miércoles, 30 de abril de 2008

Boletín Internacional Informativo - PRO

Abril 2008 
La Revolución Conservadora

Pese al fracaso de la administración del Presidente George W. Bush, una nueva ola conservadora viene hegemonizando la política europea. Sarkozy en Francia, Putin en Rusia, Merkel en Alemania y ahora Berlusconi en Italia demuestran que una combinación de social-cristianismo, conservadurismo, liberalismo y una pizca de populismo están sacudiendo las estructuras de la Unión Europea.
Esta tendencia se extenderá en los próximos años también en América Latina: a los ya gobernantes Calderón en Méjico y Uribe en Colombia, es previsible que los recambios en Chile, Uruguay y Brasil respondan al mismo tinte ideológico: en Brasil, José Serra o Aécio Neves (del PSDB) aparecen como los más serios candidatos a suceder al Presidente Lula; en Uruguay, el ex-presidente Luis Alberto Lacalle o el senador Larrañaga (Partido Blanco) al Presidente Vázquez; y los senadores Sebastián Piñera (Renovación Nacional – RN) o Soledad Alvear (Democracia Cristiana – DC) a la Presidenta Bachellet.
¿Será ésta la respuesta más conveniente a la imparable recesión que castigará transversalmente a todo el planeta? El tiempo lo dirá.
El aumento récord del petróleo y la disparada de los commodities  alimenticios (por aumentos de la demanda, fracaso de cosechas y crecimiento de los bio-combustibles) generará una creciente disputa entre precios, salarios y abastecimiento mundial.
Las tradicionales respuestas conservadoras pueden ser más peligrosas que los desafíos que definitivamente habrá que enfrentar.
Los nuevos liderazgos de centro-derecha deberán encontrar el justo equilibrio entre las restricciones presupuestarias y las demandas sociales después de 6 años de crecimiento record que produjeron una millonaria inclusión que sufrirá el impacto de un ciclo de menor flujo de inversiones y comercio.
Claro que el supuesto monopolio de la “Justicia Social”, los “Derechos Humanos” y el “Medioambiente” por parte de las izquierdas del mundo ha sido severamente cuestionadas por buena parte de la opinión pública y el nuevo pensamiento de centro ha sabido incluir la decidida actuación del Estado en esas áreas sin abandonar el respeto y la confianza en los individuos y sus organizaciones sociales no gubernamentales.
También se han desarrollado nuevas fórmulas de cooperación inter-ideológicas (Sarkozy convocando a socialistas franceses, el inédito acuerdo entre democristianos y verdes en Alemania) que esperemos cundan y ayuden a que el presidente electo Lugo del Paraguay  pueda concertar una mayoría parlamentaria con algún sector del Partido Colorado o que un pacto cívico entre Evo Morales y el ex-presidente Jorge Quiroga puede evitar la guerra civil en Bolivia.
Este apasionante escenario global sólo se ve por televisión en Argentina. Aquí creemos ser inmunes a la crisis internacional, mientras nos tapa el humo y nos invade la inflación creciente e imparable. El verdadero Presidente – Néstor Kirchner – no deja gobernar a su delegada en la Casa Rosada  quien lo obedece obediente y resignada.
La oposición no aparece por izquierda ni por derecha y el peronismo celebra su desaparición declarada y presidida por Néstor Kirchner quien aspira a crear su propio partido de las cenizas de las agonizantes estructuras del pasado (después que lidere personalmente  la superación de la inminente crisis).
A diferencia de las centro-izquierdas y las centro-derechas lúcidas del mundo (que funcionan  desde la moderación y el diálogo), la aventura  K se apalanca sobre la (hasta ahora) indiferencia colectiva y la falta de interlocutores que asuman la representación política del rechazo a su “modelo”.
Aquí no estamos discutiendo la velocidad del aterrizaje que acompase la recesión mundial. Nuestro “Piloto de Tormentas” está apretando el acelerador y enfilando hacia la estratosfera. Las revoluciones (y las contrarrevoluciones) son escenarios ajenos que desfilan por el zapping del Cable.
Como diría Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las políticas sensatas son ajenas”.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO