miércoles, 15 de abril de 2015

Documento Grupo Consenso

Reflexiones sobre los desafíos externos de la
Argentina: Seremos afuera lo que seamos adentro.

Primer Documento



1. Los abajo firmantes, persuadidos de la necesidad de insertar adecuadamente a la
Argentina en el mundo, formulamos las siguientes reflexiones que puedan servir para el
accionar internacional del Gobierno que surja como resultado de las elecciones que tendrán
lugar en Octubre 2015.



2. En este siglo XXI globalizado, altamente interconectado y con mutaciones de poder
estamos dejando de lado un escenario internacional rígido y homogéneo. Ingresamos en una
era más flexible, y de mayor autonomía para todas las Naciones.

En este contexto, la República Argentina debe ser un activo y responsable actor global,
participando efectiva y constructivamente en todos los Organismos y Foros Internacionales,
y en todos los esquemas globales de gobernabilidad, a fin de contribuir al rediseño de la
Institucionalidad Global.

Debemos privilegiar la integración regional y generar la mayor cantidad de alianzas con
países del mundo, a fin de enfrentar los desafíos y oportunidades de esta nueva era.
Globalización e integración deben ser los vectores principales de una Estrategia de Inserción
Global en el siglo XXI.



3. El destino de nuestro país, su rango internacional, su soberanía política y la calidad del
nivel de vida de nuestra población dependerán, en enorme medida, de la relación que
consigamos establecer con el resto del mundo, partiendo de nuestra identidad occidental,
como sociedad que practica y defiende las instituciones republicanas, la división de poderes,
la libertad de expresión, los derechos humanos y las garantías individuales.



Seremos en el mundo lo mismo que seamos entre nosotros.



4. Hoy, Argentina se encuentra en una etapa de transición, en la que un ciclo político
culmina para que comience otro. Y por ello proponemos iniciar el diseño de un esquema de
consensos en materia de Política Exterior, como un aporte de estabilidad y continuidad al
Bicentenario de nuestra Independencia en 2016, consolidando los valores de una sociedad
abierta, moderna y respetuosa del ordenamiento internacional.



5. La democracia, idea fuerza de nuestro tiempo, ha logrado arraigarse fuertemente en
nuestro Continente y, ahora, corresponde fortalecer con la misma intensidad el modo de vida
republicano, como la más alta expresión de vida en sociedad. Corresponde ahora fortalecerla
mediante un respaldo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y basar nuestras conductas públicas en la Carta
Democrática Interamericana.



6. Al mismo tiempo, el mundo actual se caracteriza por el hecho que los Estados que han
tenido éxito han sido aquellos que han conseguido vincular sus proyectos nacionales con las
corrientes más dinámicas de la realidad internacional en cada momento histórico.




En ese contexto debe tenerse presente que la agenda global del Siglo XXI privilegiará seis
factores estratégicos: a) Seguridad; b) Alimentos; c) Energía; d) Innovación Científico
Tecnológica; d) Recursos Naturales y, f) Medio Ambiente.



7. Argentina posee condiciones objetivas para poder actuar e influir en y ante cada uno de
tales factores e, inclusive, podrá hacerlo en mayor medida aún si al mismo tiempo logra
construir o consolidar convergencias, alianzas o asociaciones que ayuden a potenciar su
propio rol como actor global relevante y responsable que actúa en forma acorde a su nivel de
desarrollo mediano-alto, que dispone de tecnología satelital así como de capacidad nuclear
que aplica exclusivamente con fines pacíficos y que, además, contribuye o ha liderado
numerosas Operaciones de Mantenimiento de la Paz en distintos escenarios del mundo,
siendo igualmente un Miembro del G-20, habiendo integrado también, en nueve ocasiones,
el Consejo de Seguridad de la ONU.



8. Desde esta perspectiva, debemos tener presente que nos encontramos en un momento de
nuestra historia en que el panorama internacional favorece nuestros intereses nacionales ya
que, luego de más de un siglo, volvemos a contar con la posibilidad de jugar un papel
relevante en lo que hace a dos de esos factores estratégicos a escala global: en materia de
alimentos y energía.



Por ello, el primer acento de la agenda internacional argentina para los próximos 10 años,
debe enfatizar un activo y sostenido proceso de desarrollo económico sobre la base de un
inteligente manejo de esos dos factores estratégicos, de forma tal que ambas variables
contribuyan a proveernos de divisas y tecnología que nos son imprescindibles para
desarrollar plenamente nuestra sociedad, de forma tal que nuestro crecimiento sea hecho con
equidad, justicia y libertad, que son elementos ineludibles para construir un protagonismo
internacional legítimo y sustentable.



9. El escenario mundial del último decenio nos favoreció con altos precios e intensa
demanda de los commodities que mejor producimos. Pero esta tendencia parece entrar en
una meseta. Y ahora nos toca a nosotros, no al mundo, dar un salto de calidad e incorporar
valor agregado y conocimiento a nuestras producciones exportables. Esto nos lleva a
impulsar, en forma objetiva, nuestras prioridades nacionales, forjando alianzas que sirvan a
ese propósito.



10. Solo articulando adecuadamente nuestras Políticas Exterior y de Defensa se conseguirán
estructurar y también validar ante nuestra propia sociedad y ante el resto del mundo,
acciones que sean aportes efectivos en la lucha contra enemigos a escala global como son el
terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado, siendo estas cuestiones en las cuales
Argentina enfrenta desafíos que requieren tanto de un accionar externo como de una activa
política de defensa nacional.



11. Proponemos revalorizar nuestras relaciones con los países que son los centros de
decisión internacional que más nos afectan utilizando para ello el diálogo y entendimientos
que en cada caso sepamos construir con cada uno de esos actores internacionales claves, de
forma de potenciar emprendimientos surgidos de nuestra propia iniciativa.




12. Igualmente, el desarrollo de nuestras sociedades está también intrínsecamente vinculado
a la integración con nuestros vecinos.



La dimensión bioceánica de una política exterior regional puede plasmarse en una adecuada
convergencia entre el Mercosur atlántico y la promisoria Alianza del Pacífico para acceder,
con máxima capacidad negociadora, al centro económico mundial que se está conformando
en torno a la región Asia-Pacífico.



13. En paralelo, en ejercicio del multilateralismo que debe orientar nuestro accionar externo,
trabajar para fortalecer nuestras tradicionales relaciones con Europa y los Estados Unidos.



Resulta impostergable una rápida, amplia y franca discusión con nuestros socios del
Mercosur, debiendo priorizarse en ese contexto nuestra alianza estratégica con Brasil.



14. La formidable herramienta alimentaria hoy a nuestro alcance se vería potenciada por este
acuerdo estratégico con Brasil e igualmente por acuerdos con otros países agro-exportadores
de la región, de forma de poder constituir la principal plataforma mundial de provisión de
proteínas en el Siglo XXI, asumiendo todos un protagonismo global decisivo para la agenda
del sistema internacional.



Debemos continuar incrementando las corrientes de comercio con los grandes compradores
de alimentos, pero generando intereses comunes que nos permitan interesarlos en forma
positiva acerca de la conveniencia de pasar a una escala superior de inversiones y
emprendimientos conjuntos que contribuyan a favorecer nuestro desarrollo y que al mismo
tiempo sean percibidos como una vía más sólida para garantizarles su seguridad de
abastecimiento a largo plazo.



15. De igual forma, también con Brasil, México y otros países vecinos, debemos articular la
utilización en forma coordinada y asociada del enorme potencial energético disponible en la
Región para promover y desarrollar proyectos de infraestructura y logística que, por su
escala ampliada, refuercen en todos esos planos el factor estratégico que conforma la
provisión de alimentos al mundo.



16. La prioridad estratégica de Argentina debe ser una adecuada inserción del país en el
nuevo escenario internacional en transformación que, en la actualidad, esta signado por dos
coordenadas fundamentales.



La primera de estas coordenadas es la aceleración de los procesos de integración económica
y política, fenómeno que inexorablemente deja atrás a quienes no participan en su
construcción, quedando sumidos en situación de aislamiento y gradual irrelevancia.



La segunda de ellas es la vigorosa irrupción del mundo emergente, cuyo ascenso abre
inmensas oportunidades para países productores de alimentos, entre los que Argentina
ostenta un lugar de privilegio, que requiere ser aprovechado con inteligencia y voluntad
política.




17. Igualmente se deberá potenciar el valor de nuestros recursos intangibles donde
Argentina, en un contexto internacional crecientemente inestable, forma parte de una zona
de paz y estabilidad y, lo que es más importante aún, desde la recuperación de la
democracia, ha sabido constituirse en un actor clave en favor de la promoción de valores
regionales vinculados con relaciones pacíficas entre Estados, no proliferación y presencia
internacional en situaciones de conflicto.



18. Cuestión Malvinas: Al ratificar los derechos soberanos argentinos sobre las islas
Malvinas y el marco negociador establecido por la resolución 20/65 y concordantes de la
Asamblea General de Naciones Unidas, así como las de la OEA, destacamos la importancia
de desplegar una intensa actividad diplomática para alcanzar una resolución pacífica en el
conflicto de soberanía sobre Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. La resolución
de este tema será favorecida por políticas de concertación, evitando confrontaciones estériles
y, al mismo tiempo, promoviendo una firme defensa del interés nacional en un contexto de
asociación regional acorde con el período histórico que nos toca vivir.



19. Una política exterior eficaz es aquella que no solo procura prestigio sino que participa en
la solución de los problemas más acuciantes de la agenda internacional, de forma de lograr
interlocución frecuente con los principales actores globales que están en capacidad de
aportar a nuestro país aquellos bienes y factores necesarios para nuestro desarrollo, que
favorezcan e incrementen la inclusión y mejoren la calidad de vida de nuestros compatriotas.



20. La Argentina del Bicentenario merece que todas las fuerzas políticas, sin exclusiones de
ninguna índole, inspiradas en sus mejores tradiciones, realicen el esfuerzo de forjar
coincidencias básicas de política exterior que expresen en ese terreno, tan vital para nuestra
patria, la "cultura del encuentro" que promueve el Papa Francisco para todos los pueblos del
mundo.





Jesús Rodríguez

Archibaldo Lanús

Fernando Petrella

Andrés Cisneros

Jorge Faurié

Roberto García Moritán

Rogelio Pfirter

Juan Pablo Lohlé

Diego Guelar

Jorge Castro

Pascual Albanese

Fulvio Pompeo

Sebastián Velesquen

Mario Verón Guerra

Mariano Caucino






Las adhesiones a este documento están abiertas, habiéndose recibido hasta el momento las
siguientes:



Alfredo Atanasof

Alieto Guadagni

Eduardo Amadeo

Jorge Rosales

Roberto Russell

Vicente Massot