sábado, 28 de febrero de 2009

Boletín Internacional Informativo - PRO

Febrero 2009
50%

            Somos la mitad de lo que éramos. 50% de los activos financieros del mundo han desaparecido. 50% del comercio Argentina – Brasil ha descendido en enero. 50% es la caída en la producción de juguetes en China y de autos y plasmas en el mundo. La mitad de las acciones de los grandes bancos en EE.UU. y Europa ya están en manos de los Estados. Está claro que tenemos el 50% de los recursos para repartir entre los mismos 6.000 millones que ocupamos el planeta. Todas las cifras son relativas, así que mirémoslas más cuidadosamente:
            1.000 millones viven en el mundo desarrollado o “Primer Mundo” (EE.UU.,
                                      Canadá, Europa, Japón, Israel, Australia).
            3.000 millones viven en el mundo emergente o “Segundo Mundo” (China,
                                      Rusia, India, Brasil, Indonesia, Méjico, Sudáfrica, Chile,
                                      Uruguay, Singapur).
            1.200 millones viven en el mundo musulmán y petrolero (países árabes) más
                                      Nigeria y Venezuela)
            800 millones vivimos en los márgenes de los otros tres (incluyendo Argentina).

            Pese a que esta crisis se produce desde el centro hacia la periferia, los primeros sacudones sociales y políticos se verifican en la periferia: caen los gobiernos de Islandia, Estonia y Latvia, tiemblan Rumania Hungría y Bulgaria;  manifestaciones violentas en dos posesiones francesas del Caribe: Guadalupe y Martinica (62% de los franceses están seguros que lo mismo ocurrirá en breve en la metrópoli).
           
            Primera conclusión: esta crisis no tiene nada que ver con la del 30. En ese momento, la caída de Wall Street fue local y los fenómenos globales fueron el nacionalismo, el proteccionismo y el totalitarismo – fueran populistas, fascistas, nazis o comunistas.
            La democracia liberal quedó relegada, prácticamente, a EE.UU., Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Es decir, era solo un producto anglo – sajón.
            La (crisis) actual es económicamente global en un mundo hegemonizado por democracias liberales o en transición a serlo y con sólidos principios de economía de mercado. (China y Rusia están por entrar en la Organización Mundial de Comercio).

            Segunda conclusión: la depresión aparece abruptamente en las economías más desarrolladas, pero las consecuencias sociales se sentirán primero en las más débiles porque no existe allí la capacidad del Estado para intervenir masivamente. Europa del Este será una víctima inmediata. Los países marginales no serán protagonistas importantes (incluyendo Argentina) justamente por su condición marginal previa a la crisis.
           
            Tercera conclusión: los países emergentes serán actores centrales al representar mercados de consumo masivo y centros de producción de materias primas esenciales (alimentos, energía y minerales).
           
             ¿Cómo se producirá el ajuste y la transición entre depresión y recuperación? Inevitablemente por caída del precio de los commodities  (granos, carnes, petróleo, cobre, aluminio, etc.) y devaluación de las monedas “duras” que se multiplicarán para subsidiar sus economías. También habrá un mayor deterioro medioambiental.
            ¿Y el costo social? Será muy alto y caerá centralmente sobre las “nuevas clases medias” (desde obreros calificados a personal de empresas de servicios) que se desarrollaron durante los últimos  25  años de bonanza.
            Argentina deberá concentrarse en su “asignatura pendiente”, al margen de la crisis global, aunque reciba su impacto.
            Nosotros tenemos que fundar la Nación que no hemos sabido ser y para eso, todo momento es bueno. Las desgracias son solo desgracias y aquellos que quieran verlas como positivas, son tan estúpidos como siempre. La oportunidad la hemos tenido desde 1810. Algunas veces supimos avanzar y lo hicimos. Sería bueno que ahora no dejáramos de hacerlo. Si así reaccionáramos, pronto estaremos en la lista del “segundo mundo” de la mano de Brasil y Méjico. Sino, seguiremos en la lista con Zambia, Sri Lanka, Bolivia, Guatemala y el Congo. Nosotros elegimos.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO