domingo, 31 de julio de 2011

Boletín Internacional Informativo PRO

Julio 2011 
El default americano no ocurrirá –por ahora –

Si en medio de la crisis del 2008 hubiéramos hecho una encuesta, ni los más pesimistas hubieran vaticinado un default norteamericano. Tampoco hubieran dudado de la fortaleza del Euro.
Si hubiéramos preguntado a los norteamericanos cual era su deuda, el 99% no la conocía ni creía que fuera un dato relevante. Una fortaleza fundamental que adquiere cualquier individuo, familia, país o región es que se tome por sobrentendido que su credibilidad supera las circunstancias adversas y que la capacidad de afrontar las crisis está por encima de cualquier acontecimiento por malo o negativo que fuera.
No sólo los norteamericanos, sino cualquier habitante con información superficial sabe hoy que los EE.UU deben 14 trillones (no billones como incorrectamente se traduce) de dólares y se endeuda a una velocidad de U$S180 millones ¡¡por HORA!!
Quién sabía, hasta hace 60 días; - con la excepción  de una docena de banqueros – que la deuda griega ascendía a 370 mil millones de Euros – 4 veces el default argentino del 2001 -. Si le sumamos la deuda irlandesa, portuguesa, española e italiana, no alcanza con todo los recursos alemanes, franceses e ingleses para pagarla.
Fueron ellos, precisamente, los que “inventaron” una “Nueva Europa Comunitaria”- Francia y Alemania – para evitar guerras fratricidas y los ingleses  los que se opusieron tenazmente cansados de tener que “sacar las castañas del fuego”  siempre por sus “vecinos” (para los ingleses Europa es el continente que empieza cuando cruzan el Canal de la Mancha).
Pero igual que no hubo dinosaurios buenos y dinosaurios malos a la hora de su holocausto geológico, este tsunami  no respeta fronteras políticas, ideológicas, económicas ni lingüísticas.
El mundo global nos viene enseñando que, para bien y para mal, desde los terremotos hasta las hipotecas, un estornudo en un rincón del mundo puede provocar una pulmonía en la otra punta.
Con esa tendencia natural nuestra de producir desastres y después pretender enseñarle al mundo cómo evitarlos, los argentinos creemos hoy que estamos blindados y protegidos por la muralla china y la locomotora brasilera.
Esperemos que los chinos y los brasileros no se lo crean porque sino estaremos en graves problemas.  Tendremos que acostumbrarnos a un mundo convulsionado, sin super-potencias que lo ordenen y con la necesidad- para sobrevivir – de fortalecer la regionalización que comenzó en los 50’s y fructificó en el sudeste Asiático, Norteamérica, Europa y Sudamérica.
Aunque no sea una panacea mágica, la regionalización ha demostrado que aumenta la capacidad de defenderse y replegarse conteniendo el pánico y el desorden financiero.
Partiendo de la descalificación de los que eran los más calificados, la credibilidad se reconstruirá desde una  nueva capacidad de conducir cuyo mejor ejemplo son los emergentes BRICS que hoy se constituyen en actores centrales del ordenamiento planetario.
Los Demócratas y los Republicanos acordarán cómo ganar tiempo, aumentar algunos impuestos y reducir algunos gastos.
Ambos se proclamarán ganadores de la pulseada, pero esto no es cierto. “La caja de Pandora” se ha abierto. No habrá forma de ocultar la basura bajo la alfombra ni encargarle a los publicistas una imagen ganadora a un Twitter ingenioso.
El mundo estará, una vez más, en condiciones de reinventarse a sí mismo. Por suerte, hoy tenemos una masa crítica de líderes y de partícipes que podrán aportar a la solución común sin tener que recurrir a los autoritarismos que caracterizaron al siglo XX.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO



martes, 26 de julio de 2011

Construyendo los Partidos 53 (26 - 7 - 2011)

Santa Fe marca el camino

El pasado domingo 24 podríamos, en la lógica de esta saga, afirmar que en Santa Fe se concretó lo que se frustró a nivel nacional: compitió una “alianza progresista” con otra PRO-Duhalde que relegó al kirchnerismo al 3er lugar.
Aunque para nuestra tesis esta sería una conclusión ideal, no es toda la verdad.
Santa Fe es la única provincia que concretó una reforma política seria. Primero, realizó internas obligatorias que fueron “efectivas internas” donde 4 pre candidatos compitieron por dentro del Justicialismo y otros  4 por la alianza Socialista-Demócrata – Progresista Radical. Ya para la fecha de esas internas -22 de mayo -, Miguel del Sel – candidato único del PRO – demostró que tenía un lugar asegurado en el firmamento político santafecino.
Luego, Santa Fe  incluyó “la boleta única” donde el elector marca a los candidatos que elije y así puede alternar su partido de preferencia con candidatos que concitan su interés como legisladores o intendentes.
El nuevo sistema le permitió al electorado complejizar su voto.
La candidata a Diputada Provincial por el Kirchnerismo – Ma. Eugenia Bielsa – sacó casi tantos votos como el candidato a gobernador socialista Antonio Bonfatti y 12% más que su candidato a gobernador Agustín Rossi;             
Norberto Nicotra, candidato a legislador por Unión-PRO Federal – sacó sólo el 14% frente al 35,4 % de Miguel del Sel.
Raúl Lamberto, candidato a Legislador por el Frente Progresista obtuvo 32%, un 6% menos que Bonfatti y tanto la cámara de diputados como la de senadores provinciales estará controlada por el kirchnerismo.
Es decir, un grupo muy importante de santafecinos eligió al gobernador de un partido, al intendente de otro y a legisladores de un tercero.
Este electorado está dando señales inequívocas de cambio: quiere nuevos dirigentes que no responden al viejo estereotipo de Radicales y Peronistas; es permeable a figuras populares – pero no a cualquiera – el caso de Miguel del Sel es claro: un santafecino honesto, muy querido y trabajador – tanto como artista como productor agropecuario – que demostró su voluntad de comprometerse y se lanzó a la arena política sin especulaciones ni limitaciones.
Ese “vago apolítico”, según sus propios dichos, se convirtió rápidamente en un político de raza. Todo ciudadano lo es en potencia y puede desarrollar esa veta si se lo propone.
Festejaron a medias Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde. De esta lectura desagregada no surge con claridad cuanto les tocará cuando llegue el turno nacional.
Binner debe esperar a Córdoba para ver como termina su único socio nacional de peso – Luis Juez – y todo indica, que cuanto mejor le vaya a él, peor le irá a Alfonsín.
Duhalde contará con el respaldo de Del Sel – si confirma lo que ya anunciara – pero el 34% de Bielsa - Kirchnerista – y el 14% de Nicotra – Duhaldista – para legisladores muestra que un mismo elector puede votar a Binner o a Cristina o a Alfonsín o a Duhalde, y a Macri y a Cristina y a Macri  y a Duhalde y  a Macri y  a Alfonsín.
¿Es el electorado el confuso? No, son los dirigentes. El “Frente Progresista” de Santa Fe no tiene correlato nacional, Radicales y socialistas se presentan por separado ;
 María Eugenia Bielsa o Daniel Scioli – grandes traccionadores de votos para Cristina – tienen perfiles personales e ideológicos muy distantes al kirchnerismo.
O los gobernadores de Tucumán y Misiones – Closs y Alperovich- que migraron del republicanismo radical al populismo kirchnerista en un quinquenio.
Los futuros votos de De la Sota y el justicialismo cordobés podrán ser –o no- de Cristina en Agosto y Octubre.
La confusión se resuelve por mayor confusión o porque asome la claridad.
Los periodos bisagra adolecen de este problema.
En Perú,  Ollanta Humala sacó 23% en la primera vuelta; un mes después, obtuvo 52% en la segunda vuelta ; en los primeros 30 días  de su elección subió a 70%  de popularidad y al momento de asumir, 30 días después, bajó al 40% de respaldo. Sin partidos, Perú es una democracia inestable.
En más o en menos, a los individuos le ocurre siempre lo mismo: son la desnuda suma de sus virtudes y defectos, cargan con las fantasías que les depositan sus ocasionales electores y, en la primera de cambio, se desmoronan igual que como fueron encumbrados.
Si los socialistas y los radicales pudieran reproducir nacionalmente el fenómeno santafecino, tendríamos un colectivo creíble por varias décadas. Si PRO consigue hacer de su incipiente éxito una propuesta nacional duradera, tendremos una alternativa de centro-derecha.
Para eso hay que construir nuevas coaliciones que integren millones de argentinos independientes así como a partidos y agrupaciones provinciales hoy dispersas en el territorio.
El 80% del electorado está esperando propuestas inteligentes y perdurables. Así podremos dejar en el pasado tanto al péndulo como a la perinola y constituiremos el sistema político que tanta falta nos hace.

Diego R. Guelar

viernes, 22 de julio de 2011

Construyendo los partidos – 52 (22-7-2011)

¿Que quieren los jóvenes?
Chile marca el camino

Desde los 70’s a los 90’s, una ola de jóvenes protagonizó dos procesos de convulsión política. La primera, profundamente anti-capitalista y anti-comunista, se pronunciaba “no alineada” y mezclaba marxistas y cristianos, obreros, estudiantes e intelectuales en un cuestionamiento de las reglas impuestas por la Guerra Fría entre americanos y soviéticos.
Masivas movilizaciones ocurrieron durante los 70´s en Paris, Berkeley (California), Buenos Aires, Córdoba y Rosario (Argentina), Londres y Roma pero también en Praga, Varsovia y toda Europa Central. Una dura represión impulsada desde Washington y Moscú ahogó este proceso que tenía un contenido idealista y generacional en el marco de una gran confusión ideológica.
Los que sobrevivimos a la represión y no nos refugiamos, por decepción, sólo en la actividad privada, protagonizamos los 90’s con ya 40 y pico de años de edad (en la primera ola teníamos veinti y pocos).
Interpretamos la caída del Imperio Soviético como una señal de fortalecimiento norteamericano – habían ganado la tercera guerra mundial – pero también como una oportunidad para generar un mundo más justo impulsado por el florecimiento de las democracias, el crecimiento del comercio mundial de la mano de los procesos de integración regional (NAFTA, UE, Mercosur, Sudeste Asiático) más la “revolución tecnológica” que masificaba la información y generaba condiciones para la igualación de oportunidades (no para todos, pero si para muchos).
El neo-liberalismo trató de imponer una “ideología única” que traspasó las fronteras y las consignas de “amor al dinero y al consumo” se impusieron en todos los continentes circulando como un rayo por Pekín, Moscú, Praga, San Pablo, Buenos Aires, Tel Aviv, Ciudad del Cabo o Nueva Delhi. Se pasó del “Guerrillerismo” al “Yuppismo” y de la “bohemia de pelo largo” a los trajes  Armani y los Audi no como ruptura sino como “evolución”.
El terrorismo internacional, la extensión del sida y la crisis desatada en el 2008 aguaron la fiesta del fin del siglo XX y quebraron “le sueño del siglo XXI”.
En el pasado había quedado “el hombre nuevo” de los 70’s, la “primavera democrática” de los 80’s y el “consenso de Washington” de los 90’s.
En esta primera década del nuevo siglo sólo se produjeron algunos delirios insustanciales y populistas como los de Chávez y Ahmadineyad o la admiración simplista frente as los BRICS.
La “locomotora juvenil” en sus dos expresiones tradicionales – la revulsiva de los 20’s y la del liderazgo de los 40’s – desaparece de la escena global pese a algunas protestas “antiglobalización” y algunos dirigentes que asoman frugalmente en la escena internacional.
Pero los unos y los otros se presentan ,muy dependientes de los “caprichos mediáticos” y más proclives a surfear las olas que a dirigir el barco.
En Argentina “El Modelo” y “la Cámpora” están protagonizando su ocaso irremediable: “El Modelo” es sólo una estafa de corto plazo y, si el original Cámpora duró 45 días, este simulacro pseudo-ideológico será sepultado antes que pueda preocuparnos seriamente. El problema no es la “izquierdización o la derechización juvenil” sino su dolorosa ausencia.
Ojalá tuviéramos un partido social demócrata que tuviera su versión universitaria y su central obrera.
Si así fuera, seguramente tendríamos también un partido social-cristiano con una juventud entusiasta y una rama sindical poderosa.
En este contexto de vacío y confusión, la juventud se expresa más por una adhesión al fútbol y al Rock ( con mucho de tácita protesta frente a la ausencia de liderazgo ) que por la organización política y el debate ideológico.

El caso Chileno

Políticamente la juventud participa a través de la educación, la cultura, la capacitación laboral, la demanda de empleo, y la pertenencia a los partidos políticos.
Este último aspecto está severamente debilitado en Argentina.
No así en Chile. Allí vemos como, en el 2006, el 2008 y ahora se producen manifestaciones de cientos de miles de estudiantes secundarios, universitarios y profesores que exigen una mejora sustancial en el sistema educativo. Todos ellos son miembros,  adherentes o simpatizantes de alguno de los partidos políticos en actividad. Según la evaluación PISA (realizada por la OCDE) y el informe de la CEPAL 2010 en el año 2000 Argentina y Chile estábamos casi a la par en cuanto al comportamiento del sistema educativo. Según estos índices, Chile lo mejoró en un 12% en esta década y Argentina decayó un 11%.
Argentina tiene 720 horas anuales de clases por año en el ciclo primario ; Chile, 992; en el secundario Argentina alcanza las 900 horas y Chile llega a 1000.
           Chile ocupa el lugar 44 del ranking (los primeros son Corea del Sur y Finlandia); Argentina el 58º sobre 63 países.
En Chile 70% de los alumnos completan la educación secundaria, en Argentina, 50%.
Chile estaba muy por debajo de Argentina. Sus logros actuales marcan una tendencia por la cual nos duplicará en rendimiento educativo en la próxima década.
Lo mismo ocurre en los otros rubros – capacitación, generación de empleo y participación política – lo que constituye un semillero tanto para la futura organización social como para la detección de talentos individuales.
           En Chile, el actual ingreso per cápita es de U$ 15.000 y en los últimos 20 años ha reducido a la mitad su índice de pobreza.
¿Po qué protestan tanto si están avanzando? Justamente por eso. El mayo francés o las manifestaciones en Berkeley no ocurrían en los países más atrasados sino en aquellos que representaban la elite educativa.
Chile consolidó un modelo autoritario durante el régimen del Gral. Pinochet pero,  como alcanzó logros indudables, el sistema se mantuvo atado a algunas de sus premisas – arancel universitario de U$50 dólares, régimen discriminatorio entre municipalidades ricas y pobres y férrea disciplina.
La participación política juvenil – la verdadera – es siempre conflictiva porque es cuestionadora, rebelde y utópica.
En Argentina estamos atravesando un ciclo juvenil donde la actuación política de las juventudes – mínima – se expresa sólo por los extremos: la ultraizquierda en las universidades y escuelas secundarias estatales o la apoliticidad de derecha en los institutos privados.
¿Dónde y cómo se forman los líderes del futuro? Algunos idiotas de barrios cerrados creen que haciendo phd’s en universidades extranjeras y otros, tan idiotas  como los anteriores, aseguran que el resentimiento y la bronca son el germen de futuras e idealizadas revoluciones.
La única vía es el desarrollo económico de la mano del mejoramiento de la educación pública. La educación privada es sólo un acompañamiento complementario de la pública.
Nosotros lo sabemos por que tuvimos ambas y las perdimos.
La solución no es volver a  “laica o libre” o si la patria es peronista o socialista y mucho menos al silencio es salud.
La respuesta es organizar las juventudes de los partidos políticos como motor de la afiliación, la movilización y la capacitación. Ese es el verdadero capital chileno y, si no reproducimos ese mecanismo, nuestro futuro será cada día más incierto.

Diego R. Guelar



martes, 19 de julio de 2011

Construyendo los partidos – 51 (19-7-2011)

Mirar para adelante

Se han concluido los juicios contra los máximos responsables del centro clandestino “El Vesubio”. Ya son más de 200 los condenados y quedan todavía otros 500 procesos más.
Después de las “amnistías imperfectas” (leyes de obediencia debida y punto final de 1986 y 1987) y los indultos de 1990, el Congreso Nacional y la Corte Suprema de Justicia decidieron la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad y anularon las leyes y decretos de perdón.
Argentina, después de marchas y contramarchas y un muy intenso debate que había abarcado a 4 presidencias – Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde – daba un giro muy completo a su visión del pasado resolviendo catalogar a la salvaje represión de la dictadura militar 1976-83 como ejecutora de un plan maléfico de exterminio que, durante su ejecución, cometió delitos que el tiempo no podrá borrar
Ningún otro país de la región llegó tan lejos. Pero ninguna dictadura de la región fue tan sistemática ni tan cruel. Más de 10.000 asesinatos y 500 robos de bebés cometidos en cerca de 400 centros de detención clandestinos donde se torturaba hasta la confesión o la muerte.
Salvo unos pocos cientos de supervivientes, el resto fue incinerado, enterrado como NN o arrojado al mar.
Hay que reconocer que el epílogo de este proceso ocurrió por la perseverancia militante de madres y abuelas de Plaza de Mayo quienes tuvieron que enfrentar, durante buena parte del recuperado sistema democrático, la indiferencia o la incomodidad por parte de los gobiernos que preferían desentenderse del pasado con el cual sentían una mal disimulada complicidad.
El ex - presidente Néstor Kirchner, cuya conducta no habían sido – hasta su asunción el 25 de mayo del 2003 – diferente a la del resto de la clase política (o había sido aún más distante de los organismos de derechos humanos), entendió que el tema era una oportunidad de dar a su administración un signo de identidad que las anteriores no habían podido o no habían querido detentar.
Poco importa auscultar las motivaciones que lo llevaron a practicar esta metamorfosis. Lo que es históricamente relevante es que, la composición ideológica de la Corte Suprema que él propusiera y las instrucciones que tuvieron los parlamentarios que le respondían, terminaron con 20 años de vacilaciones e indefiniciones.
Tarea cumplida. Quedan los imputados, los jueces y fiscales, los abogados y los querellantes como actores específicos del último capítulo de una tragedia ocurrida hace 30 años.
También están los historiadores, los profesores, los estudiantes y la sociedad civil en su conjunto para entender que nos pasó, por qué nos pasó, cómo fue posible que lo aceptáramos y que, en buena medida, prefiriéramos olvidar.
No debe sorprendernos tanto. La mayoría de los sobrevivientes del holocausto judío tardaron 30 años en poder hablar y contar lo que habían padecido y la realpolitik de finales de los 40’s e inicios de los 50’s produjo que muchos protagonistas, cómplices y encubridores fueran tratados como aliados en la “Guerra contra el Comunismo” que se desatara inmediatamente de terminada la 2da Guerra Mundial.
Lo importante hoy es que podamos, con la clase política a la cabeza, dar vuelta la página para encarar y resolver hoy las brutales violaciones a los derechos humanos que perpetramos cotidianamente contra un número muy importante de nuestros conciudadanos. Allí están el millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan; o el 50% de los menores de 2 años que padece signos de desnutrición o mala alimentación; o los 2 millones de jubilados que cobran una miseria de jubilación mínima…
Por todos ellos debemos saldar nuestra deuda con el pasado; la que contrajimos todos por acción u omisión; la que explica nuestras frustraciones y carencias y nos debe motivar, desde la autocrítica, para hacer una sociedad mejor.
Lo que no puede pasar es que practicar la justicia sobre el pasado sea sólo patrimonio de una fracción porque, en ese caso, se transforma en venganza o revancha y pierde así todo su sentido histórico.
El General De Gaulle  y el reducido número de maquis que resistieron la ocupación alemana desde 1940 a 1944 lo hicieron en representación de la “Nación francesa” y transformaron su lucha y su sacrificio en patrimonio común de todos los franceses.
En nuestro caso, que la recuperación democrática fue sólo el producto de una derrota militar externa (en Malvinas), lo menos que debemos hacer es asumir la tragedia común para mirar, todos juntos, hacia adelante.
Así lo hicieron los alemanes que juzgaron (y lo siguen haciendo) a los ejecutores de la “solución final” pero han debido procesar por separado el estigma de su responsabilidad común sobre el advenimiento democrático de Adolf Hitler y el Partido Nacional Socialista y su apoyo al régimen hasta el último día de la caída del Reich.
Es cierto que no debemos olvidar, pero también tenemos que recordar que en agosto de 1978, a más de dos años de la llegada al poder del Gral. Videla, un 75% de la población apoyaba al Gobierno Militar (ya se habían cometido, para esa fecha, el 95% de los asesinatos).
Pese a esta horrible carga, después de 30 años, debemos reivindicar habernos reconciliado con nosotros mismos incluyendo la capacidad de hacerlo pacíficamente - sin un solo caso de “justicia por mano propia” - , con nuestros vecinos chilenos y brasileros – con quienes habíamos mantenido una centenaria “hipótesis de guerra” – y con los propios ingleses – después de la guerra – con quienes convivimos y trabajamos juntos en el G-20, en el Tratado Antártico, en el “Club Nuclear” y en el marco bilateral (más allá de algunos cortocircuitos retóricos).
Seremos una gran nación apenas decidamos comportarnos como tal. Estamos preparados para dar un fenomenal salto hacia el futuro con sólidas raíces plantadas entre medio de nuestros errores y aciertos.
Ya han pasado las generaciones del 73, del 83 y la del 89  y debería estar por florecer la del 2011 (que empezó a asomar en el 2009).
El Congreso debería aportar suficientes recursos como para que la justicia acelere los procesos en curso y podamos, en el plazo de los próximos 2 años, terminar los juicios pendientes y poder declarar, todos juntos, que el pasado está saldado.
Lo mismo debemos hacer con los temas que afectan a nuestros veteranos de guerra.
Las nuevas generaciones deben recibir un legado único sobre el cual edificar el futuro.

Diego R. Guelar

lunes, 11 de julio de 2011

Construyendo los Partidos 50 (11-07-11)

La única verdad es la realidad
Macri, el mejor


Ayer quedó demostrado que Mauricio Macri era el mejor candidato para enfrentar a Cristina Kirchner en las elecciones generales de octubre. De los distritos mayores – Prov. de Bs. As, Córdoba – Santa Fe y Capital Federal – ningún candidato es capaz de repetir un resultado semejante (47% de los votos en 1ra vuelta y ganadas las 15 comunas).
El discurso de PRO – de Macri – es lo más parecido al del futuro que viene en la Argentina : la reivindicación  del trabajo y la creatividad sin el enfrentamiento esteril y la soberbia arbitraria .Pero él sabe que sin un partido organizado nacionalmente no hay presidencia en el 2015. Igual que todos los dirigentes del mundo, deberá encarar esta tarea durante los próximos 4 años.

El fin de una era

El ciclo peronista-radical ha llegado a su fin. Sus dos últimas versiones – Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Alfonsín – han tratado, para perdurar, de construir (a su manera) esa “transversalidad” que pregonaba Néstor Kirchner
Cristina, corriéndose “hacia la izquierda” retórica pretendiendo llegar al electorado independiente desde esa perspectiva. Ella sabe que los peronistas residuales son una minoría en extinción. En su primera elección – 2007 – el intento fue con los “radicales K” en varias provincias conservadoras y con intendentes de la Prov. de Bs As. Que no querían ser menos - a la hora del reparto – que sus pares de la “cooperativa peronista”.
En el 2011 son los integrantes de “La Cámpora”, agrupación juvenil que se caracteriza por la avidez de cargos munidos de cuantiosos presupuestos mientras vocean trova cubana y consignas socialistas de estilo chavista.
          Muchos jóvenes honestos e idealistas consumen esta propuesta de buena fe y serán, seguramente,  los que encararán en el futuro la tarea de construir un partido de centro-izquierda verdadero. En la Capital, ese intento le representó sólo el 27% de los votos.
Ricardo Alfonsín no concretó su inicial objetivo de “Frente Progresista” y, dejando girar la perinola, se asoció con Francisco de Narváez, un peronista tardío que le suma en Prov. de Buenos Aires lo mismo que le resta a nivel nacional.
          Ricardo intenta captar el voto de centro-derecha mientras aspira a mantener una clientela de centro-izquierda. El frustrante resultado quedó claro en la Capital : la centro-derecha votó a Macri y la centro-izquierda a Filmus y Solanas (47% a 40%) mientras que su candidata Silvana Giudicci obtuvo sólo el 1,7% de los votos ( En la misma ciudad que Fernando de la Rua le ganó en 1973 al mismísimo general Perón cuando obtenía el 62% en todo el país ).

No hay atajo ni perinola que valga.

La mayoría de los argentinos está buscando un nuevo horizonte.
La tesis que afirma que en la Capital hay una cierta convergencia de votos entre Cristina y Mauricio es verosimil. Cristina obtendrá en octubre los mismo votos que Filmus en segunda vuelta más algunos otros. Binner, Alfonsín, Duhalde y Lilita se repartirán parte del “botín Macrista” como “voto protesta” o, si existe polarización en octubre, concentrándose para concretar un “voto opositor útil”. Otra parte importante engordará las arcas de la propia Cristina por que, lo que sí ocurre, es que el inmenso volumen de votos “independientes” se los reparten, a título personal, Cristina y Mauricio y otros líderes locales. No hay superposición, lo que existe es un fenómeno emergente del desmoronamiento de los grandes partidos y una concentración de la representación política en figuras individuales.

Lo  que viene

Ahora es el turno de Sta. Fe – 24 de julio – y Córdoba – 7 de agosto. El gobierno perderá en los dos lugares, pero ninguno de estos resultados – incluyendo la Capital – alimenta un ganador alternativo a Cristina.
Pareciera que existe una tácita y secreta conspiración para posicionarse hacia el 2015 dejando a  Cristina a cargo de su propio infierno.
Solo la falta de conducción política nacional puede explicar el dejar el próximo casillero vacío.
4 años es un siglo.
Toda la segunda Guerra Mundial fueron 5 años. La primera “gran Guerra” ocurrió entre 1914 y el 18. Toda la campaña del Gral. San Martín para liberar Chile y Perú duró tres años.
12 años de kirchnerismo es un castigo que el pueblo argentino no se merece. Deberíamos haber aprendido de los 90’s – que tanto criticamos – para no permitir una acumulación de errores cuyo precio ya conocemos.
En el mismo lapso de tiempo, Méjico, Chile, Perú, Brasil y Panamá alcanzaron el “investment grade” (cero de riesgo político) de la mano de las mismas calificadoras que hoy señalan como “basura” a los títulos de deuda griega y portuguesa y reducen la calificación de España, Inglaterra y los EEUU.
Brasil recibió 10 veces más inversión extranjera que Argentina en el 2010 y recibirá 15 veces más en el 2011.
En ese mismo período China y Brasil subieron tres posiciones alcanzando el 2º y el 7º lugar en el ranking planetario.
El tiempo es más cruel con los jóvenes que con los viejos. El costo de la mala política son menos puestos de trabajo, retroceso tecnológico, degradación educativa, peores servicios y asimetría creciente con los vecinos a quienes les va bien.
La lógica macabra entre desmovilización política y aumento de la criminalidad y el narcotráfico es una ecuación que le costó a Colombia y Méjico un alto precio en recursos humanos y materiales. Brasil está corrigiendo aceleradamente lo que pudo ahogar sus mejores esfuerzos y logros.
De aquí a diciembre del 2015 es el mismo tiempo que de junio de 1966 a diciembre de 1970. En esos 1500 días se produjo el golpe contra el gobierno de Illia, murieron violentamente el Che Guevara, Vandor y el Gral. Aramburu, se produjo el Cordobazo y la caída de Onganía, el mayo Francés, Woodstock, la cura definitiva de la sífilis y la polio, la guerra de los 6 días en Israel, los rusos y los norteamericanos llegaron a la luna 31 veces, orbitaron el sol 4 veces, alcanzaron Venus 7 veces y Marte en 3 oportunidades
.
Así como el pasado no nos abandona, El futuro no nos espera.

Diego R. Guelar

miércoles, 6 de julio de 2011

Construyamos los Partidos- 49 (6-7-2011)

Méjico, del dedazo al partidazo

La revolución mejicana que termina con la dictadura de Porfirio Díaz comienza en 1917. Después de una cruenta guerra civil, diversas facciones fundan el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1929. El PRI gobierna ininterrumpidamente hasta el año 2000. En 1939 se funda el Partido Acción Nacional (PAN) que recién alcanza, con Vicente Fox, la presidencia de la república en el año 2000.
La izquierda más intransigente se escinde del PRI en 1989 bajo la conducción de Cuauhtémoc Cárdenas y funda el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ganando las elecciones municipales en Méjico DF en el 2002 con Andrés Manuel López Obrador.
Éste último es derrotado por Felipe Calderón (PAN) en las elecciones presidenciales del 2006.
El PRI, aparato electoral de extraordinario poder y un pragmatismo ideológico semejante  al Peronismo Argentino, parecía desmoronarse pero conserva el gobierno de 10 estados federales y el pasado domingo gana en los Estados de Méjico, Coahuila y Nayarit. Llegando a controlar 19 de los 32 estados federales.
Así se posiciona el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, como el favorito para las elecciones del 2012.
Resurge así un partido casi centenario que ejerció en solitario un poder omnímodo y minado por el clientelismo y la corrupción.
Sin embargo, el PRI supo adaptarse a los cambios producidos durante el nuevo siglo regenerando una dirigencia más democrática que expresa una ideología centrista con alas derecha e izquierda, con una fuerte connotación nacionalista.
El PAN se mantiene en su espacio de derecha  liberal y el PRD expresa a la izquierda clásica mejicana.

Situación económica

En enero de 1994 Méjico firma con los EE.UU un Tratado de Libre Comercio (TLC) que consolida la relación estructural de ambas economías.
En ese momento, todavía regía el “unicato” del PRI y 11 meses después de su firma estalla una crisis – el tequilazo – que genera una debacle económica global (le siguen más tarde la rusa y la del Sudeste Asiático).
Los EE.UU. intervienen con un fuerte apoyo financiero y, en pocos años, Méjico cancela los créditos recibidos durante esa crisis.
En los últimos 15 años, México ha firmado acuerdos de Libre Comercio con Nicaragua, Chile, Uruguay, El Salvador – Guatemala y Honduras, la Unión europea, Israel, la Asociación Europea de Libre Comercio y Japón.
Así  ha transformado una economía muy cerrada en una de las más libres del mundo aunque todavía existen grupos monopólicos nacionales muy fuertes en sectores claves de su economía como petróleo y comunicaciones.

La consolidación democrática

Méjico era, hasta hace poco tiempo, muy celoso de su perfil nacionalista y laico. No tenía relaciones diplomáticas con el Vaticano, privilegiaba su relacionamiento con Cuba y otras dictaduras de izquierda, mantenía una tensión diplomática permanente con los EE.UU. y reprimía cualquier expresión interna o externa que cuestionara su sistema político hegemonizado por el PRI.
En la década de los 90’s, comienza un giro muy profundo para liberalizar sus sistema político, abrir su economía y fortalecer su rol como una de las economías emergentes más pujantes del mundo.
Logra ampliamente estos objetivos y es, con Brasil y Argentina, una voz de peso en el G-20.
Su crecimiento económico y su integración con el mundo le requirieron una política de transformaciones que fueron coincidentes con el nuevo papel que ejercía en el hemisferio y en el mundo.
El actual Presidente, Felipe Calderón, paga el precio de una valiente política – no encarada por sus antecesores – para derrotar a la delincuencia del narcotráfico que ha costado 40.000 vidas en los últimos 4 años más  el impacto económico de la crisis desatada en los EE.UU. desde el 2008.
Las reformas encaradas en los últimos 20 años son comparables a las de Brasil, Chile, Perú y Colombia.
Es inimaginable que Méjico retroceda al unipartidismo o al populismo autoritario de los viejos liderazgos latinoamericanos.
Es inexplicable que la Argentina, 5to país del hemisferio después de los EE.UU, Canadá, México y Brasil no pueda seguir las lecciones de quienes pasaron por procesos similares a los nuestros – guerras civiles, crisis económicas, evolución del modelo agrario al industrial, hambrunas y altos niveles de desocupación e inflación, voluminosas deudas externas, - cuyos comportamientos han sido equiparables en un 100 por 100-.
Cada país tiene su propio “modelo de adaptación” a las cambiantes condiciones mundiales pero siempre será convergente con las conductas que tienen los otros en el marco de las ideas hegemónicas de su tiempo y su cultura.
La pretensión de una escala de valores autónoma y, a veces, antitética con la de los otros es sólo sustentable durante un corto período y termina inexorablemente en una crisis regresiva.
Como bien diría Abraham Lincoln: “Se puede mentir a pocos por mucho tiempo; se puede mentir a todos por poco tiempo; lo que no se puede es mentir a todos, todo el tiempo”.

Diego R. Guelar