miércoles, 31 de diciembre de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Diciembre 2008

Un nuevo mundo


            Así como el año 1991,  con la disolución de la Unión Soviética, marcó el fin del Comunismo (tal como lo conocíamos), el año 2008 marcó el fin del Capitalismo (tal como lo conocíamos).
            Ni el Socialismo (como sistema de distribución del ingreso) ni el Capitalismo (como sistema de acumulación del Capital) han desaparecido ni desaparecerán en el corto ni en el mediano plazo. Sin duda serán reinterpretados, combinados y superpuestos hasta el infinito.
            Lo original de esta “Revolución” es que se produce sin un actor externo que la provoque ni un programa de cambios que la represente.
            Por el contrario, parecería que será el mismo país que produjo la crisis – los EE.UU.- el que tendrá la responsabilidad central para incluir las modificaciones que hagan nuevamente viable el “Imperio Global” – ¿Es esto posible? .
            El caso, insisto es muy curioso. Es como si a Luis XVII  en 1789 (hipotético sucesor de Luis XVI) lo tuvieran que ayudar a reinstalar el “Ancient Regime” Jorge III de Inglaterra, Napoleón, el Zar Alejandro de Rusia, el General Washington y las nuevas naciones latinoamericanas independizadas de España.
            Hoy no cabe duda que el programa de volcar trillones de dólares al unísono desde Pekín, Moscú, Bruselas, Nueva Delhi y Brasilia es tan importante como el paquete de salvataje aprobado por el Congreso Norteamericano.
¿Cómo quedará la distribución del poder mundial?
Todavía no comenzó el 2009 y ya Israel está invadiendo la Franja de Gaza, las tropas Pakistaníes e Indias se alinean de un lado y el otro de la frontera, la Flota Rusa se pasea por el Mar Caribe, Pekín y Tokio se asocian estratégicamente en el Asia Pacífico y Brasil hace lo mismo con Francia en el Atlántico Sur.
            Preparémonos para más sorpresas sin mapa ni guía para las novedades.
            Y falta la gente. ¿O es que la desaparición del 50%  de los activos financieros y una depresión en picada son sólo números o estadísticas? En los EE.UU. no se conocieron desde los años 60`s grandes movilizaciones de protesta. ¿Ocurrirán ahora?
            En España ya hay tres millones de desocupados y se esperan un millón y medio más durante el próximo año. ¿Habrá elecciones anticipadas?
            ¿Protagonizaremos un nuevo amanecer o una dura y tormentosa noche? Las dos cosas.
            El siglo XX fue el escenario de la confrontación ideológica intra – occidental: Comunismo, Capitalismo, Fascismo, Nazismo, Socialismo, Democracia Cristiana…… El siglo XXI será el del mundo que cuestionará la supremacía de Occidente y el posible giro hacia Oriente. ¿Japón será la frontera o un aliado de China en esta nueva disputa? La fascinación por las “oportunidades comerciales que abre China” tendrá que incluir su aspiración política y militar por la hegemonía global. Eso no es gratis ni siempre pacífico. América Latina y África serán los primeros territorios de la disputa.
            ¿Entendemos los valores que están en juego? ¿Qué es Occidente y qué Oriente? ¿Será ésta la oportunidad para que el “gigante dormido” nos muestre su verdadero rostro? ¿Podrá el Partido Comunista Chino seguir conteniendo y conduciendo a mil quinientos millones de seres humanos? ¿Y si se confirma un crecimiento menor al 5% anual, será esto posible?
            ¿Y los recursos naturales? ¿Y el cambio climático? ¿Y el fin de la era del petróleo?
            Los que ingenuamente creen que la revolución es “Internet” se van a llevar una gran sorpresa. Las comunicaciones son sólo los mensajeros. Lo que cambiará es el mensaje.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

domingo, 30 de noviembre de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Noviembre 2008
El Estado vuelve

            Desde 1917 (Revolución de Octubre) hasta 1991 (disolución del Imperio Soviético) el mundo debatió si la acumulación del Capital y su distribución se hacían primariamente desde el Estado o desde los particulares. La plusvalía – o el trabajo acumulable – podían ser “apropiados” por individuos ( aunque el Estado participara activamente ) o administrados desde “la dictadura del proletariado”( con pequeños propietarios a cargo de algunas actividades) . 
            Ambos sistemas – uno llamado Capitalista y el otro Comunista – eran efectivamente mixtos pero el ultimo era mucho mas centralizado, burocrático y totalitario ( El Estado era conducido por un partido único) . Por eso este último cayó y su versión China tuvo que cambiar y así pudo sobrevivir y expandirse.
            El mundo Occidental (América y Europa) desarrollo un intenso debate entre el papel intervencionista del Estado y la capacidad privada de operar en el mercado con regulaciones mínimas.
            La crisis del 29 mostró que el mercado per se no podía enfrentar ciclos depresivos mayores sin la activa participación del Estado invirtiendo y creando empleo.
            Los mecanismos establecidos en Breton Woods (1944) hicieron creer que las crisis universales no ocurrirían más. Estábamos equivocados.
            De los 150 trillones de activos financieros existentes a Julio del 2008, solo  6 meses después se esfumarían 75 trillones y el petróleo bajaría de 147 dólares el barril a menos de cincuenta. El déficit presupuestado por los Estados Unidos para el año 2009 se elevaría, como mínimo, de 500.000 millones a 1,5 trillones de dólares.
            En el segundo y tercer trimestre del 2008 se oficializo la recesion de América y Europa y todo indica que vamos ineludiblemente a una profunda depresión con deflacion que se propagará  por todo el planeta.
            Hasta los ultraliberales reclaman hoy los salvatajes de bancos, empresas automotrices, compañías de seguros y veremos como cada uno de los sectores afectados invocaran su actividad como estratégicamente necesaria y pasible de apoyos y estímulos.
            Es todavía difícil de imaginar como se configurara el mundo inmediato pero seguro que deberá enfrentar un verdadero “Tsunami global”.
            El debate entre Estadistas y Privatistas ha quedado, como mínimo, suspendido sine die.
            Los Estados se constituirán en principales propietarios, empleadores y reguladores en una suerte de “Socialismo Compulsivo” que harían a Milton Friedman y Frederich Von Hayek infartarse inmediatamente si por milagro resucitaran.
            ¿Estamos viendo, a solo 20 años de la muerte del Comunismo, la defunción del supuestamente victorioso Capitalismo? Ni muy muy, ni tan tan.
            Los “ciclos revolucionarios” son mecanismos de ajuste ante los excesos que el “antiguo régimen” de turno no puede morigerar por procesos evolutivos y progresivos.
            El totalitarismo de los Borbones y los Romanoff termino en la Revolución Francesa y la Rusa;  La crisis del 29, la debilidad de la República de Weimar en Alemania y la monarquía de los Saboya en Italia darían nacimiento al Nazismo y al Fascismo; la pretensión monopólica de los Imperios ingles y español respecto de sus colonias, produciría las independencias americanas.
            Al inicio del siglo XXI, La “burbuja” de un mundo donde el 10 % de la población concentraba el 60 % de la riqueza no pudo ser contenida por la mera multiplicación del consumo para un colchón de varios cientos de millones de nuevos usuarios de casas, vacaciones y autos.
            El crédito substituyo al ahorro y las colocaciones financieras al trabajo y la inversión.
            La producción de bienes quedo superada por la multiplicación especulativa y los 5 mayores bancos de inversión global desaparecieron en una semana.
            El fenómeno de las comunicaciones instantáneas democratizo la información pero también multiplicó el pánico cuando se produjo la crisis de liderazgo que hoy padecemos.
            Obama, Brown, Sarkosy, Putin, Hu Jintao y Lula, entre otros, representan la esperanza en la construcción de un mundo multipolar mas justo y equilibrado. ¿Están a la altura de las circunstancias? Lo veremos.
            En la Argentina se agota el tiempo de nuestra propia intrascendencia. Nadie se acordara ni se ocupara de nosotros si volvemos a defaultear.
            La deuda Argentina esta en manos de los jubilados argentinos y los especuladores que la están comprando al 20 % de su valor nominal. Solo nos caeremos en el pozo que nosotros mismos hemos construido. Ni los chilenos necesitan más de nuestro gas, ni los uruguayos nuestros puentes ni los brasileros nuestro mercado.
            Seguimos siendo el pueblo más importante del mundo para nosotros mismos. Es hora que nos ocupemos de salvarnos.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

viernes, 31 de octubre de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Octubre 2008 
La hora de pensar (para poder actuar)


“La teoría es la guía para la acción
Mao Tse Tung

“La necesidad del pensamiento es lo que nos hace pensar
           Theodor W. Adorno

“Pensar “el viaje” es alejarse de casa (chez soi) hacia lo  desconocido corriendo todos los riesgos, incluido el de no regresar”
   Jaques Derrida

“La velocidad no conduce a pensar…El pensamiento requiere que recapitulemos los pasos que hemos dado, evaluando la sensatez (o la imprudencia, según el caso) que nos llevó hasta allí”
               Ralph Waldo Emerson


