martes, 31 de mayo de 2011

Boletín Internacional Informativo - PRO

Mayo 2011
Indignados, piqueteros y otras yerbas

Las crisis de los partidos políticos se verifican de distinta manera. En unos casos, porque solo se permita uno, como en China o Cuba. En otros, por la falta de definiciones ideológicas o, por el caso contrario, el exceso de “pragmatismo”.
Pero en estas épocas acurre un fenómeno particular: ante la crisis, los partidos del oficialismo y la oposición, tienden a buscar coincidencias para evitar profundizar las desconfianzas y tensiones que naturalmente se producen.
La “representación” política tradicional sirve para aquellos que tienen una “integración satisfactoria” con el sistema y puede llegar hasta aquellos que el “asistencialismo” le brinda una respuesta mínimamente decorosa.
Los que tienen una educación superior a sus expectativas remunerativas, los que quieren pero no pueden educarse, los que no perciben que pueden salir de su marginalidad (y encuentran un eco en los partidos de izquierda y los medios de comunicación), son los que ejercen presión y se hacen escuchar.
Allí se verifica un nuevo elemento “auto-convocante” para expresar la ira, el hartazgo, la impotencia o el desencanto que se sintetiza en esa palabra resignificada por el escritor francés Stephane Hessel: ¡Indignación!
Así aparecieron, para sorpresa de todos, los militantes del movimiento M-15 (por el 15 de mayo, fecha de su primera concentración en la “Puerta del Sol” madrileña).
Versión desarrollada de los piqueteros argentinos, bolivianos o guatemaltecos, terminan representando lo mismo: la sociedad del consumo exacerbado, con publicidades machaconas en la tv mostrando autos deportivos, mujeres y hombres super bonitos, estrellas del deporte y del espectáculo que ganan decenas de millones de dólares por aó y banqueros y políticos que estafan sin límite.
Los que ganan mil Euros mensuales en Europa, mil Dólares en USA o mil Pesos en la Argentina, que les falta todo menos la televisión, no pueden hacer otra cosa que indignarse hasta los testículos y los ovarios. A eso se le agregan las nuevas redes sociales que les permite intercomunicarse, especialmente a los estudiantes, que son, en Egipto, Pekín, Caracas, Barcelona o Atenas, los impulsores de la protesta (aquel Mayo Francés que parecía una antigualla del pasado y que vuelve por el foro con renovado vigor). Se suman los desocupados, los marginados y todos aquellos que se sienten desesperanzados y no contenidos por un liderazgo que les despiertan la expectativa de un mundo mejor.
La quiebra del Euro, el Islamismo extremo en el Norte de África y Medio Oriente, la crisis del liderazgo norteamericano o la más cercana inflación Argentina, ponen en tela de juicio la capacidad de la especie humana para conciliar adelanto tecnológico con desarrollo y justicia social.
Este dilema es tan antiguo como la humanidad misma y se renueva con cada crisis cíclica.
Las novedades  del cambio de siglo son la igualdad de género y las redes sociales. Así se duplican los participantes de las propuestas y aumenta su autonomía para comunicarse entre sí.
Sus consecuencias, igual que en los casos anteriores, son impredecibles como contemporáneas pero estimables desde el carrusel de la historia: cambios en el sistema de representación con episodios de quiebre y recuperación del equilibrio.
La única “revolución permanente” fue la norteamericana de 1776 que sigue ejecutándose permanentemente dentro de los carriles de su propio texto constitucional. Las otras (la francesa, la soviética, la china), volvieron al “ancienne regime” después de algunas décadas de convulsión.
Moraleja, ajustémonos los cinturones de seguridad, que las turbulencias son pasajeras.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

lunes, 23 de mayo de 2011

Construyamos el Partido-46 ( 23-5-2011 )

Mauricio Macri es candidato a Jefe de Gobierno Porteño

Mauricio Macri, Jefe de Gobierno Porteño desde el 2007, fundador de Compromiso Para el Cambio y Propuesta Republicana (PRO), empresario y dirigente deportivo de centro-derecha que en el 2001, cuando el sistema político implosionó, se zambulló en la política y, juntamente con Francisco de Narváez y Felipe Solá logró ganar las elecciones del 2009 en los distritos que representan el 50% del electorado nacional. Finalmente, Macri decidió ir por la reelección en la Capital Federal.
Más de 6 millones de electores se han quedado, en principio, sin opción política de cara a las elecciones de octubre del 2011.
La centro-derecha, el mayor electorado de la Argentina clama que un partido tenga la gallardía de representarla. Este espacio se nutre de la mayoría de quienes fueron o son peronistas, de muchos otros que fueron o son anti-peronistas, de los radicales versión Julio Cobos o Ernesto Sanz, de los conservadores populares, de los liberales,  de los testimoniales demócrata-cristianos y de una nueva camada de electores que descree totalmente de los partidos tradicionales
Ese 25% inicial que ya se sentía representado por una sigla nueva y emergente – PRO – y se hacía carne en la persona de Mauricio Macri.
¿Será posible, desde el retroceso municipal, relanzar lo que nunca debió dejar de ser una epopeya? ¿Lo fue incipientemente? ¿Lo volverá a ser?
La historia Argentina está llena de incógnitas del pasado, mitomanías presentes y delirios que se proyectan al futuro.
Pero estamos tan insertos en el pasado que, los jóvenes sub-45 que hoy deberían estar enarbolando sus nuevos estandartes, los enrollan y los bajan “esperando” ser ellos mismos viejos mientras dejan morir sus sueños de grandeza postergándolos para épocas más propicias. Son una nueva generación de guerreros que quieren ganar guerras sin combatir en ninguna batalla.
Son “metro-sexuales invertidos” sin connotación sexual o de género y su castración es lejana de sus testículos u ovarios. Pasa por la peor de las amputaciones: la de los ideales, las convicciones y los sueños.
Quien llega a los 45 años de edad sin ese “fuego sagrado” podrá ser un autómata eficientemente guionado por profesionales del marketing pero no podrá ser líder, ni guía ni pastor de su rebaño.
Desde la centro-izquierda pasa algo similar. También está atomizada y sin mensaje. ¿Qué sociedad puede prescindir  de las utopías de izquierda? Las “realidades conducentes” de la derecha permiten construir escuelas y hospitales, financiar bienes y servicios, producir en escala masiva los inventos del ingenio humano, pero es sólo el “relato” de la justicia social, el límite a los más poderosos, la igualdad y la defensa de los más humildes la que produce la dinámica social que nos hace a todos mejores.
Ese contrapunto creador y movilizador entre la izquierda y la derecha democrática no está presente hoy en la Argentina. Sólo nos queda una ristra de lugares comunes y “chicanas” reiteradas para caricaturizar y deformar un debate profundo y necesario que se esconde detrás de demonizaciones emblemáticas: “los gorilas” o los “zurditos” o los “90’s” o los “70’s” o el “modelo” o la “burocracia sindical” o los “oligarcas del campo” o los “negros villeros”, etc., etc., etc.
Ya son 46 capítulos de la explicitación minuciosa y pertinaz de la necesidad de construir sólidos colectivos políticos que cimenten el sistema representativo.
Desfilan ante nosotros las pantomimas de siglas sin contenido, internas abiertas que no se practican, candidaturas que no se concretan y movilizaciones que se parecen más a murgas carnavalescas que a expresiones de apoyo a programas y doctrinas.
La publicidad y la propaganda son maravillosos inventos que han existido siempre. Sólo han cambiado sus recursos técnicos. Han permitido universalizar las religiones, el comercio, las culturas, las invenciones y las maravillas del arte, los idiomas y las leyendas que alimentan el alma y los sentidos.
Paro ahí están “los diez mandamientos”, el “Padre Nuestro”, el Corán, Aristóteles, Maquiavelo, Marx, Darwin o Einstein para recordarnos que, en el fondo, los contenidos son inomitibles e indispensables. Son ellos, los contenidos, los buenos y los malos, los que trascienden los tiempos y se transforman en legado permanente.
Lo efímero es y será efímero. Las miserabilidades y las grandezas marchan codo a codo, pero en cada episodio una le saca alguna ventaja a la otra. En esas pequeñas diferencias se juega el destino del mundo y de cada una de las unidades sociales que lo pueblan.
Ese milímetro hará la diferencia el 23 de octubre próximo Sólo 2 en cuarenta millones tendrán el privilegio de representar la historia. Los 27 millones de electores tendremos la responsabilidad de acertar o equivocarnos.
Como planteamos en el “Construyamos el Partido-45”, nada debería haber impedido que la centro-derecha y la centro-izquierda le dieran batalla al populismo autoritario y lo derrotaran el 23 de octubre.
El problema es siempre el mismo: no tenemos los partidos que sinteticen pensamiento y ordenen las conductas.
En los últimos dos años, los bloques que responden a Macri, Duhalde, De Narváez y Alfonsín votaron, al 99%, exactamente lo mismo.
Es lógico que así haya sido. Pusieron el caballo adelante del carro y priorizaron la defensa institucional frente a la permanente agresión del gobierno. No manifestaron, en dos años, ninguna diferencia político-ideológica importante.
Esto no indica que sean lo mismo. Sólo refleja que, frente a la emergencia, podían actuar bajo parámetros comunes.
¿Podía constituirse un frente electoral común? ¿Por qué no? Si algo útil deja PRO en los últimos  meses es su propuesta frentista amplia sin falsos límites ni prejuicios.
El tiempo y las ideas escasean. Sólo queda apelar al patriotismo que indica, en concreto, la necesidad de equilibrar el sistema político para evitar una mayor concentración arbitraria.
Eso es tan elemental como difícil de concretar.


Diego R. Guelar

lunes, 2 de mayo de 2011

Boletín Internacional Informativo - PRO

Abril 2011
Siria y Palestina
Osama Bin Laden se fue

Desde el mes de enero venimos anunciando que éste es  “el año del Islam” – La extraordinaria carrera China que la llevó al podio como 2ª potencia mundial, los avances de India y Brasil, la consolidación y la crisis europea, el fenómeno “Obama” en los EE.UU, fueron todas crónicas de un estrellato esperado y anunciado.
Regímenes y líderes que parecían eternos más allá de su condición monárquica o republicana (una mera formalidad) se han ido cayendo o debilitándose al ritmo de uno o dos por mes. El último el de Yemen y ahora le toca el turno a Bashar Al Assad. Nadie se aventura a vaticinar que ocurrirá en el futuro próximo. Blogueros, mujeres, estudiantes, intelectuales y periodistas, ocupan la vanguardia callejera y mediática, aportando la dolorosa cuota de sangre que parece un “impuesto al cambio” que aumenta en cada nuevo país que reproduce lo ocurrido en el anterior.
Al – Fatah y Hamas dieron la nota disonante. Se unieron, declararon la paz y se preparan para declarar la independencia del Estado Palestino. Entienden que están en su mejor momento: los gobiernos americano e israelíes debilitados por cuestiones internas, Europa asustada por la invasión de refugiados nor-africanos, China y Rusia ampliando su influencia global y sus “hermanos islámicos” que no pueden usarlos como prenda de ajuste o negociación porque están viendo como salvar la ropa propia.
Egipto, Siria e Irán, países claves en este escenario, están enfrentando tormentas internas que no les permite condicionar al sufrido pueblo palestino que puede, por primera vez, hacer sentir su voz sin patrones, voceros ni presiones extra-zona.
Con un petróleo en camino a los U$150 el barril, el mundo islámico no es sólo un hecho cultural o religioso, sino que se convierte en un o de los puntos de la agenda universal que más pesará la primera mitad del siglo XXI.
En este contexto, la muerte de Osama Bin Laden es más que una oportuna coincidencia.
Durante los últimos 10 años, se había consolidado una doctrina: “los buenos” y “los malos” nos aliamos contra los “muy malos”, es decir, los terroristas, los narcotraficantes y otras mafias diversas.
Así se abrazaron gobiernos democráticos con totalitarios, monarquías despóticas con repúblicas representativas o autoritarias y “volvieron al redil” algunos regímenes que habían sido repudiados por la comunidad internacional. Todo era justificado por el bien superior de erradicar a los violentos irracionales.
Así se restringieron libertades en las democracias occidentales, crecieron las derechas extremas y xenófobas y los regímenes autocráticos del mundo justificaron sus peores corruptelas represivas.
¿Los que salen a las calles en el norte de África y el Medio Oriente son lobos bajo pieles de cordero o sinceros militantes de la libertad?
No lo sabemos.
Lo que sabemos es que Bin Laden no será su conducción efectiva.
América del Sur no tendrá un impacto directo en el campo político pero en lo económico afirmará su protagonismo al consolidar su esquema de producción alternativo con Brasil como mayor abastecedor de etanol y Argentina como primer exportador de bio-diesel.
Nuestra región tiene una oportunidad superior a la que se planteara al inicio del siglo XX.
El “subcontinente del dorado” será, efectivamente, un emergente neto de las tensiones entre el mundo desarrollado y la tormenta musulmana.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO