Las redes sociales electrónicas difíciles de censurar
2)    La “revolución de género” (femenino) por la cual es difícil someter a mujeres que alcanzaron más altos niveles de educación.
3)    La explosión de la voluntad popular de alcanzar mayores índices de desarrollo general frente al enriquecimiento sin límite de elites cercanas al poder.
4)    El crecimiento de minorías violentas ultra – religiosas incontrolables por los autócratas enquistados en el poder y presos de sus alianzas con los jefes religiosos.
Pero esta nueva realidad no deja de lado los fundamentos culturales básicos que diseñaron una forma de vivir y honrar a Dios.
De la misma forma que los principios cristianos se plasmaron en las democracias occidentales, no hay proceso posible en oriente medio que pueda obviar su esencia islámica.
El pronunciamiento público de la “Hermandad Musulmana” ( mayor partido de oposición a Mubarak) dice:” deseamos el establecimiento de la democracia en Egipto, un Estado civil basado en medidas universales de libertad y justicia, con valores islámicos que sirvan a todos los egipcios independientemente de su color, credo, ideología o religión…”.
“Un mundo sin Mubaraks” anuncia no sólo una revolución regional inparable, sino su extensión a otras zonas que todavía tienen vestigios de personalismos populistas autoritarios; léase, América Latina y justamente aquellos que reivindicaron su asociación con esas dictaduras teocráticas que están a punto de sucumbir.
Por primera vez nos acercamos a un mundo donde los valores de democracia, derechos humanos, igualdad de género y cuidado medioambiental son valores efectivamente universales desde América hasta el extremo oriente, inspirados en el cristianismo, el islamismo el Budismo y el Taoismo.
Pero este salto cualitativo no será fácil.
      Las “nuevas democracias musulmanas”, igual que las nuestras de los últimos 20 años, deberán hacer su experiencia y pagar sus costos. Claro que cuando se habla de países muy ricos en petróleo y otros recursos naturales pero con escasa experiencia institucional, el tránsito hacia la organización de colectivos cívicos – partidos – que estabilicen sus sistemas políticos y los alejen de los personalismos autocráticos, no será materia de uno ni de 10 años.
La consolidación de un proyecto sudamericano no será neutral en el nuevo esquema de poder mundial y nuestro papel puede ser muy significativo en el diálogo sur-sur que todavía no ha florecido. Nosotros-los Sudamericanos-, con Australia, N. Zelandia, Indonesia, Sudáfrica, India y Corea del Sur, nos constituimos en un nuevo polo de poder mundial para alimentar a nuestro planeta de comida, paz y justicia creciente. También de instituciones, es decir, de cultura partidaria .

Diego R. Guelar

martes, 15 de febrero de 2011

La tercera valija

La primera fue la de Antonini Wilson. La segunda fue una obra maestra de tapicería aeronáutica disimulada en la mullida marroquinería que decoraba el lujoso jet de los hermanos Juliá.
En el primer caso, se pretendió afirmar que fue todo una conspiración de la CIA para desprestigiar a los comandantes Chávez y Kirchner. Todavía está pendiente la extradición pedida a los EE.UU. para que Antonini Wilson declare en la Argentina.
En el segundo caso, el ministro del Interior informó que la "mercadería" había sido cargada en Cabo Verde durante la escala técnica para reabastecerse de combustible.
Ya no quedan dudas de que la tonelada de cocaína fue instalada en Morón y despachada desde Ezeiza sin control alguno. Todo indica que la DEA norteamericana colaboró con las autoridades españolas. No se advirtió a las autoridades argentinas que el procedimiento policial estaba en curso desde hacía varios meses.
Aunque no pueda caratularse de "valija", la decisión del presidente Obama de saltear a la Argentina durante su visita a Brasil y Chile fue la gota que rebasó el vaso. Nuestro canciller reaccionó ante el supuesto desplante atribuyéndolo a que "aquí, Obama no puede vender armas?".
No podemos ser ingenuos. Las confusas informaciones filtradas a través de un órgano periodístico paraoficial indican que el Boeing Globmaster III de la Fuerza Aérea norteamericana cometió desprolijidades en el inventario presentado a las autoridades argentinas. Estas tienen el derecho (y la obligación) de controlar todo lo que entra y sale por nuestras aduanas y, de objetarse legítimamente el ingreso de "material sensible", éste debe ser apartado y volver a su lugar de origen.
Pero también es cierto que se trata de un país amigo (como podía haber sido Brasil, Chile o España), invitado a cooperar con nosotros en un tema tan delicado como "manejo de crisis y toma de rehenes". Ambos países fuimos víctimas del terrorismo internacional, somos aliados y realizamos múltiples ejercicios militares y policiales en nuestro territorio, en Haití, en Chipre y en otros lugares bajo la común bandera de las Naciones Unidas. La Argentina ha sabido ganarse el respeto universal por el comportamiento de sus efectivos de las Fuerzas Armadas y de seguridad que han tenido que compartir con los norteamericanos delicados escenarios bélicos.
Sin lugar a dudas podría haberse manejado el tema a plena satisfacción de ambas partes para evitar todo altercado diplomático.
¿Por qué se hizo todo lo contrario? Falta una explicación oficial. Esperemos que esta reacción no sea sólo una infantil respuesta para compensar, con esta valija, las otras dos anteriores y el desagrado oficial ante una decisión del presidente Obama que en nada afecta el normal desarrollo de nuestras relaciones bilaterales.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

miércoles, 9 de febrero de 2011

Construyamos el Partido-35 (9-2-011)

Mauricio Macri lanza su candidatura Presidencial

Finalmente, Mauricio Macri confirmó su decisión de presentarse como candidato presidencial en octubre del 2011.
Es lo que debía hacer. Un partido nacional en construcción debe someterse a las compulsas electorales generales cada vez que estas son convocadas (cada 2 años en nuestro sistema electoral).
No existe partido en el mundo que aparezca por generación espontánea o por arte de magia. PRO ya tiene 8 años de existencia y va a protagonizar su primera elección nacional. Puede ganar o perder. Lo seguro es que crecerá en volumen, calidad y experiencia.
Que su figura más significativa – en este caso su fundador – juegue su destino (teniendo una reelección prácticamente asegurad)  sin especulación y consciente de los riesgos que conlleva, es cumplir con una de las reglas fundamentales de la Política con mayúscula. Los líderes que lo precedieron cronológicamente en la región hicieron lo mismo. Fueran de derecha – Uribe, Calderón, Piñera – o de izquierda – Mujica, Lula, Morales, Correa y Chávez.
La “Nueva Política” es la que propone una opción frente aquellas  desgastadas y desacreditadas, pero es la misma política con los mismos riesgos y desafíos  (desde Aristóteles asesorando al Emperador Alejandro en la antigua Grecia).
Lo que debemos tener en cuenta es que, para que una candidatura tenga un sentido significativo, debe ser la expresión de un momento histórico, defender una idea superior y ser levantada como bandera por una porción sustancial del electorado.
Si esto es así, debe tener expresión organizativa propia y capacidad de convocar aliados y adherentes que le reconozcan su rol dirigencial. Todas las propuestas exitosas y duraderas en la región han contado con liderazgo individual, organización partidaria propia y construcción de coaliciones con otras fuerzas afines.
PRO puede ser, pese a su incipiente estructura, la catalizadora de un enorme electorado que se dispersa – hasta ahora – en referencias individuales que no han podido (y no han querido) construir una propuesta político-ideológica común. La opinión pública, que tiene expectativas depositadas en Reutemann, Scioli, Duhalde, De Narváez y Macri más muchos otros referentes locales (todos ellos calificables claramente como de centro-derecha) piensa en forma bastante parecida respecto de la Democracia, la familia, el estado, los sindicatos, el campo, la industria, la modernización y la inserción internacional. Podrán formularlo en forma más o menos estructurada pero, preguntados específicamente, contestan cosas muy parecidas.
La ubicación política formal de estos “referentes” no refleja la percepción que la gente tiene de ellos. El caso más significativo es el de Daniel Scioli, quien hoy preside el Partido Justiciaista Nacional, con altos índices de popularidad mientras la pertenencia reconocida de la población al Peronismo no supera el 20%. O el de Carlos Reutemann que, desde el silencio y la inactividad política más absoluta, sigue despertando enormes expectativas desde un ”imaginario colectivo” que le atribuye las mayores virtudes. O el de Mauricio Macri, quien sin haberse declarado nunca peronista, es asociado naturalmente con Reutemann o Scioli. O el de De Narvaez que, sin historia política alguna, derrotó a Kirchner, Scioli y más de cuarenta intendentes bonaerenses que encabezaban “listas testimoniales” en el 2009. Y  el de Eduardo Duhalde, que patrocinó y/o estimuló y/o impulsó a todos los otros del grupo y hoy registra  (todavía) índices más bajos de adhesión.
También acuerdan rodos ellos con lo que no quieren: el autoritarismo y la corrupción actual ( al menos en el discurso).
Del pelotón mencionado, sólo dos han manifestado su decisión de ser candidatos presidenciales: Eduardo Duhalde y Mauricio Macri.
Ambos representan cosas distintas, pero confluyen en las prioridades para la década entrante. Para uno, la última oportunidad; para el otro, la primera.
¿La alianza resta o suma? Depende. Si predominan los intereses de la sociedad para conciliar gobernabilidad y cambio, experiencia e innovación, desarrollo y estabilidad, soberanía y globalización, la alianza suma.
Si ganan los valores corporativos y sectarios, o los frívolos y egoístas, la alianza resta.
En buena media, el destino electoral se juega en la capacidad de privilegiar los valores y aspiraciones del sector (o los sectores) de la población que entiende la asociación como positiva y complementaria.
Si Alfonsín-Sanz (ver Construyamos el Partido-28y34) y Macri-Duhalde (ver Construyamos el Partido-31) se vislumbran como dirigentes capaces de extender al resto de la sociedad su comportamiento partidario (puja en internas abiertas con debate de ideas y acatamiento al veredicto de las urnas), la opción del oficialismo (Cristina o quien sea) quedará relegada al tercer puesto, es decir, no participará del ballotage.

La Ciudad de Buenos Aires

En el orden nacional Macri no tiene rival dentro del PRO.
No ocurre lo mismo en la Ciudad de Buenos Aires. Dos cuadros políticos  de reciente aparición (pero de gran trayectoria durante los últimos 5 años) se precandidatean para la elección de Jefe de Gobierno: Gabriela Michetti (ex – Vicejefa de Gobierno, actual Diputada Nacional y Presidenta del PRO Capital)  y Horacio Rodríguez Larreta (actual jefe de gabinete del Gobierno Porteño). Ambos tiene méritos más que suficientes para aspirar a ese alto cargo.
PRO, como partido, ha obtenido desde el 2003 más del 30% en todas las elecciones en que se presentara llegando al 60% en junio del 2007 cuando – en segunda vuelta – fue elegido Mauricio Macri como Jefe de Gobierno.
Se verifica ahora una oportunidad extraordinaria de realizar la “primera interna” partidaria dentro del PRO que debería ser abierta y no más allá del fin de abril.
De esta forma, tanto Gabriela como Horacio consagrarían sus condiciones dirigenciales desde un pronunciamiento electoral que sería incuestionable.
Podría pactarse que, quien saliera segundo, ocupara la Vicejefatura de tal forma de garantizar el mejor manejo posible de la legislatura local.
Mauricio podría declararse prescindente pero podría estimular un debate de ideas y propuestas que serviría como vidriera con vistas a la elección nacional de octubre.
Las internas son el mejor procedimiento para la elección de candidatos y fortalecen las estructuras partidarias. No hay democracia moderna sin estos procesos de calificación de sus dirigentes.
Se fortifica así la identidad partidaria y se relativiza el personalismo. Los individualismos sólo mediáticos terminan consumiendo a sus protagonistas  como un boomerang. El juicio “mitológico” de la opinión pública exacerba su auto-estima que los hace concebirse como “salvadores imprescindibles” y no como “representantes condicionados” por una estructura y un programa.
La pertenencia partidaria encuadra la conducta del dirigente y limita su margen de maniobra, pero lo convierte en un “actor social” más completo y menos sujeto a sus caprichos individuales.
PRO está al borde de convertirse en una opción válida local y nacional. Pero los tiempos apremian.
Está fijada para el 6 de junio la fecha de las elecciones en Las Comunas Capitalinas (primer y extraordinario ejercicio de descentralización en nuestra enorme Capital Federal). Lo razonable sería hacer en ese mismo momento la elección del jefe de gobierno y diputados locales, si no se alcanza en la Legislatura la mayoría especial  (40 votos) para su unificación en octubre.
El 6 de marzo se vencen los plazos legales para que el Jefe de Gobierno convoque formalmente  a las elecciones comunales.
Por acuerdo interno o, preferentemente por internas, estas candidaturas y este  cronograma debe ser decidido a la brevedad así como la explicitación de la voluntad de constituir, en el orden nacional, un electorado común con el Peronismo Disidente sometiendo a la voluntad de ese amplio espectro un programa y un candidato presidencial común.

Diego R. Guelar

lunes, 7 de febrero de 2011

Construyamos el Partido 34 (07-02-11)

“Sanz y Alfonsín disputan internas el 30 de Abril”

El Senador Ernesto Sanz y el Diputado Ricardo Alfonsín disputarán una interna “abierta, voluntaria y no vinculante” para afiliados de su partido (y ciudadanía en general) el 30 de abril próximo. El tercer eventual candidato, el actual vice-presidente Julio Cobos, podrá participar, si así lo decidiese en el futuro, en las internas abiertas y obligatorias dispuestas por ley para el próximo 14  de agosto.
Por otra parte, Duhalde, R. Saa y Das Neves , según anunciaron, harán una interna entre mayo y julio  a desarrollarse en 4 o 5 etapas y por regiones. No se entiende cual será el partido o frente que las organizará ni si serán abiertas o cerradas. Solá avisó que no va a participar.
Pino Solanas y Lilita Carrió ya son candidatos por su cuenta y Mauricio Macri definirá su candidatura en marzo.
La Señora Presidenta tiene delegada para sí, por obra del espíritu santo, la decisión sobre su candidatura a la reelección.
Hemos caído en un mar de confusión. En todos los países de nuestra civilización (si es cierto que pertenecemos a alguna), las internas son internas – es decir, se realizan entre afiliados de un partido determinado y conforme a su estatuto partidario -, y las elecciones generales son abiertas siendo obligatorias o no, conforme a lo que establezca la Constitución y/o la ley electoral aplicable.
Lo que es absolutamente absurdo es fijar en forma obligatoria la participación de toda la población en elecciones internas de los partidos.
Para ser claro: según la legislación vigente, todos los argentinos y argentinas entre 18 y 70 años deberemos concurrir el domingo 14 de agosto del 2011 con nuestro DNI (en el lugar de nuestro empadronamiento) a votar por alguno de los candidatos de las internas de los partidos políticos. Para evitar las sanciones legales y tener nuestro documento debidamente sellado por las autoridades de mesa, si no quisiéramos votar por nadie, deberíamos hacerlo en blanco.
Es decir, en un país donde no funcionan los partidos políticos, hacemos obligatorio que todos los ciudadanos voten por dentro de los mismos.
No importa cómo intentemos explicar esta locura, hemos sobrepasado todo sentido común.
El Radicalismo, único partido de regular funcionamiento nacional, está intentando hacer su interna normal de la manera más sensata.
Pero, así y todo, este ejercicio estará viciado por un padrón electoral desactualizado donde lo mejor de la nueva militancia no podrá participar y donde una minoría de su vieja estructura decidirá quién es su candidato.
Al margen de esta decisión, Julio Cobos o cualquier otro podrán darle batalla al elegido el 14 de agosto sumando una nueva masa de votos extra-partidarios que podrán dirimir la cuestión al margen de la voluntad partidaria.
Las últimas dos internas nacionales con resultados históricos fueron la de 1983 (entre Alfonsín y De la Rua) y la de 1989 (entre Cafiero y Menem).
De allí surgieron los candidatos que, para bien y para mal, dirigieron una “primera transición democrática” – 1983-1999- que terminó con el derrumbe total de las instituciones políticas y el default financiero. A Duhalde le tocó “la transición entre transiciones” del 2002 al 2003.
Los Kirchner condujeron una “segunda transición” – 2003-2011 – con un “estado de excepción” que incluyó la ilegítima sesión de poderes parlamentarios al ejecutivo y la más absoluta falta de transparencia sobre las decisiones públicas.
Si Dios fuera mínimamente argentino, deberíamos empezar en el 2012 una “tercera transición” que nos haga aterrizar en una “Tierra Prometida Democrática” permanente y previsible.
Difícil será enmendar la irracionalidad ya practicada, pero sería prudente y sensato que tomáramos cuenta del camino recorrido de tal forma de corregirlo en el futuro próximo. 2 generaciones políticas hemos fracasado desde la instauración democrática.
Si pudiéramos entre el 2012 y el 2016 depurar padrones de no más de 4 o 5 partidos nacionales, hacer elecciones verdaderamente internas (que movilizen en total a 3 o 4 millones de argentinos afiliados a partidos políticos) y llegar a las elecciones de octubre del 2015 con un panorama claro y una ciudadanía responsable, podríamos hacer una “cuarta y última transición” – 2016-2020 – que les permita a los que hoy tiene 10 años de edad incorporarse al padrón electoral y votar en octubre del 2019 en un país normal y en pleno proceso de crecimiento.
No debería ser tan difícil poder alcanzarlo.
Así Chile, Brasil y Uruguay nos llevarían “sólo” 15 años de ventaja (para el 2005, los tres habían terminado plenamente sus transiciones democráticas) y podrían recibirnos en el “Club Democrático del Cono Sur” como una nación madura y un socio confiable.

Diego R. Guelar

martes, 1 de febrero de 2011

Boletín Internacional Informativo - PRO

Enero 2011
La hora del Islam
Túnez, Argelia, Yemen, Jordania y, sobretodo, Egipto, el país clave en el norte de África y todo el medio ambiente que avanza, desordenadamente, hacia la profundización de su precaria democracia.
¿Qué significa eso? La mayoría es religiosamente moderada pero la única oposición bien organizada es ultrarreligiosa - los hermanos musulmanes-. La pregunta del millón es el peso que pueden tener en las fuerzas armadas. Sus equivalentes en Turquía no pueden avanzar justamente por el rol de las fuerzas armadas, verdaderas herederas de Kamal Ataturk.
La Democracia, tal como la conocemos en Occidente, es exclusivamente occidental; está ligada a definiciones respecto del Estado, la familia, la igualdad de género y las libertades individuales. En nuestra concepción, la persona (no el individuo) como ente social, no puede ser avasallado por ninguna consideración superior (incluyendo a Dios) y las Cortes supremas son las garantes de su respecto absoluto.
Desde los pornógrafos, los delincuentes más depredadores en lo económico o los sanguinarios asesinos seriales sin sentencia, todos tienen garantías procesales de cuasi inmunidad. La pena de muerte está abolida en un 90% y la edad de emancipación plena es de 18 años, tanto para hombres como mujeres.
Todos estos valores no tienen asidero en las milenarias tradiciones islámicas.
¿Qué es una democracia Islámica? No lo sabemos.
A los países ya en estado de pública sublevación, hay que agregarle los ocupados Afganistán e Irak más los severamente cuestionados Irán y Pakistán. Ni hablar del mar de fondo indetectable (hasta ahora) en Arabia Saudita.
En los dos extremos geográficos de la región- India y Turquía- se demuestra la viabilidad de la síntesis entre instituciones liberales y ancestrales tradiciones autoritarias.
Los valores culturales europeos - extendidos a gran parte del mundo, incluido China - han encontrado una barrera casi infranqueable en el mundo musulmán donde, hasta las llamadas repúblicas, reproducen en forma hereditaria las prácticas monárquicas más absolutas.
Hasta hace 200 años pasaba lo mismo en Europa y hace sólo 80 años los totalitarismos fascistas y comunistas fueron hegemónicos desde Rusia a Japón pasando por casi toda Europa continental y sólo hace 40 años se consolidó el proceso descolonizador en África y buena parte de Asia.
Fenómenos como el suministro petrolero y el desarrollo de armas nucleares y otras de destrucción masiva complican el proceso de transición que, ineludiblemente, llegará al mundo árabe.
Nadie sabe más de esto que los latinoamericanos. La transición que encabezara la Argentina en 1983 lleva más de 35 años y todavía no ha concluido, pero lo hará exitosamente en el curso de la década entrante.
El profeta máximo de Alá - antes de Mahoma - es el mismísimo Aarón que emparenta al Islam con la tradición mosaica y el Cristianismo.
Así como la Contrarreforma y la Inquisición no pudieron impedir el desarrollo de la ciencia y las instituciones democráticas, las versiones fundamentalistas del Corán no podrán eternizarse en un mundo global donde las ideas circulan con más velocidad que las personas y las cosas.
Sólo debemos hacer votos para que las próximas décadas - pletóricas de desafíos y cambios humanísticos y tecnológicos - no reproduzcan los episodios sangrientos ocurridos en el pasado.
El siglo XXI puede ser el primer "siglo de paz" en la historia de la humanidad. Ojala lo sea.

Diego Ramiro Guelar
Secretario de Relaciones internacionales de PRO