            Las crisis llevan al miedo, a la parálisis, al aislamiento y al egoísmo.
Alexis de Toqueville ya decía hace 200 años que “el individualismo secó la fuente de las virtudes públicas dejando a la sociedad librada a su propia suerte”. Ahí está el peligro. Sálvese quien pueda.
            Las sociedades están inmersas en un “fraccionamiento global” más allá que el 15 de noviembre se realice la primer “Cumbre” (entre el G-8 y el G-20) con la intención declarada de reformular el sistema financiero mundial”. El objetivo es loable pero todavía imposible porque la crisis recién comienza, los líderes han sido superados por los acontecimientos (preside Bush, con su sucesor recién electo) y el daño no es todavía evaluable.
            Dos pensadores franceses explicaban hace 10 años la inevitabilidad de la crisis. Pierre Bourdieu decía: “El capital es cada vez más global, los gobiernos son locales. Por ese motivo están indefensos y expuestos a los inescrutables antojos de misteriosos “inversionistas” y “accionistas” y, las todavía más desconcertantes “fuerzas del mercado” y “exigencias competitivas”. Todo lo que puedan obtener hoy lo pueden perder mañana sin preaviso”.
            Jacques Attali afirmaba “La imposibilidad de ejercer control sobre  las redes debilitará irreversiblemente a las instituciones políticas”.
            Y todo esto pasó, empezando por los EE.UU. Mientras la prioridad desde el 2001 era “la lucha contra el terrorismo y el blanqueo de  de los capitales del narcotráfico”, miles de jóvenes post-modernos, vaciados de todo valor ético y moral, construían redes de “multiplicación de los panes” que se erigían en modelos del “éxito de la libertad”.
            No es la primera vez que esto ocurre en la historia. El mundo de la década de los 30’s – el del armamentismo y el nacionalismo exacerbado de Stalin y Hitler – no podía llevar a otra cosa que a la II Guerra Mundial.
            Las ideas de Rousseau, Locke, Montesquieu y otros pensadores maduraron durante 50 años para desembocar en las revoluciones americana y francesa y luego en la revolución industrial.
            El liberalismo Ilustrado del Zar Nicolás I, el nacimiento del socialismo y la derrota rusa en la I Guerra llevaron a la revolución de octubre en 1917.
            Todo está escrito, dicho y practicado a la luz del día con más que suficiente antelación, pero los ciclos de evolución/revolución están muy arraigados en la naturaleza humana. No hay que ser fatalista para verificar que los ciclos creación /destrucción se suceden desde que Eva (con consentimiento de Adán) se comiera la manzana y perdieran  el paraíso.
            A falta de liderazgo, por suerte cunde la prudencia, imprescindible para enfrentar grandes tragedias.
            En la Argentina, por el contrario, la “guía para la acción” es la acción misma inspirada en algún payador pampeano que indicó “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
           Si no funcionó la resolución 125, ahora vamos a por las jubilaciones y todavía quedan las reservas del BCRA  y, si fuera necesario, los depósitos bancarios y las cajas de seguridad. Y ahora que la inflación está “amesetada”, podemos emitir unos miles de millones de pesos para cubrir gastos corrientes. Y además nos queda el MERCOSUR: ya propusimos elevar aranceles extra-zona y establecer cupos  intra-zona. Mientras el mundo piensa qué hacer, nosotros actuamos como el rayo.
          “Argentina, vanguardia del mundo”. “Mírennos y Sígannos” Por suerte estamos rodeados por chilenos, uruguayos y brasileros que piensan por nosotros.
            “Pensar” y “Actuar”, el camino correcto, nada tiene que ver con “Esperar Pasivamente”. La “Parálisis Especulativa” nos llevó a 1976 y al 2001.
            Zygmunt Bauman, en su libro “Modernidad líquida” (escrito en el año 2000) nos advertía que “todos hemos aprendido amargamente que en un abrir y cerrar de ojos nuestros activos pueden transformarse en deudas y los trofeos más relucientes en lápidas”.
            No podemos omitir ninguno de los extremos de la ecuación: pensar y actuar. A los argentinos nos toca una cuota-parte de esta responsabilidad. Lo hagan o no los KK.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

martes, 30 de septiembre de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Septiembre 2008
¿Quo vadis?

            ¿Será cierto que los EE.UU se han “argentinizado”?. No lo sabremos por mucho tiempo y esperemos que no.  El término “argentinización” se ha utilizado en la última década* como sinónimo de un combo integrado por el default, la falsificación estadística, la impredictibilidad y otras formas de violentar la confianza pública y privada.
            Lo que es casi unánime es que la crisis del 2008 será recordada como la más grave desde 1929 y ya eso no es poca cosa. Tenemos que puntualizar que desde esa fecha hasta ahora ocurrió la 2º Guerra mundial, la 3º Guerra Mundial (o Guerra Fría), el inicio de la 4º Guerra Mundial (a partir de las Torres Gemelas), la crisis del petróleo en los 70’s y el aumento exponencial de su precio en los últimos cinco años, la caída de la Unión Soviética y algunas crisis puntuales de impacto global: las guerras de Corea y Vietnam, la crisis de los misiles nucleares en Cuba, el embargo cerealero a la URSS y los cuasi-defaults de Méjico, el Sudeste Asiático y Rusia.
            Si buena parte de lo ocurrido después de 1930 está directa o indirectamente relacionado con el 29, no hay imaginación humana capaz de vaticinar los efectos inmediatos y mediatos que se producirán en el futuro.
            Seguro que la “interpretación argentina” patentada por la Sra. Presidenta (¡Que bueno que es estar desenganchado del mundo!) es tan apropiada como definir a la soja como un “yuyo” o el dinero decomisado en aeroparque como una “conspiración de la CIA”.
            La realidad es que el mundo está ampliamente globalizado e integrado desde que la comunicación satelital e inalámbrica así como el Internet y el financiamiento electrónico han podido cubrir en tiempo real la transmisión de decisiones políticas, económicas y culturales.
            En este nuevo contexto, la recesión y la inflación global son casi inevitables.
                        El éxito sería lograr que – tanto una como la otra – fueran limitadas en volumen y tiempo de tal forma que los avances alcanzados en los últimos 20 años de “Paz Global” no sean superados por las posibles tensiones crecientes que un retroceso pueda provocar.
            Uno de los mayores interrogantes – aunque la superficialidad post-moderna los haya transformado en un “hecho consumado” – es hasta qué punto las economías emergentes  China, Rusia, India, Brasil, Indonesia – son un motor alternativo a los EE.UU. y Europa y podrán morigerar los aspectos más negativos del ciclo.
            En caso de verificarse este extremo, aparecerán otros factores de inestabilidad política y militar de imposible predicción.
            Lo que es ya seguro es que – gane quien gane la elección norteamericana del próximo noviembre -, Washington tendrá que lidiar con el “paquete de salvataje” aprobado –o no-  en el Congreso  (insuficiente desde el arranque) y los acuerdos de salida de tropas ya acordados entre el Gobierno norteamericano y las autoridades de Bagdad.
            No habrá recursos económicos ni tropas disponibles para asignar a Irán, Corea del Norte, Bolivia o Venezuela. La responsabilidad regional tendrá un protagonismo creciente por acción u omisión y así serán las consecuencias que tenga en todas y cada una de las áreas geográficas.
            Sería lógico prever una creciente influencia de China en la zona del Asia Pacífico y una posible tensión con India.
            Japón es una variable impredecible.
            La Unión Europea vivirá su test decisivo: después de esta crisis habrá una Europa unida o una peligrosa anarquía de regiones, naciones, idiomas y vecinos nor-africanos y medio-orientales pugnando por entrar a cualquier precio.
            Los mares y las fronteras se convertirán en muros. El endurecimiento de las políticas migratorias ya lo preanunciaba.
            Sudamérica tiene la oportunidad de vertebrar una federación con epicentro en Brasil, quien, para suerte de todos los vecinos, ha alcanzado un alto grado de desarrollo y madurez que hace posible esperar una coordinación centralizada pero democrática de la emergencia.
            Hoy, más que nunca, la  “política de buena vecindad” encarada por el Presidente Lula con regímenes tan disímiles como los de Colombia, Venezuela, Argentina o Paraguay nos permite proyectar una creciente integración macroeconómica que superará las diferencias ideológicas.-
            La pregunta “¿A dónde vamos?” es imposible de contestar. Lo que sí es seguro es que no habrá Albanias aisladas, ni paraísos fiscales, ni zonas francas, ni absurdas interpretaciones  triunfalistas. Esperemos que la “visión argentina” termine siendo ponderada y constructiva.


*En el pasado mediato – de 1955 hasta el 2001 -  “argentinización” estaba ligado a la reiteración golpista, la hiperinflación y las violaciones a los derechos humanos en grado superlativo.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

domingo, 31 de agosto de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Agosto 2008
Argentina y sus cuatro defaults

La pre-condición que debe asumir cualquier país para ser un miembro creíble de la comunidad internacional es el cumplimiento de sus obligaciones externas.
Es así como, países que tienen problemáticas internas mucho más graves que las nuestras – Colombia o África del Sur – cuentan con un gran respeto universal y son considerados “países seguros” pese a la gravísima situación de seguridad que los aqueja.
El default que sufrimos en diciembre del 2001 – más allá de sus causas – está encuadrado en los límites de “tragedia nacional” o “crisis macroeconómica” o “colapso generalizado” que no puede atribuirse a dolo de personas o grupos en particular ni a la intención de perjudicar a determinado sector o país o región.
Podemos acusar de impericia, negligencia e irresponsabilidad a las personas que actuaron en ese momento histórico y asignar co-responsabilidades a instituciones nacionales y extranjeras que podrían haber contribuido a evitar el desastre (partidos políticos, el FMI, gobiernos amigos, etc., etc., etc.)
 En la actualidad el escenario es diferente.
Venimos acumulando incumplimientos parciales y voluntarios (que no se explican por motivos macroeconómicos) que constituyen “defaults específicos” que paso a enumerar:

  1. Los “Hold-outs”: tenedores de bonos legítimos que no participaron del canje de la deuda y mantienen su reclamo judicial ante los tribunales de N.York. Son aproximadamente U$30.000 millones que se deben en este concepto.
  2. El Club de Paris: deuda con gobiernos que suma aproximadamente U$7.000 millones.
  3. Bonos con cláusula de actualización por inflación: Suman U$70.000 millones que depende su tasa de interés del IPC que determina el Indec. Durante el último año y medio se calcula un fraude a los tenedores de esos bonos de aproximadamente U$10.000 millones.

A la actual deuda externa de U$150.000 millones (incluye Club de Paris) hay que agregarle la de los hold-outs más el interés falseado sobre la mitad de la deuda. Conclusión, la deuda externa argentina suma U$190.000 millones (y creciendo) y es hoy casi 40% más alta que la defaulteada en diciembre de 2001 (considerando el aumento del P.B.I. podemos computarla como equivalente).
      Por eso hoy se duda de la capacidad futura (en el 2009) para hacer frente a las obligaciones externas globales. Así estaríamos por concretar el “cuarto” default que abarcaría los otros tres en plena ejecución.
            Sin inversiones externas, con subsidios superiores a los U$15.000 millones anuales, con fuga de capitales de casi U$20.000 millones de julio – 07 a julio – 08 y con una paulatina desaceleración de la economía, nuestra capacidad para enfrentar la recesión global se hará cada día más complicada. Todos los analistas coinciden que, si transparentaramos la economía y diéramos señales de consolidación institucional, podríamos manejar ordenadamente el “tránsito por la recesión” y prepararnos para un nuevo ciclo de crecimiento a partir del 2010.
            Nada indica que esto sea lo que está pasando.
            Parece ridículo que la sociedad argentina solo reaccione frente a las crisis extremas: el genocidio del gobierno militar, la Guerra de Malvinas, la hiperinflación y el default eran evitables si la dirigencia política y social hubiera actuado – dentro del marco de las instituciones democráticas y republicanas – para evitar tales desgracias.
            El mundo actual se presenta lleno de desafíos y amenazas. La nueva presidencia norteamericana desde enero del 2009, la tensión entre USA y Rusia, una Europa que busca su lugar mediador dentro del conflicto y la consolidación de las nuevas economías emergentes (China, India, Indonesia y Brasil),  nos hacen soñar con un mundo más equilibrado. Ni el terrorismo internacional ni el narcotráfico opacan las extraordinarias posibilidades que se abren en el mundo que viene.
            La globalización requiere un esfuerzo adicional a cada comunidad nacional. Aquellos que logren cumplir con los requisitos de previsibilidad, credibilidad y estabilidad, recibirán los frutos de su esfuerzo. Los otros seguirán ocupando los márgenes y los flecos externos del sistema mundial. Serán los pueblos de los unos y los otros quienes vivan la diferencia entre las respectivas conductas.
            No pretendamos argumentar, después, que no conocíamos las reglas de juego.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

jueves, 31 de julio de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Julio 2008
Crisis y oportunidad

La estanflación amenaza  al mundo desarrollado y se extiende sobre los márgenes y flecos del planeta.
América Latina no es ni será inmune a los efectos de la crisis. Tampoco a las posibilidades que ella misma plantea.
Los excedentes financieros (como siempre muy abundantes) saltan de commodity en commodity. Se reparten entre la soja, el maíz el trigo, el petróleo, el oro, el cobre… Toman ganancia en uno, rebotan en el otro. Sobrevuelan sobre acciones y bonos de fondos soberanos. Como dijera el presidente Bush ante un indiscreto teléfono celular: “Wall Street está borracha”.
Méjico, Colombia, Costa Rica, Perú, Brasil, Uruguay y Chile se disputan inversiones que buscan nuevos horizontes cuando, con facilidad, se descartan mercados sumidos en la inseguridad jurídica, la inestabilidad política y la crisis económica.
Nuestra región avanza. El acuerdo entre Perú, Colombia y Brasil (ver artículo Carolina Barros) cerca definitivamente a las FARC (Venezuela ya abandonó también el barco) y el nuevo Consejo de Defensa del Cono Sur (liderado por Brasil) es el punto de partida de una estrategia regional que controlará las amenazas del narco terrorismo en toda la región. Ese mismo Consejo debe ampliarse para incluir la defensa medioambiental, los programas alimentarios para derrotar el hambre y los programas sanitarios para combatir las pandemias humanas, vegetales y animales.
Sin peligro de holocausto nuclear y terrorismo fundamentalista, con soberanía colectiva efectiva sobre sus principales recursos humanos y naturales, con progreso social y estabilidad institucional, nuestro subcontinente se posiciona como un emergente viable en el nuevo escenario mundial de la segunda década del siglo XXI. En el 2010 se cumplirán los 200 años de la independencia regional. Un ciclo de crecimiento espectacular se abre justicieramente sobre 400 millones de personas que habían sufrido marginación y frustración (con la excepción de sus elites que muchas veces profundizaron ese camino).
Fernando Enrique Cardoso, José Ignacio Lula da Silva, Ricardo Lagos, Julio Sanguinetti, Alberto Lacalle Herrera, Tabaré Vázquez, Alejandro Toledo, Alan García, Álvaro Uribe y Vicente Fox ya tienen grabados en letra molde sus nombres en el panteón de los “Padres de la Patria Grande” soñada y frustrada reiteradamente durante 200 años.
Los nombres de la pequeñez, la mezquindad y la locura serán olvidados aunque hayan intentado objetivos grandilocuentes como el de alcanzar “la….Potencia”, el “Socialismo del Siglo XXI”, ingresar al “Primer Mundo” u otras mitomanías que se desmoronaron (o se desmoronarán) como castillos de naipes.
Ha llegado el turno para la latinidad americana. Desde Québec en Canadá hasta los cubano-mejicanos-salvadoreños y puertorriqueños en EE.UU., los indo y afro americanos y los descendientes de europeos y medio orientales que llegaron a Norte y Sudamérica huyendo de las hambrunas y las persecuciones al principio del siglo XX.
Nos llevó 200 años de maduración política y 100 años de maduración étnica y cultural para alcanzar las condiciones del progreso económico que hoy se nos abren a la vuelta de la esquina.
Cuba, Nicaragua, Guatemala, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Argentina deberán sumarse al rumbo abierto por el pelotón más lúcido. Eso pasará casi sin excepciones en el curso de la década que viene.
América será una, libre y próspera. Se habrá cumplido así su destino abierto en 1492 cuando Colón creyó haber llegado a Cipango  y, poco después, un cartógrafo italiano – Américo Vespucio – nos diera su nombre para que se nos identificara en el mundo.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO


lunes, 30 de junio de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Junio 2008
El mundo a la deriva

Existe en el imaginario colectivo (que integran desde grandes empresarios hasta pequeños asalariados) una convicción generalizada sobre la existencia de un ámbito decisorio superior que impera sobre los acontecimientos mundiales en forma de pequeña mesa conspiradora.
Por ejemplo, “el precio del petróleo”. La idea es que tres emires árabes, dos compañías petroleras, el jefe de la CIA y, quizás, el inquilino de la Casa Blanca los manipulan a su antojo. Un ex - premio Nóbel afirmó que la creciente cuenta petrolera mundial era equivalente al precio de los 200.000 soldados asentados en Afganistán e Irak y los destinatarios centrales eran los mezquinos europeos que se beneficiaban de la ocupación pero no la costeaban ni en hombres, ni en costo material. El sobreprecio (por ejemplo: de 80 a 140 dólares) es el que deben pagar al importarlo. Los demás mortales, lo pagan de rebote.
La izquierda es la mayor consumidora de esta tesis conspirativa, pero la derecha ingenua la termina confirmando al sostener que los más responsables deben regular los acontecimientos mundiales para evitar la anarquía o la lisa y llana revolución.
En las épocas de consolidación del liderazgo mundial, no ocurre exactamente eso pero los planetas tienden a alinearse naturalmente alrededor del sol; es decir, el rumbo claro conducido lúcidamente sirve de estímulo a los más sensatos y de disuasión a los más alocados. Así los acontecimientos tienden a ser previsibles y racionales.
Esto no significa que los valores en juego sean los mejores.  Ni el Congreso de Viena de 1815 (para ordenar el mundo después de la Revolución Francesa y  Napoleón) ni Versalles en 1919 (después de la 1ra Guerra Mundial) ni Yalta en 1945 (después de la 2da Guerra) fueron benévolos y justos y mucho menos lo fueron los responsables de más de 150 millones de muertos que costaron los años previos a tales “pactos de redistribución del poder mundial”
Más recientemente, entre 1983 y 1988, Reagan, Gorbachov y el Papa Juan Pablo II, idearon la primera etapa del mundo post – Guerra Fría.
Pero el siglo XX ya pasó y el XXI es el verdaderamente globalizado y descentralizado en un nivel inimaginable un par de décadas atrás.
Quién hubiera pensado que la “Europa Social” (tanto de los social - demócratas como de los  social - cristianos) iba a “recomendar” desde Bruselas la “semana laboral de 60 horas” o la expulsión de 8 millones de inmigrantes indocumentados.
O que los EE.UU. serían gobernados por la “derecha cristiana” que hace rememorar a Barry Goldwater o el gobernador Wallace de Missisippi en los 60’s como verdaderos izquierdistas.
Europa y EE.UU. vienen desfasados en lo que va del siglo. En la primera década, a la ultra – derecha norteamericana le tocaba lidiar con la centro izquierda Europea (en su mayoría) para enfrentar el ataque a las torres gemelas.
En las vísperas de la 2da década, 19  de los 27 países que integran la Unión Europea (más la Rusia de Putin) son de derecha y el Senador Obama se pre-anuncia como líder de la izquierda liberal.
Japón sigue sin emitir señales políticas claras y China e India irrumpen en los mercados sin que todavía traduzcan su nuevo poder económico en directrices políticas regionales o globales.
Ni bi-polaridad USA – URSS, ni poder imperial único norteamericano.
Pese a quien le pese, y contra el imaginario colectivo estamos transitando el inicio de un período anárquico e inestable que supera las categorías de análisis que solíamos utilizar hasta hace poco tiempo. Nadie puede hoy vaticinar cual será la inflación, el precio del petróleo, la caída del PBI o los índices de desempleo a fin de año en ningún lugar del planeta.
Los más irresponsables y vacuos ya sacan de la galera el mote “post-moderno” y el valor sacro-santo de la comunicación de masas como una panacea. Alcanza con ver los viejos documentales de Hitler en Nuremberg frente a un millón de antorchas filmados por Leni Riefensthal o las falsas pruebas de la existencia de “armas de destrucción masiva” en Irak para lograr el apoyo unánime del Congreso Norteamericano, para entender que la manipulación de masas (o su intento) no es post-modernismo. Las personas se convierten en masas atemorizadas cuando la debilidad o la confusión de la conducción le abren paso al autoritarismo y al oportunismo.
Cuando escasean los líderes, los pueblos quedan expuestos al libre  y desordenado ejercicio de su libre albedrío y muchas veces caen en las garras de los peores tiranos.
En nuestra América hemos tenido suerte. La inmensa mayoría sigue a dirigencias racionales y moderadas. México, Colombia, Brasil, Perú, Uruguay y Chile representan más del 80% del territorio y la población latinoamericana y, por derecha, centro e izquierda, están bien equipados para enfrentar la zozobra que viene.
En Argentina, pese a que hace tres meses que estamos siendo bombardeados desde el poder con un mensaje que pretende instalar el “golpe de estado” y el enfrentamiento entre argentinos por su condición de rurales o urbanos, ricos o pobres, derechas o izquierdas, nuestro pueblo se ha negado a actuar como “masa” amorfa  o como mera sumatoria de “individuos”. Así hemos tenido un comportamiento ejemplar para evitar siquiera un solo muerto y todos (o la inmensa mayoría) hemos cooperado para que el miedo, la violencia y la anarquía no nos ganen la partida.
Aún sin los líderes que nos merecemos, los argentinos estamos listos para transitar este período complicado y confuso que el mundo tendrá ineludiblemente que pasar.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

sábado, 31 de mayo de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Mayo 2008

La hora de Brasil

Ekaterimburgo- ¿A quién se le habrá ocurrido hacer la primera cumbre de los países denominados BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en el mismo lugar donde el 17 de julio de 1918 fueron asesinados el Zar Nicolás y toda su familia? Allí se reunieron todos los cancilleres de las cuatro potencias emergentes que representan el 20% del PBI mundial, y el 40% de la población. Sus mercados accionarios aumentaron (en los últimos cinco años) 369% en Brasil, 499% en India, 630% en Rusia y 201% en China y las inversiones extranjeras directas llegaron para el 2007 a más de 200 billones de dólares.

Energía, alimentos y reforma de la Naciones Unidas fueron la agenda global tratada el 18 y 19 de mayo pasado.
Los números brasileros explotaron durante los últimos cinco años: la inflación bajó del 12,5% al 4,5% el tipo de cambio de 3,6 al 1,6; las tasas de interés del 25% al 11,75%.
El PBI alcanzó los dos trillones de dólares en el 2007, las exportaciones a 160 billones y el ingreso per cápita a 9 mil dólares.
La deuda externa cayó al 40% del PBI y las reservas suman 180 billones (superior a la suma de la deuda externa y la interna). Alcanzaron así el “grado de inversión” dado por las calificadoras de crédito líderes y la expectativa es de alcanzar los 65 billones de dólares de inversión externa directa durante el 2008 (la expectativa argentina es de 1.5 billones).
Se ha desarrollado una “nueva clase media” integrada por 86 millones de habitantes (sobre 190 millones totales) que integra la llamada clase “C” (entre 4 y 10 salarios mínimos – 1600 a 4000 reales mensuales, 3000 a 8000 pesos argentinos) que alimenta un pujante mercado interno en plena expansión por el masivo crédito hipotecario, prendario y a sola firma.
La histórica “economía cerrada” se ha abierto y grandes operadoras internacionales administran servicios públicos (Tractebel, belga; Portugal Telecom; Italia Telecom; Telefónica de España; Hewlett-Packard, Electronic Data Systems; Bunge y Born; etc.; etc). Mientras grande compañías estatales – Petrobras, con un lucro de U$ 4.5 billones el primer trimestre de este año y compras de 150 nuevos barcos para el transporte de petróleo – se asocian con compañías privadas en todo el mundo y grandes corporaciones privadas son líderes mundiales en minerales, aeronáutica, textiles, computación, industria frigorífica, de construcciones o alimentos (Embraer, Compañía Siderúrgica Nacional, Vale do Rio Doce, Grupo Votorantim, Vicuña. Odebrecht, Swift, Brahma, Alpargatas, etc., etc.)
El BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) tiene una cartera activa de 100 billones de dólares (más que el Banco Mundial en todo el mundo) y se acaba de anunciar un “Programa de Desarrollo Industrial” (como instrumento del Programa de Aceleración del Crecimiento –PAC-) que contempla desembolsos del BNDES por 150 billones de dólares más hasta el 2010, reducciones impositivas por 15 billones y bajas considerables de tasa de interés.
Simultáneamente se lanzó un “Fondo Soberano” que estará constituido por el excedente fiscal (después del pago de intereses de la deuda) calculado este año en 1,5 billones de dólares que apoyará las inversiones brasileras en el exterior.
Todavía resta terminar con la pobreza que afecta a 90 millones de brasileros y los índices de violencia que son de los más altos del mundo (en New York hubo 426 homicidios en todo el 2007, en Río de Janeiro 6208).
Hace apenas 15 años, la relación entre las economías Argentina y Brasilera era de 4 a 1 a la par con la ecuación poblacional y territorial. Era así que podíamos sostener una propuesta de integración en términos de igualdad relativa equivalente a la de Francia-Alemania en la Unión Europea.
Hoy con el retroceso de la Unión Aduanera MERCOSUR a una mera Zona de Libre Comercio imperfecta y muy perforada por más excepciones que reglas (con un record de comercio bilateral – superavitario para Brasil pese a nuestra ventaja cambiaria), nos queda de partida un lugar del montón entre los vecinos del Brasil englobados en la propuesta de “Unión de Naciones Sudamericanas”.
Brasil es declaradamente “socio estratégico” de China, Japón, la Unión Europea y los Estados Unidos; es invitado permanente del G-8 y lidera el G-20 en la OMC (ya hablamos de los BRIC). Es el mayor productor de etanol y soja del mundo (a la par con Estados Unidos) y el mayor exportador de carne, lácteos y cítricos.
Nosotros lo acabamos de perder como principal cliente para nuestro trigo (más de tres millones de toneladas por año) y hemos sido sustituidos por Estados Unidos y Canadá. (Interrumpimos el abastecimiento sin aviso previo).
Apenas recuperemos la cordura debemos intentar impulsar un rol activo en la integración regional con epicentro en Brasil. Debemos hacerlo con humildad y vergüenza por los errores cometidos y abrazándonos a nuestros con-nacionales chilenos y uruguayos reintegrando plenamente a Bolivia y Paraguay en un programa compartido con Brasil con epicentro en el gas, la hidroelectricidad y la sanidad animal y vegetal.
Hemos perdido muchas estaciones en el tren de la historia pero todavía estamos a tiempo de recuperarnos. El ejemplo de nuestros vecinos y la solidaridad y comprensión que nos han demostrado durante los últimos años debe ser una fuente de inspiración y estímulo.



Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO



miércoles, 30 de abril de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Abril 2008 
La Revolución Conservadora

Pese al fracaso de la administración del Presidente George W. Bush, una nueva ola conservadora viene hegemonizando la política europea. Sarkozy en Francia, Putin en Rusia, Merkel en Alemania y ahora Berlusconi en Italia demuestran que una combinación de social-cristianismo, conservadurismo, liberalismo y una pizca de populismo están sacudiendo las estructuras de la Unión Europea.
Esta tendencia se extenderá en los próximos años también en América Latina: a los ya gobernantes Calderón en Méjico y Uribe en Colombia, es previsible que los recambios en Chile, Uruguay y Brasil respondan al mismo tinte ideológico: en Brasil, José Serra o Aécio Neves (del PSDB) aparecen como los más serios candidatos a suceder al Presidente Lula; en Uruguay, el ex-presidente Luis Alberto Lacalle o el senador Larrañaga (Partido Blanco) al Presidente Vázquez; y los senadores Sebastián Piñera (Renovación Nacional – RN) o Soledad Alvear (Democracia Cristiana – DC) a la Presidenta Bachellet.
¿Será ésta la respuesta más conveniente a la imparable recesión que castigará transversalmente a todo el planeta? El tiempo lo dirá.
El aumento récord del petróleo y la disparada de los commodities  alimenticios (por aumentos de la demanda, fracaso de cosechas y crecimiento de los bio-combustibles) generará una creciente disputa entre precios, salarios y abastecimiento mundial.
Las tradicionales respuestas conservadoras pueden ser más peligrosas que los desafíos que definitivamente habrá que enfrentar.
Los nuevos liderazgos de centro-derecha deberán encontrar el justo equilibrio entre las restricciones presupuestarias y las demandas sociales después de 6 años de crecimiento record que produjeron una millonaria inclusión que sufrirá el impacto de un ciclo de menor flujo de inversiones y comercio.
Claro que el supuesto monopolio de la “Justicia Social”, los “Derechos Humanos” y el “Medioambiente” por parte de las izquierdas del mundo ha sido severamente cuestionadas por buena parte de la opinión pública y el nuevo pensamiento de centro ha sabido incluir la decidida actuación del Estado en esas áreas sin abandonar el respeto y la confianza en los individuos y sus organizaciones sociales no gubernamentales.
También se han desarrollado nuevas fórmulas de cooperación inter-ideológicas (Sarkozy convocando a socialistas franceses, el inédito acuerdo entre democristianos y verdes en Alemania) que esperemos cundan y ayuden a que el presidente electo Lugo del Paraguay  pueda concertar una mayoría parlamentaria con algún sector del Partido Colorado o que un pacto cívico entre Evo Morales y el ex-presidente Jorge Quiroga puede evitar la guerra civil en Bolivia.
Este apasionante escenario global sólo se ve por televisión en Argentina. Aquí creemos ser inmunes a la crisis internacional, mientras nos tapa el humo y nos invade la inflación creciente e imparable. El verdadero Presidente – Néstor Kirchner – no deja gobernar a su delegada en la Casa Rosada  quien lo obedece obediente y resignada.
La oposición no aparece por izquierda ni por derecha y el peronismo celebra su desaparición declarada y presidida por Néstor Kirchner quien aspira a crear su propio partido de las cenizas de las agonizantes estructuras del pasado (después que lidere personalmente  la superación de la inminente crisis).
A diferencia de las centro-izquierdas y las centro-derechas lúcidas del mundo (que funcionan  desde la moderación y el diálogo), la aventura  K se apalanca sobre la (hasta ahora) indiferencia colectiva y la falta de interlocutores que asuman la representación política del rechazo a su “modelo”.
Aquí no estamos discutiendo la velocidad del aterrizaje que acompase la recesión mundial. Nuestro “Piloto de Tormentas” está apretando el acelerador y enfilando hacia la estratosfera. Las revoluciones (y las contrarrevoluciones) son escenarios ajenos que desfilan por el zapping del Cable.
Como diría Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las políticas sensatas son ajenas”.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

lunes, 31 de marzo de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Marzo 2008 
Entre la crispación y la recesión

El primer trimestre del año ha sido rico en acontecimientos marcantes. Elecciones en España, Francia, Taiwán, Rusia, las internas norteamericanas, los motines en Tibet y Kosovo, la caída-repunte del dólar, la caída-repunte del petróleo, la caída-repunte de los cereales y la soja, la caída-repunte del oro… Todos los mercados tiemblan y nadie sabe dónde está la verdadera (si la hay) reserva de valor.
No se discute más la recesión como escenario del 2008/9. Por el contrario, es la meta deseada frente al peligro de una quiebra más profunda del sistema financiero internacional.
La esperanza es que la pujanza de India y China compense la desaceleración  norteamericana y europea. Por primera vez se desea un mundo multipolar, más equilibrado y pacífico, capaz de enterrar las ojivas nucleares y producir bio-combustibles sin crisis alimentaria incorporando más a los tres mil millones de seres humanos que todavía viven al margen del sistema.
Pero la “Utopía de la Justicia Universal” es todavía campo de la teología o la ciencia ficción.
Administrar las tensiones (para que las crispaciones no se conviertan en guerras ni las recesiones en crisis) requiere un liderazgo que hoy todavía no asoma. Falta saber quién y cómo gobernará la primer superpotencia a partir de enero de 2009, si Gordon Brown (o no), Berlusconi (o Veltroni), Sarkozy (con los socialistas mordiéndole los talones), Rodríguez Zapatero (con los independentistas Vascos y Catalanes pasándole la factura) y la Sra. Merkel (con sus socios socialistas) podrán gobernar Europa rodeados de los rusos, serbios y turcos alzados, Medio Oriente en llamas y el norte de África mandándoles 500.000 ilegales por año.
Ya no existe más el ordenado mundo de la Guerra Fría ni el de la “Pax Americana”. Estamos en una transición entre algo conocido y algo por armarse pero que todavía nos es ajeno y lejano. Reinan los vacuos post-modernos* y los ególatras publicistas que adulan una “opinión pública” confundida por la falta de liderazgos. Las encuestas sirven para detectar estados de ánimo colectivos, no para fijar posiciones ni detentar valores.
En América Latina, más allá de la tregua alcanzada en la OEA, las señales de conflicto se multiplican y la toma de distancia del Presidente Lula respecto del “Mussolini Caribeño” es directamente proporcional a la caída de su popularidad en Venezuela. Falta que el “Club de los Presidentes Responsables” haga propio el hastío que supo expresar el Rey de España en Chile.
No es casual que, precisamente en este momento Brasil proponga la creación de un Organismo de Seguridad Regional.
Pongámonos nuestra mejor ropa y preparémonos para bailar en un mundo que no será precisamente una fiesta. La historia es así y la incertidumbre es el condimento que la hace apasionante. Después,  es sólo contarla.
Ah, para los predicadores de nuestro “desacople” basta con el viejo chiste: “Se vienen los comunistas, vayámonos a la estancia”.

*Los post-modernos – en lo político, no lo filosófico – no adhieren a ningún mecanismo “evolutivo” del sistema ni a una corriente “revolucionaria” de ruptura con el pasado. Pretenden sintonizar con los mensajes de descreimiento colectivo (ejemplo: “que se vayan todos”) en los momentos bisagra producidos por una crisis coyuntural o sistémica.


Diego R. Guelar
 Secretario de Relaciones Internacionales de PRO