martes, 31 de agosto de 2010

Boletín Internacional Informativo - PRO

Agosto 2010
El mejor momento…salvo para Obama

China supera a Japón y se consagra como 2ª potencia mundial; Alemania alcanza en el 2º trimestre del año el mejor índice de crecimiento desde 1960, impulsando hacia arriba el de toda la Unión europea.
Brasil cierra el semestre con 2 millones de autos construidos y un índice de crecimiento proyectado del 8%.
En Argentina, el impacto de estos comportamientos positivos se recibe de lleno. A eso hay que agregarle los precios de la soja, el trigo y el maíz. Hasta la suspensión de compras del aceite de soja por los chinos fue sustituido (en 15 días y a mejores precios) por la India. Creceremos este año entre el 7 y el 8%. El consumo bate records.
Se consolida, además, la Unión Aduanera Mercosur con la aprobación del Código Aduanero (pendiente desde 1995) y el fin del largo y absurdo conflicto con el Uruguay.
Este panorama favorable no incluye a la administración Obama que está pasando un momento muy duro. Un índice de popularidad “inconveniente” a menos de 3 meses de una elección (el 42% aprueba su gestión), una insuficiente generación de empleo, un retiro de tropas en Iraq acompañado por un incremento de atentados terroristas en la región (Afganistán, Iraq y Pakistán) más un desastre medioambiental en Pakistán con 20 millones de afectados y un programa nuclear en Irán que sigue su marcha hacia la obtención de armas de destrucción masiva.
El segundo semestre del año – el más corto en el hemisferio norte, donde se parece más a un cuatrimestre – consolida la tendencia hacia una creciente importancia del peso de los BRICS (Brasil, Rusia, India y China) que impulsa el crecimiento de Sudamérica y Europa.
Con este escenario, algunos líderes que creían acercarse al fin de sus ciclos pueden fantasear positivamente con elecciones anticipadas – Rodríguez Zapatero y Berlusconi -; otros, mantener su “centralidad europeo” – Sarkozy y Merkel -; los más nuevos – Cameron y el gobierno Griego – proyectarse exitosamente hacia el futuro.
En Sudamérica, Lula parece acariciar el objetivo de entregar el mando a Dilma Rousseff por izquierda y Santos recibió el cetro de Uribe por derecha.         
Por los flancos de Argentina, Chile y Uruguay también avanzan desde ejes ideológicos diversos conformándose una orquesta regional que se consolida por el centro.
Los KK se lanzan, calentando motores para las elecciones del año que viene, hacia las definiciones más extremas y confrontativas. Si se abrieran al diálogo, con una economía creciendo, sus posibilidades de auto-sucesión no estarían cerradas. Pero no hay nada por encima de la naturaleza e, igual que el alacrán, convence al caballo para que lo cruce hasta la otra orilla del río, pero al picarlo en la mitad del trayecto, cumple su sino trágico de matar y, al mismo tiempo, consuma su propio suicidio.
Al presidente Obama  le encantaría cambiar de sede (la Casa Blanca por la Casa Rosada) y pilotear una situación como la Argentina, sin 2 trillones de dólares de déficit, sin el Tea Party, sin guerras, ni xenofobia frente a los inmigrantes y con un país hermano y socio exitoso poblado mayoritariamente por afro-americanos.
Dale margaritas a los chanchos.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

miércoles, 25 de agosto de 2010

Construyamos el Partido 13 (25/8/10)

Hugo Moyano asume como Presidente del PJ Prov. De Bs. As.

Se ha constituido el “riñón duro” del PJ: Néstor más Moyano; el verdadero G-2 de la Propuesta oficial. Se suman en los márgenes: algunos grupos piqueteros y el grupo intelectual “Carta Abierta”.
Los apoyan no menos de 10 gobernadores, 40 intendentes de la Prov. De Buenos Aires y varios cientos del interior.
Un pulmón garantido del 28% de los votos nacionales.
Imposible llegar al 40% soñado y la seguridad de una derrota en la 2da vuelta contra cualquiera que llegue a esa instancia.
Esta estructura representa a no menos del 70% del viejo electorado peronista (ya muy disminuido). Como decía Juan Perón: “Gira a la derecha, pero pon el giño a la izquierda”.
El “perfil social” (subsidios al consumo, el transporte y el universal por hijo) pretende mantener un electorado cautivo con el argumento que “la derecha opositora los eliminaría de un plumazo”.
Así se mantiene la confusión ideológica al evitar una “definición socialista” – al  estilo Chávez – mientras se busca apuntalar un “Capitalismo de amigos” y un esquema de corrupción escandaloso.
El sindicalismo peronista – originariamente laborista pero siempre anticomunista – se concibe como “Sindicalismo de Estado” (C.G.T. única y fuerte vínculo con el poder político) cuestionado desde siempre por la OIT (Organización Mundial del Trabajo) justamente por la falta de libertad sindical.
           En la Argentina se verifica la paradoja de partidos social demócratas – la UCR y el Socialismo – sin ningún peso en las organizaciones sindicales, a diferencia del socialismo europeo o el Partido Demócrata de los EE.UU – relacionado con la AFL – CIO, central de trabajadores norteamericanos.
El Peronismo, más allá de sus movimientos pendulares, se caracterizó por su estrecha vinculación con el sindicalismo en forma hegemónica. Las administraciones peronistas – y las militares – marginaron (y reprimieron) a quienes pretendieron disputarle espacios de poder.
En Europa, el Sindicalismo se dividió en centrales Socialistas, cristianas y comunistas. Todo el espectro político tuvo así su “ala sindical” evitando el monopolio de la representación gremial.
Este “desequilibrio social” produjo la aseveración que   “nadie  puede gobernar en Argentina sin el Peronismo”. La resistencia a las administraciones militares y las “huelgas generales” seriales a los Radicales abonaron esta afirmación.
Mientras tanto, el Partido Comunista nunca pudo hacer llegar un Diputado al Congreso y el Partido Socialista quedó limitado a la prov. De Santa Fe y a la Capital Federal.
El otro extremo del mapa ideológico – el liberalismo conservador – tuvo expresiones minoritarias que se sucedieron en el tiempo: los conservadores populares de la Prov. De Buenos Aires, UDELPA del Gral. Aramburu, el Partido Federal de Francisco Manrique, la UCD de Álvaro Alzogaray, Acción por la República de Domingo Cavallo y Recrear de Ricardo López Murphy (éste último alcanzó el mayor éxito electoral del sector al obtener 17% de los votos en el 2003).
En el centro, el histórico Partido Demócrata Cristiano, quedó preso de su vinculación con el Peronismo del que fue siempre un aliado marginal.
El mapa político ideológico comienza a reordenarse en los 90’s (ver Construyamos el Partido -12) pero el estrepitoso fracaso de la alianza UCR – Frepaso – Socialismo y el exagerado corrimiento de Menem hacia el liberalismo conservador implosionó en el 2001 y recién ahora comienza a reagruparse siguiendo las mismas tendencias fundadas en los últimos 15 años.
El confrontativo eje Kirchner – Moyano dejará al PJ aislado de la mayoría de la opinión pública que está cansada de los intentos de hacer chocar a distinto grupos sociales: el campo contra la ciudad, los trabajadores contra los empresarios, los empresarios nacionales contra los extranjeros, los pobres contra los ricos, la prensa contra la opinión pública, etc.
En el 2011 no se verificará – todavía – una diferenciación de propuestas por su adscripción a una ideología determinada, sino por la capacidad de los partidos (y sus candidatos) de representar el deseo de la mayoría de terminar con los enfrentamientos estériles.
La premisa de la gobernabilidad por el control sindical sólo beneficiará a Néstor Kirchner. Si este elemento  conserva su mítica importancia, él tiene alguna posibilidad de éxito. Si la sociedad pierde sus temores atávicos, será la oportunidad de construir los equilibrios que permitan recorrer una transición democrática definitiva:
1)    Por primera vez tendremos una Corte Suprema independiente,
2)    El panorama parlamentario se caracterizará por minorías sin control mayoritario de nadie
3)    El Poder Ejecutivo deberá estar dispuesto a negociar para poder gobernar, siéndole imposible recurrir al argumento autoritario
4)    Por último, podremos aspirar a la organización de un sindicalismo libre, transparente y representativo que pueda dar cabida a diferentes expresiones ideológicas.

Diego R. Guelar

viernes, 13 de agosto de 2010

Construyamos el Partido 12 (13-08-2010)

La Renuncia de Lilita Carrió al ACyS
Desde el “Construyamos el Partido-1”, hemos pasado revista a los antecedentes históricos, políticos y culturales más significativos que constituyen los pilares de nuestro sistema democrático.
Un componente central del “Régimen Constitucional” argentino, desde su fundación en 1853, es la imprescindible participación de los partidos políticos.
Por el contrario, generamos una percepción nacional que fortalecía la construcción de “imaginarios colectivos” pensados como autóctonos e independientes de tales corrientes.
Pusimos así ingredientes diversos a nuestra coctelera local: a) la tradición anglo-sajona corregida por la experiencia norteamericana en la letra de la Constitución Nacional; b) tradiciones locales heredadas de nuestro origen hispánico; c) las ideologías socialista y anarquista aportada por las grandes corrientes inmigratorias; d) la influencia clerical de la Iglesia Católica; e) los componentes corporativos y sindicales del fascismo italiano, y; f) el autoritarismo de las elites conservadoras y su influencia en las Fuerzas Armadas.
La “mezcla telúrica” funcionó pero lo hizo deficientemente. Ni se generó la tracción hacia los extremos del comunismo y el nazismo, ni la convergencia hacia el centro de la social-democracia y el social-cristianismo.
Estos componentes se desvirtuaron y se enmascararon, impidiendo la construcción de escuelas de formación en las universidades, los sindicatos, los medios de comunicación y los precarios partidos, generándose así ciclos de enfrentamiento – alianza – enfrentamiento cada vez más aislados del contexto internacional.
El sindicalismo, originalmente anarquista y socialista (y como tal, independiente y enfrentado al Poder Estatal) pasó desde 1945 a ser vertical y alineado con el poder de turno o complotado para derrocarlo desde la generación de huelgas y caos).
La universidad, erigida desde la reforma del 18 en un baluarte del libre pensamiento y la autonomía, a ser parte de intervenciones nacionalistas, liberales o marxistas que generaron millones de exiliados y/o cínicos y/o extremistas y no pudo organizar el aporte sistémico de cuadros imprescindibles para alcanzar la consolidación del progreso alcanzado entre 1880 y 1930.
Este clima influyó decididamente en la conformación de los partidos políticos que, debilitados, no pudieron impedir la debacle de 1976 ni la del 2001. En las otras crisis – 1955 – 1966 y 1989 – habían actuado como beneficiarios, cómplices o víctimas parciales de los acontecimientos.
En los últimos 20 años, 2 nuevos fenómenos comenzaron a modificar este escenario:
a)    Por un lado, el Justicialismo, después de varios bandazos, generó una alianza – 1989 – 1999 bajo una identidad social cristiana aliada al liberalismo conservador (PJ + UCD) encarnada por Carlos Saúl Menem
b)    Por el otro, una nueva alianza del Alfonsinismo radical (después de las fallidas versiones de Ricardo Balbin, Arturo Frondizi y la UCRI de Allende) con la izquierda peronista disidente (después del aniquilamiento de montoneros) representada por el FREPASO de Carlos “Chacho” Álvarez y el Socialismo santafecino de Guillermo Estévez Boero que, en 1997 y 1999 ganaron las elecciones encuadrados ideológicamente en la Social Democracia Europea.
La crisis del 2001 sumerge a todo el espectro político en un clima de desazón y fracaso.
Después de 10 años de recuperación (para volver a los índices de desarrollo de 40 años atrás), el sistema político vuelve a emprender su reconstrucción para resolver la crisis que dejará planteado el fin del ciclo kirchnerista. La alianza intentada entre 1997 y 1999 reaparece conducida por Ricardo Alfonsín y Hermes Binner (UCR y P. Socialista) rodeados de una serie de dirigentes nuevos y otros sobrevivientes del derrumbe del 2001.
El Peronismo consolida una minoría de gran capacidad operativa liderada por Néstor Kirchner (Presidente del PJ nacional) y Hugo Moyano (Secretario General de la CGT y Presidente del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires).
El dirigente más representativo de una sólida vertiente social – cristiana – Eduardo Duhalde – se constituye en el mayor referente político en el “Peronismo opositor” desde su exitosa experiencia como “Piloto de tormentas” en el 2002 y el 2003.
Desde él se arma un espectro de dirigentes que constituyen el “Peronismo Federal” como expresión del repudio a Néstor y Cristina Kirchner acompañado por Carlos Reutemann,  el neo peronista Francisco de Narváez más caudillos provinciales respetados (A. Rodríguez Saa, J.C. Romero, Ramón Puerta, F. Solá y Mario Das Neves). Esta “versión” del Peronismo se plantea aliada al PRO- Mauricio Macri – sin cuyo aporte es claramente imposible la derrota de los KK.
Una división del P.F. y el PRO llevaría aparejada la consolidación de las “dos primeras minorías” Kirchner y Alfonsín – que protagonizarían la seguramente 2ª vuelta en el 2011.
En caso de concretarse la alianza PF – PRO, se volvería a reproducir el escenario de 1999 , sólo que esta vez podría decantar la cuestión ideológica de tal forma de conformar 2 sólidas propuestas – una de centro-izquierda y la otra de centro-derecha – capaces de fortalecer un “centro político” y consolidar el sistema tal como viene ocurriendo en Chile, Brasil y Uruguay.

El protagonismo de Lilita Carrió

          Lilita Carrió es una dirigente política notable.  Nació del brazo de Raúl Alfonsín y mantuvo una posición principista e intransigente que la separó de la Alianza entre la UCR y el FREPASO ( 1997-2001) planteando el agotamiento del Radicalismo y el Peronismo ahogados por la corrupción y los acuerdos de cúpulas que destrozaban la posibilidad de construir una República digna y creíble.
        Fue la voz más dura denunciando un “continuismo creciente de Menem-De la Rúa-Duhalde-Kirchner” que identificaba con “el narco-tráfico, el robo y la prebenda”, por acción u omisión,.
        Fundó un Partido –el ARI-, fue dos veces candidata Presidencial ( 11% de los votos en el 2003 y 24% en el 2007), se desafilió de su propio partido, construyó y destruyó alianzas.
        Mezcló militancia cristiana con progresismo pero nunca la vinculó ni con el social-cristianismo ni con la social democracia. Quiso ser una referencia propia y original. Fracasó.
        No existen los liderazgos individuales, fuera de coyunturas transitorias, que puedan sustentarse fuera de Partidos e ideologías. Puede existir el rol fundacional, pero este tiene que ser expreso y acompañarse por una organización y una doctrina.
        La existencia política de la Sra. Carrió duró una década.

El discurso no son las palabras
Un discurso político no se caracteriza por las palabras ni los gestos. Son éstos los que grafican las ideas y los contenidos que los inspiran
El “Centro-derecha” es productivista y desarrollista. Se para frente a la sociedad desde la inversión y el trabajo.
La centro-izquierda es redistribucionista y progresista. Apuntala el igualitarismo, los derechos civiles, de género, de minorías y el medioambiente.
Esto no hace de unos egoístas y de los otros generosos. Es la combinación de las dos visiones (que además se cruzan y se retroalimentan) las que fortalecen el sistema y lo hacen equilibrado y previsible.
De esto se trata el énfasis en “la gestión” por parte de Macri y de las “instituciones” por parte de Alfonsín.
Ambos están diciendo lo mismo porque sin gestión e instituciones no hay Estado ni Sociedad Civil que progrese.
No es que la centro-derecha sea insensible socialmente; es que cree que el Estado debe asegurar la educación, la justicia, la salud y la seguridad y crear las mejores condiciones para la iniciativa privada.
Tampoco es que la centro-izquierda niega a la inversión y el desarrollo, sino que afirma el rol del Estado como la única herramienta para balancear la injusticia social propia de un “sistema de desiguales”.
La crisis mundial del 2008 dejó en descubierto la necesidad de “mezclar ambas tendencias” aislando a las izquierdas más intervencionistas y a las derechas más liberales. El fortalecimiento del centro surge como una necesidad de estos tiempos.
Lo que tenemos que derrotar es el “rictus autoritario” que pretende dirigir toda la sociedad desde un centro único y todopoderoso.
Un empresario piensa como tal, un profesional liberal también, lo mismo un sindicalista o un chacarero. Y es bueno que así sea. También  es bueno que los partidos representen parcialidades. Para eso existen. Lo malo es que no sepan lo que representan, o lo oculten  o lo disfracen.
Por eso, el “éxito” político en nuestra región (el éxito que le sirve a la gente) es el que encarna Piñera, o Mujica o Lula que exponen con claridad lo que son y lo que quieren y, desde allí, pueden también gobernar para los que no coinciden con ellos garantizando el funcionamiento armónico de la sociedad haciéndolo compatible con la realización individual y grupal.

Una sociedad de diferentes que sueña y construye la igualdad.

Administrar la complejidad, la escasez de recursos materiales para satisfacer las legítimas apetencias personales y sectoriales, es el arte de gobernar.
Elegir bien las prioridades, persuadir a los que no piensan como uno, construir mayorías y minorías operativas y representar genuinamente a sus mandantes , son las virtudes del líder y el estadista democrático.
La acumulación enfermiza del poder, la intencionalidad destructiva hacia el adversario, la corrupción pornográficamente insaciable y la ambición de perpetuación en el poder, son los vicios del dictador mediocre y perverso.

La disyuntiva del 2011
En el 2011 podemos repetir la historia. Es decir, podemos volver a fracasar. O podemos hacer florecer la autocrítica y cuidar lo construido desde 1983 (que es mucho). Tenemos más tecnología, pero más pobreza y violencia. Tenemos más soja pero menos trigo y carne. Tenemos un gran vecindario pero somos malos vecinos. Tenemos más y mejores escuelas y universidades, pero también 2 millones de jóvenes sin presente ni futuro.
En una década podemos revertir la situación y alcanzar índices de desarrollo iguales o superiores a los de nuestros aliados regionales.
No lo haremos sin partidos políticos. En su mensaje de asunción, el pasado 7 de agosto, dijo el Presidente Juan Manuel Santos: “…Convoco a la Unidad Nacional, pero que quede claro: NO QUIERO UN PAÍS SIN PARTIDOS NI SIN CONTROVERSIAS IDEOLÓGICAS. Colombia necesita partidos sólidos, serios y de vocación permanente, con posiciones diferentes sobre la sociedad y el Estado…”.
Estas palabras no son casuales. Colombia está en plena transición de un sistema que duró 44 años (1958-2002) y que necesita consolidarse. Lo mismo ocurre en Méjico y Perú.
La fantasía personal del liderazgo providencial (o lo que es peor, la anécdota personal sin liderazgo) es repetir a Menem, Fujimori, Salinas de Gortari, Bucaram, Collor de Melo o la mismísima aventura presidencial de los KK. Esta última, inédita en la historia contemporánea.
Abolir los partidos y las ideologías es una forma de la locura o la ignorancia. O ambas a la vez.

Diego R. Guelar

Nuestra “anécdota histórica” particular cumplió el requisito de formar grandes partidos nacionales pero, diversos factores – el tamaño, la ubicación física, el aislamiento, etc. – nos generaron – igual que los EEUU, Méjico y Brasil – una tendencia a formular propuestas nacionales no directamente alineadas ni encuadradas en las grandes corrientes del pensamiento occidental.

lunes, 9 de agosto de 2010

Construyamos el Partido 11 (9-08-10)

El fin de la “doctrina de la emergencia”

            Las cuatro presidencias constitucionales electivas que ocurrieron en Argentina desde 1983, tuvieron que aplicar “planes de emergencia” al recibir la administración en situaciones de “excepcionalidad”.
            El Dr. Raúl Alfonsín, en 1983, después de casi 8 años de dictadura (con severas violaciones a los derechos humanos, fracasos políticos y económicos más la Guerra de Malvinas); el Dr. Carlos S. Menem, heredando 5000% de inflación del año 1989, 60 millones de dólares en el Banco Central y grave crisis política y social. El Dr. Fernando de la Rua, en 1999, con las arcas vacías, 2 años de recesión  y la carga de una deuda externa insoportable. El Dr. Néstor Kirchner (y su continuadora Cristina Fernández) en el 2003, quienes, pese a la exitosa “gestión de crisis” conducida por el Dr. Eduardo Duhalde desde enero del 2002, debía superar los efectos de la pauperización producida por el default financiero, la fuga de capitales y los altos índices de desocupación.
            Más allá de numerosos criterios aplicables para diferenciar a Peronistas y Radicales (las dos grandes fuerzas que se alternaron en el poder), aparecen algunas coincidencias y una diferencia destacable:
            Los Peronistas pudieron concretar 2 mandatos seguidos mientras los radicales entraron en crisis a los 2 años de iniciadas sus gestiones. No se verifican mayores diferencias ideológicas entre ambos partidos (los 2 nacionalistas, no liberales, uno ligeramente social cristiano – pero no clerical -) y el otro socialdemócrata (sin origen marxista).
            Tampoco la calidad de los hombres y mujeres que acompañaron cada gestión: gabinetes de Alfonsín: Grinspun, Caputo, Storani, Negri, López, Troccoli, Sourrouille, Pugliese, Rodríguez, Nosiglia, etc.); de Menem: Di Tella, Cavallo, Salonia, Corach, Camilión, Manzano, Béliz, Bauzá, etc.; de De la Rua: el “dreamteam” de economistas: Machinea, López Murphy, Rodríguez Giavarinni y Llach, más Fernández Mejide, Storani, etc. Y Kirchner: Lavagna, Béliz, Fernández y Fernández, Bielsa, Filmus, etc.
            También asocia a las cuatro administraciones la “emergencia económica” (el “Plan Austral”, la Convertibilidad, el default y “el modelo”) y las cortes Supremas “a medida” (con la excepción de De la Rua, porque no tuvo tiempo).
            La gran diferencia se planteó en el “pragmatismo” con que los Peronistas enfrentaron las crisis. Esto está directamente ligado a las situaciones globales planteadas en el mundo.
            En 1989 estábamos en el comienzo de una nueva era: se caía el Imperio Soviético y se especulaba con “Consenso de Washington y el pensamiento único”. De ahí vino el giro neo-liberal, las privatizaciones y la apertura indiscriminada. Éstas fueron “generosamente” financiadas desde el exterior.
           Si bien los cuadros medios del peronismo siempre se resistieron a este brutal giro, la “eficacia” del planteo y el acompañamiento de la opinión pública (más las conveniencias personales) hicieron perdurar esta versión muy corregida de la “comunidad organizada” de Perón durante más de 10 años.
            Antes y después de esta “aventura”, les tocó a los radicales. Su vocación “declarativa-institucional” se repitió en ambas oportunidades (una, con la brillantez de Raúl Alfonsín y la otra, con la mediocre confusión de De la Rua). Su “doctrinaria” desconfianza hacia los empresarios, el sindicalismo, la Iglesia y las Fuerzas Armadas y el carecer de una propuesta superadora al “continuismo corporativo” que tales estamentos representaban, los hizo derrumbar sus propias administraciones que habían sido encumbradas como alternativas a un Peronismo desprestigiado y severamente cuestionado.
            Kirchner, fiel a la tradición peronista, giró; pero lo hizo  para el otro lado.
            El mundo que a él le tocó fue el posterior a las torres gemelas con el comienzo de la caída de George W. Bush y la repudiada invasión de Iraq – marzo del 2003 -. Se estaba terminando el proyecto “Alca” en la región y las izquierdas gobernaban en Brasil, Chile y Uruguay.
            La ideología pasó a ser “transversal” con ejes de apoyo en los grupos piqueteros, la CGT y un grupo de “empresarios nacionales” ligados personalmente con el matrimonio reinante. A esto debe agregarse el eje “Derechos Humanos” interpretado como la revisión de las amnistías e indultos recaídos sobre los responsables del proceso militar del 78-83.
            Todo esto sería historia antigua sino fuera que está directamente ligada al futuro inmediato de la Argentina.
            Lo que fue el “3er movimiento histórico” para Alfonsín y la “Re-reelección” de Menem como aspiración perpetuadora, lo es hoy el “2do período de Néstor”.
            Igual que en el pasado, se sacrifica el futuro de la mano de una ficción circunstancial que, finalmente, será desbaratada por la realidad pero sin modificar la lógica perversa que ha caracterizado a la Argentina moderna. Basta con analizar lo que ocurrió durante este mismo lapso en Brasil, Uruguay y Chile, como para entender por qué a ellos les va como les va y a nosotros “no nos va”. Para diciembre del 2011 seguramente estaremos iniciando (o al borde de iniciar) una nueva crisis. Se cumplen 10 años de la última en el 2001 y “continuidad estratégica” desde 1945 (1955 – 1966 – 1976 – 1989 – 2001).
            Todavía estamos a tiempo de evitar el “sino trágico” de repetirnos a nosotros mismos.
            El problema no es el juicio político y el oral a Mauricio Macri, ni la interna Cobos – Alfonsín o la del Peronismo Federal, ni siquiera la derrota de Kirchner.
El problema somos nosotros mismos y  nuestra falta de voluntad (hasta ahora) para cambiar la historia.
            Otras naciones han pasado por situaciones más trágicas y pudieron resolver sus enigmas.
            Que Lula sea Presidente  del Brasil (un obrero metalúrgico), que Piñera lo sea de Chile (el empresario más rico y exitoso) y Mujica de Uruguay (uno de los 3 fundadores de Tupamaros) muestra como sociedades afines a la nuestra han podido superar los mayores antagonismos sociales, políticos y económicos.
            Nosotros podemos hacerlo, sólo tenemos que decidirlo y ejecutarlo. No habrá voluntad que pueda impedirlo, si ordenamos los planetas alrededor de nuestros verdaderos problemas.
            Nuestra gente sabrá premiar a los capitanes que los conduzcan a buen puerto. El ejemplo: al momento de dejar sus presidencias Tabaré Vázquez, 84% de popularidad, Michelle Bachelet, 82% y Lula, 85%.
           El Gobierno de Unidad Nacional, que seguramente sucederá al de Cristina FK, tendrá que enfrentar una “nueva emergencia” pero deberá también cimentar las bases de una “nueva transición” que rompa con las “crisis recurrentes” y nos permita construir décadas de progreso, Justicia e integración regional.

           
Diego R. Guelar

martes, 3 de agosto de 2010

 Ante-proyecto para la discusión
Propuesta de política exterior (2011-2015)


Fundamentos del análisis
            La Argentina tiene, en la segunda década del siglo, una oportunidad fenomenal de dar un salto para adelante que duplique nuestro producto interno bruto y mejore notablemente la calidad de vida de nuestra población. Para lograrlo, debemos tener en cuenta los siguientes principios:
1)                No hay modelo de desarrollo viable que no contemple la inserción internacional concreta de Argentina en el mundo. Por ejemplo, sin investment grade (categoría lograda ya por Chile, Uruguay, Perú y Brasil), el financiamiento externo – el limitado que podemos obtener – paga tasas de interés superiores al 12% anual. Nuestros vecinos mejor posicionados ya lo obtienen al 4,5%. ¿Quién en su sano juicio invertirá  en este país con este hándicap negativo?
Otro tanto ocurre con la adulteración de las cifras del INDEC. Todos los informes internacionales sobre IPC, ocupación, alfabetismo, etc., tienen, en el caso argentino, una apostilla que aclara la imposibilidad de certificar estas cifras.
Por lo tanto, no hay política exterior eficaz posible sin salida total del default y normalización del INDEC.
2)    No hay política exterior válida que no persiga alcanzar consensos básicos entre las principales fuerzas políticas de tal forma que los contenidos no se alteren cada 4 años (ver Anexos 3 y 4)
3)                No puede usarse un “voluntarismo bien intencionado” para producir un efecto concreto y sustentable.
Argentina ha producido profundos cambios en su estructura productiva (los veremos en cifras) que deben ser respetados y perfeccionados de tal forma de sacar provecho a las inversiones reales y a los planteles de personal ya entrenados.
4)    No existe una “política exterior” separada de la propuesta local. El error en el planteo doméstico impide alcanzar los objetivos externos. Un planteo de “autarquía coyuntural” como el actual, al distorsionar precios y producir inflación, deja como espacio internacional viable los negociados venezolanos, las protecciones monopólicas que utilizan a las PYMES de algunos sectores como “escudo justificador” y los Contratos de Obra Pública “direccionados” ( con clausulas muy onerosas para el Estado en caso de incumplimiento).
5)    El tipo de cambio y el grado de apertura aduanera no son nunca libres. Deben ser administrados pero evitando los mecanismos arbitrarios de tal manera que las políticas públicas sean transparentes y estimulan la iniciativa creadora e inversora del sector privado. El caso brasilero es ejemplar en esta materia. En concreto, debemos alcanzar en el menor plazo de tiempo, un acuerdo de “convergencia macroeconómica” con Brasil para alinear totalmente las variables centrales en un plazo no mayor a diez años con metas bianuales cuantificables
Esta decisión es la piedra angular de nuestra política exterior.
En la historia de la Unión Europea, cada etapa de disenso franco-alemán trajo aparejada una crisis y/o una parálisis en el proceso de integración europea. En nuestro caso, dada la disparidad alcanzada, toda demora o alejamiento de este eje nos traerá aparejado mayor aislamiento y costos adicionales para su corrección futura.
6)    Necesidad de tomar pleno control radarizado y satelital de nuestras fronteras terrestres y marítimas para poder combatir eficazmente el contrabando de narcóticos, armas, etc. (Ver Anexo 5).
7)    La Argentina ha vivido en los últimos 25 años una modificación estratégica de su estructura productiva y sus relaciones con el mundo que la habilitan (y la condicionan) para lanzar un proceso de crecimiento acelerado. (Ver cuadros).
8)    La permeabilidad argentina para adaptarse a los cambios ocurridos en el mundo. A saber:
a-    La caída del Imperio Soviético
b-    El ascenso de china a 2ª potencia mundial
c-    La creación de la Unión Europea, el Euro y el rol español en esa asociación regional.
d-    El nacimiento y desarrollo del MERCOSUR
e-    La guerra mundial contra el terrorismo a partir del 2/9/2001 con la caída de las torres gemelas.
f-     La aparición de los BRIC’s (Brasil, Rusia, India y China)

            En particular, decisiones externas que requirieron una respuesta inmediata:
a)    El cierre del mercado europeo para las carnes y los granos tradicionales (maíz, trigo, sorgo y girasol)
b)    Los requerimientos europeos y chinos de consumo de soja como componente fundamental del alimento balanceado destinado a los cerdos.
c)    El abastecimiento al Brasil desde la concreción de la zona de libre comercio y luego la Unión Aduanera (imperfecta).
d)    El acuerdo de pesca con la Unión Europea
e)    El marcado interés externo en maquinaria agrícola, productos farmacéuticos y petroquímicos, software, tecnología nuclear y espacial, vino y genética argentinos.
9)    Queda pendiente la respuesta frente:
a-    El eje medioambiental y los eco-combustibles
b-    La demanda de productos alimenticios con mayor valor agregado (congelados, enfriados, termoprocesados sintéticos, desecados, orgánicos, etc.)
c-    El desafío de jugar un rol central en la región Antártica y el Atlántico Sur.
d-    Un importante salto cualitativo y cuantitativo en las áreas de turismo y minería.

Los cambios en los últimos 25 años y su influencia en la política exterior


1985
2008*
2009
Exportaciones argentinas totales (en millones de dólares)
8.396
70.589
55.752
Exportaciones  - soja (en millones de dólares)
1.243
16.650
12.900
Exportaciones - pesca (en millones de dólares)
147
1.300
1.100
Exportaciones - minería (en millones de dólares)
726
2.847
2.851









1985
2008
2009
Exportaciones argentinas a China en %
3.7
9
7
Exportaciones argentinas a EEUU en %
12
6
6
Exportaciones argentinas a Brasil y Sudamérica  en %
10.3
30
32
Exportaciones a Europa en %
42.9
19
18





1985
2008
2009
Exportaciones argentinas a China (en  millones de dólares)
310
6.353
3.623
Exportaciones argentinas a EEUU (en millones de dólares)
1.007
4.235
3.345
Exportaciones a Brasil y Sudamérica (en millones de dólares)
865
21.176
17.840
Exportaciones a Europa (en millones dólares)
3.600
13.411
10.035













1985
2008
2009
Ingresos por Turismo (en millones de dólares)
1.047
4.600
3.900
Ingresos por Turismo (en millones de turistas)
1.6
4.5
4.3 


*Incluido el 2008 por la caída del 2009. Las proyecciones del 2010 tienden a aproximarse a las del 2008.


            En 1985, Argentina comenzaba su transición democrática. Tenía 2 hipótesis de guerra: Brasil y Chile (con este último país estuvimos a 24 horas que se desencadenara una guerra en 1978)
            Nuestras relaciones con la Unión Europea estaban congeladas por el Conflicto de Malvinas y no teníamos relaciones diplomáticas con el Reino Unido.
            No teníamos comercio con China, ni desarrollo pesquero ni minero. Recién comenzaba a desarrollarse el cultivo de soja. El turismo era muy limitado y la aftosa y la inflación eran males endémicos que parecían imposibles de superar.
            En ese año, el Presidente Alfonsín firma con el Presidente Brasileño José Sarney el acuerdo nuclear que crearía la ABACC (Agencia Argentina Brasilera de verificación y control nuclear) con sede en Río de Janeiro. Así se revertía la decisión de ambos países de crear en la década del 50 las Comisiones de Energía Atómica (bajo control de las fuerzas armadas) que llevarían al control de proceso de enriquecimiento de uranio con fines pacíficos pero que podían llegar a desarrollar armamento atómico (tal como era el objetivo militar de ambos países hasta 1985).
            Al mismo tiempo se firmaban  los primeros acuerdos de complementación económica con Brasil que llevarían a la firma del Tratado de Asunción – creación del Mercosur – el 26 de marzo de 1991.
            La transformación del enfrentamiento y la hipótesis de conflicto en la cooperación primero y luego la integración, llegó a que en 1998, en Ushuaia, se declarara al Mercosur “Zona de Paz”. Este elemento es central para entender el proceso que se plasmó en la Constitución de 1994 donde se da carácter constitucional a los tratados de integración colocándolos por encima de la legislación Nacional. Así Argentina propone a sus vecinos la Constitución de una “Nación de Naciones” que, en el futuro, pueda crear instituciones supra-nacionales que redefinan el concepto de “soberanía nacional” y lo sustituyan por el de “soberanía regional o supra nacional”.
            También en 1985 se lanzó la “Política de Expansión Minera” (PEM) que daría origen al Código de Minería Argentino sancionado por el Congreso Nacional en 1997. (Ver anexo 6).
            La eliminación de las retenciones agrícolas en 1992 – vigentes desde 1967 – multiplicó la producción y las exportaciones agrícolas.
            El turismo, prácticamente congelado por la inseguridad política, la inestabilidad económica y las relaciones conflictivas con gran parte del mundo, crecieron exponencialmente.
            La pesca, que no había tenido desarrollo significativo alguno,  se expandió después de la Guerra de Malvinas en toda nuestra Costa Atlántica desde Mar del Plata hasta Ushuaia, constituyéndose en un foco importante de exportaciones y comenzando a modificar nuestras prácticas nutricionales domésticas.
            En este mismo lapso nos transformamos en exportadores líderes de limones, miel, ajo y otras frutas y hortalizas
            Las exportaciones de vino se quintuplicaron y nos transformamos en importantes proveedores de software, contenidos audiovisuales y tecnología nuclear para usos energéticos y medicinales.
            Colocamos en el espacio 4 satélites de producción nacional y varias empresas argentinas se han posicionado internacionalmente (Bridas, Pescarmona, Techint, Arcor, Aceitera Gral. Deheza, Grupo América, Los Grobo, IRSA, Consultatio, Globant, etc.)
            El proceso de privatizaciones practicado en la década de los 90’s, trajo aparejado 30.000 millones de dólares de inversión directa de compañías líderes en USA y Europa que pasaron a formar parte del tramado productivo y de servicios argentinos en áreas tan diversas como transporte, energía, comunicaciones, petróleo, gas, alimentos, banca, textiles, etc.
            Pese a las crisis de 1989 y el 2001, Argentina modificó profundamente su estructura productiva, su inserción mundial y sus perspectivas y horizontes futuros.
            Hoy pertenecemos al G-20, detentamos la Secretaría General de la UNASUR, estamos en el Club Nuclear y tenemos en marcha un proceso de integración plena con Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Con el resto de Sudamérica tenemos relaciones económicas y políticas crecientes.
            
             Analizando el cuadro de situación al 2010, podemos concluir:

1)    Que más allá de las perspectivas hemisféricas globales, nuestra área de mayor expansión coincide con el área sudamericana que hoy es nuestra principal fuente de ingreso de divisas y el marco de la futura coordinación macroeconómica regional que, con epicentro en Brasil – se constituirá en la Unión de Naciones Sudamericanas (ver cifras)
2)    Que el mercado Asiático – Pacífico, con epicentro en China se constituye en nuestro segundo socio comercial en confluencia con lo que ocurre en toda la región (47% de las exportaciones chilenas tienen destino asiático y China es el principal socio comercial del Brasil).
3)    La necesidad de reconvertir la “política de Malvinas” en una política hacia el Atlántico Sur y nuestra proyección Antártica. (Ver Anexo 2).
            Debemos “Sudamericanizar” nuestra presencia oceánica fortaleciendo nuestras exploraciones gasíferas y petroleras dentro y fuera de nuestra plataforma submarina así como ofreciendo acuerdos de auto limitación y regulación de la pesca a las flotas que pescan en la “milla 201” (más de 200 buques) para evitar la depredación y garantizar la sobrevivencia de uno de los últimos grandes caladeros del planeta.
            Estos tres ejes – la integración sudamericana, China y el Atlántico Sur constituyen nuestra agenda de prioridades internacionales. (Ver Anexo 1).

La nueva frontera
            Hay una serie de países que deben conformar un nuevo espectro de relaciones más intensas. India es el epicentro de esta iniciativa. Corea, Indonesia, Turquía, Armenia, Ucrania y Sudáfrica, deben ocupar un espacio de renovado esfuerzo para sentar las bases de una vinculación más estrecha. Debemos elaborar un programa quinquenal para establecer los objetivos posibles y concretarlos en ese lapso.

Las relaciones con USA y la Unión Europea
            Nuestros lazos con Norteamérica y Europa son constitutivos de nuestro ser nacional. Desde los inmigrantes hasta la Constitución Representativa, Republicana y Federal (pasando por nuestro desarrollo agro-exportador, nuestra cultura y tradiciones), conforman vínculos muy estrechos y productivos.
            Así como la realidad nos presenta a nosotros la necesidad de encarar nuestra “Nueva Frontera”, veamos qué ocurre con ellos:

EEUU:
            Los norteamericanos tienen las siguientes prioridades:
1)    La consolidación de su propio sub-continente integrado por su país, Canadá, Méjico, Centroamérica y el Caribe.
2)    La continuidad del proceso de desarme nuclear y su relación con Rusia.
3)    La nueva dimensión del G-2 con China como 2ª superpotencia mundial.
4)    Las relaciones atlánticas con Europa y las pacíficas con Japón y el Sudeste Asiático.
5)    El proceso de paz en Medio Oriente (Israel-Palestina, Iraq, Irán, el Golfo, etc.)

La Unión Europea:
        Los europeos tienen las siguientes prioridades:
1)    La consolidación de su organización de 27 países y nuevos aspirantes a integrarse
2)    Su relación atlántica con los E.E.U.U,
3)    Su frontera oriental con Rusia y Turquía,
4)    Las relaciones de cooperación con los países mediterráneos del Norte de África y Medio Oriente.
            Como puede observarse, más allá de las declaraciones de buenas intenciones, Europa (con la excepción de la parte española) tiene un marco de prioridades que no nos incluye.
            Esto no debe ser motivo de queja, sino por el contrario, de comprensión objetiva.
            Nosotros debemos establecer nuestra propia agenda de prioridades conforme a nuestros intereses y el interés de los otros.
            Es empíricamente comprobable (*ver cifras) el dinamismo de las relaciones entre China y Sudamérica, las ventajas de la integración sub-regional y la necesidad de ocupar el espacio que nos corresponde en el Atlántico Sur y la región Antártica.
           
*

1985
2008
2009
Exportaciones peruanas totales (en millones de dólares)
2.978
30.628
26.470
Exportaciones brasileras totales (en millones de dólares)
25.606
197.942
152.252
Exportaciones chilenas totales (en millones de dólares)
3.804
70.048
53.024








Exportaciones peruanas a China (en millones de dólares)
71
3.567
4.070
Exportaciones brasileras a China (en millones de dólares)
760
16.403
19.950
Exportaciones chilenas a China  (en millones de dólares)
114
10.082
11.892




Exportaciones peruanas a Asia y el Pacífico (en millones de dólares)
365
6.723
7.082
Exportaciones brasileras a Asia y el Pacífico (en millones de dólares)
2.581
37.400
39.429
Exportaciones chilenas a Asia y el Pacífico (en millones de dólares)
638
26.377
22.710



            Las tres prioridades indicadas no son un obstáculo para el crecimiento de nuestras relaciones con un grupo muy importante de países con los que debemos incrementar nuestros ya importantes vínculos: Rusia, India, Japón, Canadá, Méjico, Australia, Corea del Sur, Indonesia, Sudáfrica, Marruecos, Egipto, Turquía, Israel, etc.
            En todos estos casos, sus prioridades – igual que en el caso norteamericano y europeo – están ligados a sus realidades geopolíticas y tampoco nos incluyen en sus esquemas centrales.
            Sin embargo, debemos incluirlos en el mapa temático de prioridades. Por ejemplo: en software no podemos obviar a India ni a Israel.
            En minería, debemos incluir como actores centrales a Australia, Canadá y Rusia.
            En industria automotriz a Méjico.
            En agro-industria a los países de Europa Central, Norte de África y Medio Oriente.
            En turismo, a Japón, Rusia y Australia.
            En cuestiones del Atlántico Sur a Sudáfrica.
            En pesca a Rusia, Japón, Corea, España.
            En gas y petróleo a Rusia, Nigeria, Kuwait.
            Sintetizando, la política exterior no puede ser un ejercicio de voluntarismo. Responde a una construcción de infraestructura productiva y credibilidad que se acumula en el tiempo. Requiere el entrenamiento de personal, logística interna y externa y un programa multianual que la sustente.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO



Anexo 1
Cómo se eligen y ejecutan prioridades

1-    La única forma de elegir prioridades reales es determinando cuales son los ejes que empujan positiva y de terminantemente la agenda global
2-    Para eso no se necesita excluir aquellos que no se considera prioritario, sino que se administran los recursos humanos y materiales de tal forma de garantizar los objetivos que cumplen la función de “locomotora” del resto de la formación.
3-    Esto se grafica fácilmente recurriendo a la gráfica del “horizonte”. Si colocamos los objetivos sobre la línea del horizonte, los veremos a todos y distribuiremos los recursos para abarcarlos a todos. Dado que los recursos son limitados, difícilmente podremos cumplirlos.
4-    Si en cambio, colocamos los objetivos en vertical cruzando la línea del horizonte, aparecerán las prioridades reales sobre la línea del horizonte y los demás temas  por debajo. Graficando:





























































































































5-    Los temas involucrados “bajo el horizonte” son tan “importantes” como los que se encuentran en primer lugar. La diferencia es la relación costo-beneficio en la aplicación de recursos. Por ejemplo: si triplicamos nuestra embajada en Francia, el Canciller y el Ministro de Economía viajan todos los meses y firmamos 85 “acuerdos de cooperación” nuestra relación mejorará en un 1%. Si hacemos lo mismo con China, el cambio será de un 30%.
6-    La identificación de prioridades no alcanza per-se. Requiere la construcción de la agenda que permita alcanzar los objetivos propuestos:
Objetivos:
Ej: A  – Incrementar el comercio en un 10% anual sostenido (10 años)
      B - Tener un déficit anual que no sea superior al 15% del intercambio (promedio – de uno u otro lado) con mecanismo “gatillo” que operen en caso de ampliarse la brecha.
       C -  Incrementar las inversiones productivas en un 12% anual.

Instrumentos:
I.              Fiscales
II.            Crediticios
III.           Monetarios
IV.           Legales (sociedades, transferencia de utilidades, trámites aduaneros, registro de marcas y patentes)
V.           Compatibilidades multilaterales (OMC, MERCOSUR, etc.)

7-    Los recursos aplicados a los “temas no prioritarios”  serán más escasos pero no por eso menos calificados.
8-    Por el contrario, al cruzar las prioridades geoestratégicas con las temáticas, se producirán cruces y/o cambios que modificarán el  mapa de las prioridades elegidas originalmente.
Ejemplo:



 
            A este “mapa de base” hay que agregarle los “nuevos objetivos” y verificar periódicamente su cumplimiento.

Anexo 2

¿Por qué Malvinas?

            Hace 150 millones de años Europa, Asia, África y América constituían un gran continente – Pangea -, que por fenómenos volcánicos y terremotos se dividió quedando un gran vacío de 80 millones de Km² que fue llenado por aguas salinas  provenientes de los Océanos Pacífico e Índico.
            Así nació el Océano Atlántico.
            La principal característica de su fondo marino es una gran cadena montañosa que la atraviesa de norte a sur – la Dorsal Mesoatlántica – y que se extiende  desde Islandia hasta el paralelo 58º de latitud sur con una anchura máxima de 1.600 kms. En la región antártica, se aproxima a las últimas estribaciones submarinas de los Andes.
            Esta formación montañosa se encuentra bajo aguas de jurisdicción internacional ricas en manganeso, petróleo, gas, nódulos polimetálicos y piedras preciosas.
            El paralelo 0 - o Ecuador – separa el Atlántico Sur del Norte.
            En el Atlántico Sur existen unas pocas islas (crestas montañosas) que jalonan esta inmensa superficie marina.
Del lado Africano:
1)    Santa Elena: frente a Angola – a 2800 kms del continente – con 122 km² de superficie y 4.200 habitantes. Famosa por ser la prisión de Napoleón Bonaparte entre 1815 hasta su muerte en 1821. Es territorio de Ultramar de Inglaterra y comprende a las siguientes islas
a.) Ascensión: 88 Km² y 1122 habitantes – a 300 Km al noroeste de Santa Elena. Tiene una base militar norteamericana.
b.) Tristán de Cunha y Gonzalo Álvarez: a 2173 Kms al sur de Santa Elena y 2816 km de África del Sur, con 207 Km² y 300 habitantes.

Del lado americano:
1)    Fernando de Noronha: a 360 Kms de Natal y con una superficie de 26 Km². Archipiélago de 26 islas, Parque Nacional Marino. Territorio brasilero.
2)    Archipiélago de San Pedro y San Pablo: pequeños atolones a 870 kms al este de Fernando de Noronha. Estación de investigación brasilera.
3)    Trinidad y Martín Vaz: a 1.150 Kms de Vitoria 10,4 Km². Base Naval Brasilera.


En territorio argentino:
1)    Las Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, con 16.000 Km² de superficie y 3.000 habitantes. Equivale a media Bélgica y tiene un ingreso per cápita de u$s 40.000.
2)    Isla Grande de Tierra del Fuego con 21.000 Km² en la parte Atlántica argentina y 105.000 habitantes (el sector Pacífico es de Chile y tiene 29.000 Km²) .
3)    Las Islas Orcadas del Sur, 1.100 km², con una base científica argentina y otra inglesa. Las pretensiones soberanas de ambos están congeladas por el Tratado Antártico.

            Queda claro que, de facto y de iure, Inglaterra tiene un amplio arco de control sobre la mayoría del Atlántico Sur. El otro actor principal es Brasil. Argentina y Sudáfrica son, todavía actores potenciales.

            Las Naciones Unidas han declarado “Patrimonio común de la humanidad” los “fondos marinos sin soberanía adjudicada”. Se ha constituido, con sede en Jamaica, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) y, a finales de abril, se encontrarán 160 países para acordar las normas que reglen la exploración de los campos de nódulos polimetálicos (níquel, cobalto, manganeso, cobre, molibdeno, hierro, aluminio y tierras raras).
            Se calcula que en los fondos marinos hay 60% de los 103 elementos químicos conocidos. Además, hay chimeneas y volcanes de gas y abundante petróleo.
            Ya hay exploraciones de ferromanganeso a profundidades de 5.000 metros en una franja del Pacífico nordeste (la región Clarión – Clipperton,  cerca de Hawai) y de sulfuros metálicos  en aguas territoriales de Papúa Nueva Guinea.
            El Atlántico Sur, con una superficie de 40 millones de Km² será un territorio disputado en el curso de los próximos 20 años y el apoyo logístico imprescindible para esas dificultosas tareas será una ventaja estratégica que, en nuestro océano, sólo dispondrán Inglaterra y Brasil y, en menor dimensión, por ahora, Argentina (Ejemplo, la plataforma petrolera que está explorando en aguas circundantes a Malvinas).
           
           Una política correcta para el área necesita:
1)    Credibilidad y acceso al crédito internacional
2)    Consolidar una política común con Brasil para participar de exploraciones off-shore en nuestras plataformas continentales y proponer asociaciones con terceros países en aguas internacionales
3)    Recomponer lazos de cooperación con Inglaterra en materia pesquera y petrolera.
4)    Militar activamente en el ISA para compatibilizar conservación medio ambiental y exploración minera, quizás el punto más sensible y controversial de esta nueva frontera del hombre.

          Argentina no puede estar ausente de estos temas estratégicos que redefinirán el manejo de los recursos naturales en las próximas décadas.




Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

Anexo 3
Puede haber una política de Estado - 1
(Pese a los desencuentros internos)

            La política exterior argentina ha estado, durante los últimos seis años, especialmente condicionada por la política doméstica.
            En general es así, hasta en los países con más estabilidad y continuidad de sus políticas públicas.
            Sin embargo, es posible agrupar una serie de temas de extraordinaria importancia estratégica que, más allá del énfasis operativo y la asignación actual de recursos humanos y materiales comprometidos por la actual administración, tienen denominadores comunes que le permitirían gozar de un consenso explícito por parte de la inmensa mayoría del espectro político nacional.
            Así como es vital articular la oposición para lograr limitar el exceso de atribuciones ejercidas hasta ahora por el Poder Ejecutivo, es necesario también transmitir a propios y ajenos que no estamos fracturados en bandos irreconciliables – situación que sólo se dirime por una desgarradora guerra civil – sino que estamos en condiciones de funcionar como una Nación pese a nuestros disensos internos.
            Así lo hacen naciones que tienen problemáticas internas más graves que las nuestras – Colombia o Sudáfrica – y que, sin embargo, operan en el escenario internacional con extraordinaria solvencia.

Para muestra basta un botón

            No es difícil encontrar una decena de temas en los cuales las expresiones públicas y los antecedentes político-partidarios demuestran la viabilidad de la hipótesis expuesta.
            A saber:

1)    Islas Malvinas y políticas económicas expansivas en el Atlántico Sur – incluyendo la plataforma continental y aguas internacionales en lo que respecta a la explotación ictícola, petrolífera, gasífera y minera así como de investigación científica y de conservación de recursos naturales

  2) Políticas de no proliferación nuclear, transporte de desechos y eliminación de armas de destrucción masiva. Argentina firmó el Tratado de No Proliferación (TNP) en 1995.

  3) Incremento de la utilización para fines pacíficos (medicina o energía)  de la tecnología nuclear – Atucha III o la producción del Instituto Balseiro (creado en 1955) sirven como ejemplo práctico de este punto.

  4) La Integración Sudamericana en sus dos capítulos: Mercosur y Unasur. Deberíamos propiciar una tercera Conferencia Intergubernamental (la primera fue en Asunción en 1991  y la segunda en Ouro Preto en 1994, hace 16 años) para revisar y profundizar la Unión aduanera Imperfecta de la que disponemos pero que necesita actualizarse y completarse.
En este mismo capítulo debe incluirse la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

5)    Desarrollar la “Asociación Estratégica” firmada con la República Popular China en el 2004 entre el Presidente Néstor Kirchner y  el Premier chino Hu Jintao

6)    Impulsar los acuerdos implementados entre la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales-nacida en 1961-) y la NASA (USA) en materia espacial (estamos por lanzar el cuarto satélite argentino desde Cabo Cañaveral). Debemos fomentar la extensión y continuación de estos programas que incluyen a otros importantes socios de la Argentina.


7)    Respaldo a la concreción de una zona de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (próxima ronda negociadora en Madrid del 16 al 18 de mayo del 2010)
      El memorándum de entendimiento para alcanzar dicho objetivo fue suscripto en Madrid el 15 de diciembre de 1995 por todos los jefes de estado de los países miembros del Mercosur y la Unión Europea (durante presidencia “pro tempore” argentina)

8)    Fortalecimiento de la ABACC (La Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares) y de la “Zona de Paz” garantizada por el compromiso de Brasil y Argentina de no producir armamentos nucleares. La apertura y control recíproco de nuestras instalaciones nucleares fue acordado por los presidentes Alfonsín y Sarney en 1985.

9)    El apoyo a nuestra presencia en el G20 que se está constituyendo en una suerte de “Comité ejecutivo planetario”. Nuestra membrecía en este grupo está directamente ligada a los aportes realizados por nuestro país durante los últimos 27 años (fuimos incluidos en el año 1998, durante la presidencia del Dr. Carlos Menem).


10) La participación de las fuerzas armadas, de seguridad y cascos blancos argentinos en Haití, Chipre y más de 20 destinos en los cinco continentes durante los últimos 20 años. Nuestros contingentes han representado a nuestro país en una forma ampliamente reconocida y destacada por los países anfitriones y por la ONU.


            Más allá de poder identificarse otras áreas de consenso, sólo las expuestas alcanzan para demostrar la continuidad sustancial de la política exterior argentina desde el 10 de diciembre de 1983.
            Con marchas y contramarchas, la Nación Argentina ha cumplido – y seguirá cumpliendo – un responsable papel en la comunidad de naciones.
            Nadie tiene el derecho de atribuirse el monopolio de los aciertos en esta materia.

            Todos tenemos la responsabilidad de reconocer y corregir los errores.


Diego R Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO




Anexo 4

Política de Estado- 2
Así como son identificables puntos de coincidencia preexistentes (ver Política de Estado-1), hay otros que requerirían negociaciones pero que, a priori, son de posible acuerdo, a saber:
1)    Políticas de interconexión energética (petrolera, eléctrica y gasífera) con Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y Perú.
2)    Renegociación del tratado que rige la co-administración del Río Uruguay y reapertura de los puentes fronterizos.
3)    Radarización y satelización del espacio aéreo y marítimo.
4)    Participación en ejercicios militares subregionales y hemisféricos y condiciones de la estadía de efectivos extranjeros en nuestro país.
5)    Aplicación del art. 4 de la Carta del Fondo Monetario Internacional (auditorías anuales)
            Estos puntos son también al solo efecto ejemplificativo y demuestran que es posible alcanzar políticas que se proyecten sobre futuras administraciones y cuyo contenido es conveniente excluirlo del debate electoral.
            Las Naciones no se definen ni redefinen cada 4 años. Sus políticas permanentes requieren un horizonte plurianual (de 5 a 10 años), más allá de los correctivos que tengan que ser  aplicados conforme a los acontecimientos coyunturales.
            La Nación no es de izquierda o de derecha, peronista o radical, conservadora o liberal. La Nación se nutre de la pluralidad política e ideológica pero debe consensuar los ejes centrales que la identifican frente a los vecinos y los que no lo son.
            Ese comportamiento, propio de las naciones maduras, permea las conductas locales y consolida formas de relacionamiento inter-partidarias.
            No existen las soluciones mágicas ni instantáneas. Es cierto que “nadie es profeta en su tierra” y que las recetas son siempre de largo plazo y producto de la perseverancia y la continuidad.
            No hay políticas de estado sin cumplimiento de sus Constituciones ni partidos estables y nacionales. Los acuerdos que patrocinan decisiones estratégicas deben fundarse en consideraciones históricas y abarcar los nuevos desafíos planteados desde la cambiante situación universal.
            Hay otro listado, breve pero sustancial, con aquellos temas que reflejan posiciones más discordantes y que, seguramente, deberán esperar hasta el fin del mandato en curso para encarrilarse definitivamente, a saber:

1)    Las relaciones con Venezuela y con su actual Presidente – Hugo Chávez.
2)    Los criterios para alcanzar, a la brevedad posible, el “investment grade” que nos ponga en igualdad de condiciones (a los fines del crédito internacional y las inversiones) con Chile, Uruguay, Brasil y Perú. Este punto incluye el manejo de las reservas, la transparencia y la disciplina presupuestaria, la política fiscal y la estadística oficial.

            Estos dos puntos están muy ligados a los ejes centrales del mandato de Néstor (2003-2007) y Cristina Kirchner (2007-2011) y tienen impacto sobre la conducta global de Argentina frente al mundo. Nuestra membrecía en el Mercosur, el Grupo de Río, la UNASUR, el “grupo de los 20”, la OEA y la ONU, recibe el impacto directo y/o indirecto de nuestra ausencia de políticas de estado y nuestra reiterada “pendularidad” que tanto descrédito nos ha producido en las últimas décadas.
            La Nación argentina ha demostrado  que sus virtudes superan a sus defectos y que su pueblo sabe resurgir de las cenizas de los siniestros que nos auto-infligimos.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO



Anexo 5

Cómo se defiende la soberanía

            Desde 1648 – Tratado de Westfalia (fin de la guerra civil de 30 años en Alemania y la de los 80 años entre España y los Países Bajos)- una serie de requisitos simbolizaron el proceso de construcción de las naciones. Dos de ellos fueron el de “soberanía territorial” y el de “igualdad entre Estados independientes”.
            Así se desencadenaron muchas otras guerras para definir fronteras y englobar nacionalidades  bajo un solo Estado Nacional (casi todas las Naciones Europeas tienen en su territorio distintos grupos nacionales con sus idiomas distintivos). Para fines del siglo XX, la inmensa mayoría de las fronteras estaban debidamente demarcadas y pacíficamente aceptadas. También había madurado un proceso de “integración regional” cuya avanzada es precisamente el continente que “inventó” las naciones -la Unión europea- por el cual se vienen redefiniendo el significado de los poderes nacionales y su transferencia a instancias supra-nacionales.
            Pero hasta en los esquemas más avanzados europeos, subsiste una función nacional de monitoreo y control de las fronteras terrestres, aéreas, marítimas y/o fluviales por parte de las gendarmerías y prefecturas y, eventualmente, de las fuerzas armadas nacionales.
            En la República Argentina, desde la célebre bandera negra de Facundo Quiroga con la consigna “Religión o muerte” en plena guerra civil, muchas fueron las formas que se adoptaron para representar el anhelo de soberanía nacional.
            Después de la declaración de nuestra independencia, tuvimos hasta 1880 un permanente estado de guerra civil al que sucedería otro período de cruentos enfrentamientos para alcanzar un régimen electoral no restrictivo que culminaría en 1916 con la elección de H. Yrigoyen como presidente de la República.
            Pero en 1930 comenzaría un nuevo ciclo de turbulencias con reiteradas interrupciones al orden constitucional hasta la última y fracasada asonada del 3 de diciembre de 1990.
            Vivimos, entonces, los primeros 20 años de continuidad democrática sin amenaza golpista.
            Sin embargo, en todos estos períodos hemos discutido el sentido de la nacionalidad y hemos oscilado entre propuestas antagónicas identificando reiteradamente a una parcialidad con los intereses nacionales.
            Mientras tanto, nuestros vecinos han logrado sintetizar su “proyecto nacional” como plural y complejo en lo ideológico, concretando medidas para hacerlo efectivo con mecanismos legislativos y técnicos que materializaran el logro de un Estado – País – Nación plenamente en control de sus recursos humanos y materiales. Ellos (Chile, Uruguay y Brasil) han conciliado los intereses transnacionales y los nacionales haciendo que estos factores convivan con el respeto al Estado de Derecho.
            Nosotros, en cambio, hemos perdido mucho esfuerzo y tiempo en debates estériles y obsoletos mientras renunciábamos a controlar efectivamente nuestras fronteras nacionales.
            Así hemos hecho fracasar reiteradamente los proyectos de radarización del espacio aéreo (el primero tardíamente concretado y frustrado en 1999, el último, la semana pasada). Los aviones que entran y salen de nuestro territorio son los encargados de avisar a las torres de control su cercanía y solicitar su autorización para decolar o aterrizar. Sólo con evitar hacerlo, pueden transitar con absoluta libertad. Toneladas de armas, narcóticos vegetales y sintéticos, cigarrillos, bebidas blancas, aparatos electrónicos y otros burlan de esta manera los controles fronterizos y aduaneros sin mayor problema.
            El mismo panorama ocurre con la plataforma submarina. En 1995 la Unión Europea nos ofreció fondos no reembolsables (léase donaciones) para equipar nuestra flota pesquera con las “cajas negras” que permiten controlar satelitalmente la ubicación y tiempo de las campañas pesqueras. Conociendo la capacidad de faena de cada buque, es imposible eludir el control pudiéndose así evitar la depredación de uno de los últimos grandes caladeros del planeta. Las merluzas que pescamos ya tienen la mitad del tamaño adulto recomendado (es decir, son especímenes muy jóvenes).
            El Secretario de Pesca de ese entonces rechazó el ofrecimiento. Nada se hizo de ahí en adelante.
           La falta de inversión en la prospección petrolífera y gasífera ha facilitado la actual iniciativa de compañías británicas en aguas circundantes a nuestras Islas Malvinas.
            Hasta en el caso de los reservorios de gas y petróleo de las provincias de Santa Cruz y Chubut, se ha verificado últimamente la concesión de áreas por más de 30 años a precios devaluados contratados durante el período de precios más deprimidos (2008-2009).
            Sintetizando, mientras batimos los parches y nos envolvemos con pitos y matracas en banderas argentinas, enajenamos a título gratuito los recursos naturales y/o favorecemos a los “amigos del poder” con acciones y/u omisiones que costarán fortunas a las generaciones por venir.
            La honestidad y el sentido común son los instrumentos centrales de la defensa de la soberanía territorial y popular. Nuestra mejor contribución a la integración regional es una sensata administración de nuestros recursos. Sólo así podremos sentarnos en un pie de igualdad con nuestros vecinos y socios que han sabido obrar “soberanamente”.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO














 
Propuesta de política exterior (2011-2015)