martes, 15 de julio de 2014

¿Qué esperamos de China y Rusia?




La llegada de los Presidentes Putin y Xi Jinping a Buenos Aires es un hecho de alta relevancia. No es sólo una “escala técnica” a la ida o a la vuelta de la reunión de los BRICS en Fortaleza.

Argentina, pese a su terrible historial de los últimos 40 años – genocidio, Guerra de Malvinas, hiperinflación, default – mantiene-, su puesto entre las naciones de desarrollo intermedio con la particularidad de la feracidad de su suelo y su subsuelo.

Las últimas señales de la administración CFK – arreglos del Club de París, Ciadi y Repsol – han generado una razonable expectativa de reinserción de la Argentina a los flujos de créditos e inversiones.

Tanto China como Rusia saben que el relacionamiento  histórico de nuestro país con los EE.UU y la Unión Europea muestran síntomas de agotamiento (en función de la prioridades de c/u de ellos) y que nosotros tenemos urgentes necesidades de mejorar la infraestructura energética y aumentar nuestras exportaciones para garantizar la entrada de divisas que nos permitan crecer y cumplir con nuestros compromisos externos.

China quiere invertir en energía, minería, transporte y fertilizantes, Rusia tiene en la mira a Atucha  III. Estamos hablando de  miles de millones de inversión con gran generación de empleo y un impacto directo sobre varias actividades industriales tanto ligadas al mercado interno como al sector exportador.

Sin energía y transporte no hay desarrollo posible. Curiosamente, si avanzamos con China y Rusia, volverán a llegar  los capitales norteamericanos y europeos que encontrarán nuevamente atractivas las oportunidades que hoy tenemos pero que, rodeadas de un marco de incertidumbre e inseguridad jurídica, se han congelado sine die.

Si a los convenios que estamos firmando  con China y Rusia le sumamos la definitiva salida del default y le agregamos un marco legal claro al mercado cambiario, las posibilidades que se nos abren en la próxima década nos permitirán dejar atrás tanto error y conducta pendular del pasado.

Nuevamente, el futuro está a la vuelta de la esquina.

 

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO