sábado, 31 de julio de 2010

Boletín Internacional Informativo - PRO

Julio 2010
No hay guerra posible

            De nuevo Hugo Chávez. En el 2008 rompió relaciones diplomáticas con Colombia por el ataque de este país a una base de las FARC en la frontera con Ecuador. En junio de 2009 cerró la frontera comercial con Colombia interrumpiendo un flujo de U$6.000 millones (por la denuncia de armas aprovisionadas a las FARC por parte del gobierno venezolano). Ahora es la denuncia (con filmaciones satelitales muy precisas) de la existencia de 34 campamentos de la FARC -1.500 efectivos – en territorio venezolano (en los Estados fronterizos de Zulia y Táchira). Y, por supuesto, vino el nuevo corte de relaciones diplomáticas y la movilización de tropas hacia la frontera.
            Por suerte para Chávez (y para toda Sudamérica) Colombia no va a atacar a su vecino. Pagó un alto precio político por su incursión en Ecuador y ha preferido poner de manifiesto la política de apoyo de Chávez a las FARC.
            Venezuela sabe que no puede atacar a Colombia por la superioridad militar de esta última y, seguramente, no inventará un “episodio fronterizo” porque se puede producir una escalada incontrolable.
            Igual el tema nos hace mal. Sigue generando un clima de inestabilidad que nos afecta a todos en la región y desnuda que, mientras Venezuela, Ecuador y Bolivia sigan representando un bloque alternativo y Argentina no pare su ridículo péndulo, nuestro sub-continente no podrá consolidar la credibilidad que ha ganado durante los últimos 20 años.
            Las recientes elecciones en Colombia y las futuras en Brasil y Perú serán señales positivas que tendrán una gran influencia estabilizadora en la región.
            Todas las estadísticas muestran que, pese a nuevas señales recesivas en los EE.UU y Europa, el comportamiento productivo y comercial sudamericano sigue siendo promisorio. La demanda china y la más novedosa India, sumada  a la firme reactivación brasilera, generan un cuadro más que optimista para los próximos años.
            El ex – presidente Kirchner será mediador entre Colombia y Venezuela. No existe la equidistancia, salvo que haya una gestión conjunta argentina, brasilera y, eventualmente chilena. Este ABC actuante, si lo hace exitosamente e impulsa un monitoreo conjunto de la frontera colombiana-venezolana, puede generar condiciones muy interesantes de creciente credibilidad. Puede ser también un pasaporte de Chávez y Kirchner para salir de su actual aislamiento y mejorar sus pretensiones de perpetuarse en el poder. Si el resultado es la paz, siempre será bueno y, finalmente, serán los pueblos quienes emitan su veredicto definitivo a través de las urnas.
            Lo importante es que Sudamérica es un pujante territorio de paz, sin peligro nuclear, con grandes recursos naturales y crecientes recursos humanos de alta capacitación.
            Si trabajamos bien esta segunda década, la tercera será la “década sudamericana” y habremos podido erradicar la pobreza, el analfabetismo y la inestabilidad crónica.
            Sólo 20 años nos separan de tan ambicioso objetivo. Manos a la obra.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

lunes, 26 de julio de 2010

Construyamos el Partido 10 (26-7-2010)

Asoma el Post-Peronismo

            El Peronismo disidente (o federal) ha decidido hacer una interna independiente a la planteada por los KK dentro del Partido Justicialista.
            Desde siempre el PRO viene planteando su vocación frentista producto de su concepción ideológica pero también consciente  de la debilidad de nuestra estructura nacional propia. Recordemos que el PRO está todavía atravesando su etapa fundacional.
            PRO, con Mauricio Macri a la cabeza, debe proponer a los más importantes referentes del P.F. – Duhalde, Rodriguez Saá, De Narváez, Solá, Reuteman,  Puerta y Romero – la realización de un debate programático que permita establecer la plataforma de coincidencias que facilite la elaboración de un programa común.
            De realizarse exitosamente ese acercamiento, estarán dadas las condiciones para que participen Partidos y candidatos – incluyendo al PRO y a Mauricio Macri- que quieran competir por la Presidencia de la República dentro de una misma interna ampliada bajo el “principio de unidad” en el acatamiento a su resultado.

 Antecedentes
         
         “Compromiso para el Cambio” se transformó en Propuesta Republicana (PRO) con el aporte de “Recrear” y de militantes independientes más aquellos que se sumaron desde el Peronismo, el radicalismo, la Democracia Cristiana, el liberalismo y el conservadurismo.
            Luego se constituyó Unión-PRO con Unión Celeste y Blanca (Francisco de Narváez) y el sector liderado por Felipe Solá del Peronismo bonaerense. Así se ganaron las elecciones del 28 de junio del 2009 en la Provincia de Buenos Aires. El derrotado fue directamente Néstor Kirchner y el sector que hoy queda como controlante pleno del Partido Justicialista.
            Ahora debemos dar un paso más en la tarea de construir una fuerza humanista de centro capaz de organizarse en todo el país desde la participación masiva de hombres y mujeres – en su mayoría hoy independientes- que tienen puestas sus expectativas en la capacidad organizativa y movilizadora de este espacio.

La tarea de PRO debe continuar
           
           El compartir un espacio electoral no debe interrumpir nuestra constitución autónoma.
            El Peronismo Federal – en sus diferentes agrupaciones – hará lo que considere necesario en el camino de la supuesta “recuperación del PJ”.
            Esto ya ocurrió en 1985 con la creación de la “Renovación Peronista” – encabezada por Antonio Cafiero – apartándose del PJ controlado por Herminio Iglesias y Lorenzo Miguel.
            Continuar con las definiciones movimientistas – negar la necesidad de construcción de un partido -, insistir con un pragmatismo a-ideológico, mantener la confusión entre organización sindical y política, persistir en ignorar las instituciones y resistirse a combatir frontalmente la corrupción y el autoritarismo, han impedido al Peronismo su definitiva transformación en uno de los pilares de nuestro sistema constitucional. Por el contrario, continuar con la misma concepción, se ha transformado en una permanente impedimento para alcanzar la estabilidad y provocar la imprescindible confiabilidad interna y externa.
            El desafío de convivir con otros es siempre estresante y peligroso, pero la construcción política es siempre una tarea compartida y riesgosa que debe estimular nuestra capacidad de madurar y alcanzar nuestra propia personalidad.

El debate ideológico
           
          Si no queremos debatir ideología, esto es una buena oportunidad para hacernos “mecánicamente” peronistas y sumarnos a un proceso que tiene su propia dinámica (a mi juicio, en el final de su vigencia histórica).
           Lo nuevo no puede adolecer de ideología. Tiene que sintetizar una nueva percepción de la realidad pero basada en la experiencia histórica de nuestro país y el marco regional y universal que la encuadra.
            No alcanza con una vaga referencia frondizista de un episodio circunstancial  que ocurrió hace 50 años y que, además, fracasó  justamente por la imposibilidad de ejecutar ideas correctas sin construir las bases de apoyo político, social y económico que lo sustenten.

Nuestros objetivos son generacionales
           
          Esto implica que tenemos 20 años por delante y que reconocemos el rol fundamental de los más jóvenes ya que ellos serán destinatarios y artífices de los grandes cambios que aspiramos fundar y apuntalar durante la próxima década.
            Al margen de nuestras aspiraciones personales, los que tenemos más de 50 años y hemos sido responsables, por acción u omisión, de los errores cometidos desde la restauración democrática, debemos aportar nuestra experiencia para que tales errores no se repitan.
            Los más jóvenes – y los veteranos tardíos en el arte de la política – deben ser los más atentos para evitar “el canto de las sirenas” que los confundan en diferenciar lo importante de lo inmediato y lo sustancial de lo superfluo. Esto no debe impedir la toma de decisiones prácticas que nos permitan avanzar en el camino correcto. Si queremos captar a los jóvenes – profesionales, obreros, empresarios, agricultores – es bueno que utilicemos las herramientas de comunicación de última generación pero debemos llenarlas de contenido y audacia.
            Las “revoluciones” reales – es decir los cambios que se sostienen en el tiempo – necesitan líderes patriotas y desinteresados capaces de entregar sus vidas a causas superiores. El protagonismo y/o la ambición personal son motores válidos siempre que estén puestos a disposición de valores que superan lo meramente personal o grupal.
            Un “partido para sí” es una banda de delincuentes. Por eso construir un verdadero partido es una obra “para los otros”, es una gesta noble y altruista.


La coyuntura del todo o nada
           
           La actual ofensiva contra el Presidente de PRO – en esta etapa fundacional – pone a prueba nuestras mejores intenciones. En el “ganar” o “perder” no se juega una candidatura personal, sino la posibilidad de iniciar un proceso vital para nuestra nación.
            Es una batalla, pero también un aprendizaje. Las instituciones que defendemos son el “territorio del conflicto”. Desde ellas construiremos el triunfo o morderemos el polvo de la derrota.
            “Vencer” es cumplir nuestro mandato histórico, si es cierto que tenemos y representamos uno.
            En los próximos meses descubriremos nuestra propia naturaleza.
            Ha llegado la hora de la militancia.

Diego R. Guelar


viernes, 16 de julio de 2010

Construyamos el Partido 9 (16-7-2010)

Afiliar y competir

            Hoy más que nunca, frente al acosamiento que sufre el Presidente de nuestro Partido, debemos hacer el mayor esfuerzo para constituir el colectivo que nos permita representar a un importante sector de nuestra población.
            En Construyamos el Partido 7” pasamos revista a los 12 elementos constitutivos de cualquier partido de todo el mundo.
            Sin embargo, hay dos requisitos prácticos esenciales para que un colectivo político se constituya en “Partido”:
a)    La afiliación
b)    Las internas
La afiliación:
            El “ser miembro de” es más que un requisito formal. No es solamente, según nuestra legislación, el llenar una ficha personal (con cuatro copias), tener un número y una credencial que lo acredita.
            Es también el gozar de ciertos derechos y cumplir con algunas obligaciones.
Los derechos fundamentales son:
a)    Participar en forma directa o indirecta de la aprobación del programa de actividades del partido y de la propuesta programática electoral que se formule
b)    Elegir y/o ser elegido en las listas de las autoridades partidarias y las listas de candidatos para los cargos electivos.

Las obligaciones principales son:

a)    Aportar una cuota anual pecuniaria para la manutención del Partido
b)    Expresar activamente las opiniones personales para garantizar la representatividad de aquellos que ejerzan los cargos partidarios y/o los cargos electivos. Participar en la “conformación del mandato” es central para la vida interna del Partido.
c)    Conciliar la “disciplina partidaria” con la “independencia y libertad de opinión”, indispensable requisito para evitar la burocratización o estancamiento del colectivo.
            Cabe notar que estos requisitos son equivalentes a los que exige cualquier sociedad comercial por acciones, club deportivo o asociación civil sin fines de lucro.
            En el caso del partido político, estamos frente a la única “ONG” de nivel “constitucional” (cualquier otra puede constituirse por ejercicio de los derechos de libre asociación) porque es el instrumento vehiculizador de la “Representación Sistémica” – pilar fundamental del Sistema Representativo, Republicano y Federal.
            La tan mentada “Crisis de los Partidos Políticos” no cuestiona su existencia, sino que plantea la permanente necesidad de modernizar y perfeccionar sus mecanismos de comunicación y representación.
            Es así como las tendencias a descalificar la organización partidaria para sustituirla por la mera comunicación de masas y/o electrónica, es una nueva versión de las viejas oligarquías y elites conservadoras que se arrogan el derecho de “interpretar a las masas” desde un liderazgo mesiánico o gestionador que niega los elementos culturales e históricos de una comunidad que ha tardado cientos de años en conformarse.
            Estas supuestas dirigencias aparecen de tanto en tanto como expresión de una pretendida “lucidez” mezclada con cierto hastío de la gente hacia las estructuras tradicionales.
            El desafío de los partidos es incorporar los medios electrónicos (e-mails, Facebook, Twitter) para divulgar su mensaje y actualizarlo para seguir conectando con sus afiliados, adherentes y simpatizantes.
            Es decir, no hay que confundir el rechazo de los otros con la adhesión a uno. La volatilidad de la opinión pública no siempre refleja lo que quiere pero recepta con claridad lo que no quiere.
            Por eso, construir el partido propio es la única decisión estratégica de largo plazo.
            Conforme al fallo Nº 4322/2010 de la Cámara Nacional Electoral del pasado 20 de mayo, “los partidos políticos deben adoptar las medidas necesarias tendientes a sincerar el estado de las afiliaciones con las garantías correspondientes”.
            El PRO es continuador de las afiliaciones de “Compromiso para el Cambio” más los resultantes de su fusión con Recrear.
            Es imperioso que PRO proceda a hacer ratificar las afiliaciones de su padrón original más los cambios y agregados bajo riesgo de perder su condición de partido político.

¿Partido de cuadros o Partido de masas?:
            Esta disyuntiva ha sido permanente pregunta desde Lenin a Roosvelt.
            Un partido pequeño NO es un partido de cuadros porque el “cuadro político” es aquel que expresa un pensamiento colectivo – del cual se nutre – y lo transforma en representación operativa y profesional competente.
            El cuadro político es el emergente de un partido importante en número y calidad. El Partido Justicialista llegó a cuatro millones y medio de afiliados y el Radicalismo a tres. De su seno salieron importantes dirigentes políticos que nutrieron la historia argentina. Pretender reemplazarlos no es tarea para improvisados ni para pusilánimes. La evolución exitosa o la sangrienta revolución necesaria para hacerlo requiere de disciplina, organización, creatividad, voluntad y esfuerzo que, sumados, constituyen una verdadera epopeya histórica.
            No alcanza con clichés publicitarios y guiones armados por asesores ingeniosos pero desarraigados del ser nacional.
            Los jóvenes son los más permeables para embanderarse  en las “nuevas causas” y en adoptar los instrumentos “a la moda”. Sean las armas (en los 70’s) o Facebook (en los 010’s). Pero los entusiasmos son un arma de doble filo: la decepción puede ser mayor que la expectativa inicial, especialmente si se pretenden sustituir contenidos ciertos por consignas oportunistas.
            La juventud es un importante estadio del desarrollo político. Son pocos los que pueden alcanzar niveles de compromiso serios sino se comprometieron políticamente entre los 18 y los 25 años. El hacerlo no es una garantía, pero del semillero de muchos miles de militantes juveniles saldrán los cuadros del futuro.

Las internas:
            La afiliación se alimenta de la competencia interna dentro de cada partido. El debate partidario no es solamente ideológico o teórico. Por el contrario, es centralmente pragmático y ligado a las aspiraciones personales de poder. Esta pugna adquiere características significativas cuando se relaciona con temas que le importan a la gente y motoriza la movilización popular.
            Así lo hicieron Menem (1989) y Alfonsín (1983) al protagonizarlas últimas grandes internas partidarias. Después, nadie les ganó a Menem ni a Alfonsín una interna. Así los partidos quedaron congelados sin producirse una verdadera renovación.
            El pasado domingo 16 de mayo se produjeron las internas del Partido Radical en la Capital Federal. ¡Votaron 5.500 afiliados! (distribuidos en 5 listas).
            Para agravar este cuadro de situación, la mayoría de la opinión pública desprecia a los partidos y sus internas no asociándolos de ninguna forma al bienestar general.
            Debemos persistir. Si no logramos comprometer a los ciudadanos no podremos romper esta tendencia despolitizante.
            Por eso debemos lanzar una campaña que diga: “La ola amarilla son ustedes: afíliate”. Debemos afiliar en 120 días 100.000 nuevos afiliados entre la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal para aceitar nuestra capacidad de movilización y contrarrestar la embestida del gobierno (procesamiento de Mauricio Macri).

Kirchner o Macri:
            Ningún enfrentamiento entre el gobierno y la oposición ha alcanzado la virulencia que hoy expresa el ataque judicial sobre nuestro presidente.
            Hoy debemos ser nosotros mismos los que debemos exigir que la investigación “llegue hasta el hueso” y destape la política oficial de espiar a los opositores, empresarios y hombres y mujeres de la cultura como forma de intimidación pública.
           Así esta causa será un verdadero “boomerang” que se revertirá contra el gobierno y sus máximos dirigentes.
            Podemos convertir esta ofensiva contra PRO en el lanzamiento de una propuesta superadora y ganadora.
            No hay dirigente histórico que no haya tenido que sufrir estos embates – y otros mucho peores - .
            El tiempo nos dará la razón si la razón orienta nuestra conducta e ilumina nuestro accionar.
            Yrigoyen sufrió proscripción y cárcel; Perón 18 años de exilio; Alfonsín un largo destierro interior hasta poco tiempo antes de su muerte. Las causas justas tienen más garantizado en el corto plazo el castigo y el agravio que el premio y el elogio.
            No estamos solos en esta tarea. Otros lo están haciendo exitosamente: Los Radicales y los Socialistas.
            Los Peronistas Disidentes están buscando su identidad y liderazgo.
             PRO tiene su lugar y su oportunidad de hacer Historia.

Diego R. Guelar



miércoles, 7 de julio de 2010

Cómo se defiende la soberanía

            Desde 1648 – Tratado de Westfalia (fin de la guerra civil de 30 años en Alemania y la de los 80 años entre España y los Países Bajos)- una serie de requisitos simbolizaron el proceso de construcción de las naciones. Dos de ellos fueron el de “soberanía territorial” y el de “igualdad entre Estados independientes”.
            Así se desencadenaron muchas otras guerras para definir fronteras y englobar nacionalidades  bajo un solo Estado Nacional (casi todas las Naciones Europeas tienen en su territorio distintos grupos nacionales con sus idiomas distintivos). Para fines del siglo XX, la inmensa mayoría de las fronteras estaban debidamente demarcadas y pacíficamente aceptadas. También había madurado un proceso de “integración regional” cuya avanzada es precisamente el continente que “inventó” las naciones -la Unión europea- por el cual se vienen redefiniendo el significado de los poderes nacionales y su transferencia a instancias supra-nacionales.
            Pero hasta en los esquemas más avanzados europeos, subsiste una función nacional de monitoreo y control de las fronteras terrestres, aéreas, marítimas y/o fluviales por parte de las gendarmerías y prefecturas y, eventualmente, de las fuerzas armadas nacionales.
            En la República Argentina, desde la célebre bandera negra de Facundo Quiroga con la consigna “Religión o muerte” en plena guerra civil, muchas fueron las formas que se adoptaron para representar el anhelo de soberanía nacional.
            Después de la declaración de nuestra independencia, tuvimos hasta 1880 un permanente estado de guerra civil al que sucedería otro período de cruentos enfrentamientos para alcanzar un régimen electoral no restrictivo que culminaría en 1916 con la elección de H. Yrigoyen como presidente de la República.
            Pero en 1930 comenzaría un nuevo ciclo de turbulencias con reiteradas interrupciones al orden constitucional hasta la última y fracasada asonada del 3 de diciembre de 1990.
            Vivimos, entonces, los primeros 20 años de continuidad democrática sin amenaza golpista.
            Sin embargo, en todos estos períodos hemos discutido el sentido de la nacionalidad y hemos oscilado entre propuestas antagónicas identificando reiteradamente a una parcialidad con los intereses nacionales.
            Mientras tanto, nuestros vecinos han logrado sintetizar su “proyecto nacional” como plural y complejo en lo ideológico, concretando medidas para hacerlo efectivo con mecanismos legislativos y técnicos que materializaran el logro de un Estado – País – Nación plenamente en control de sus recursos humanos y materiales. Ellos (Chile, Uruguay y Brasil) han conciliado los intereses transnacionales y los nacionales haciendo que estos factores convivan con el respeto al Estado de Derecho.
            Nosotros, en cambio, hemos perdido mucho esfuerzo y tiempo en debates estériles y obsoletos mientras renunciábamos a controlar efectivamente nuestras fronteras nacionales.
            Así hemos hecho fracasar reiteradamente los proyectos de radarización del espacio aéreo (el primero tardíamente concretado y frustrado en 1999, el último, la semana pasada). Los aviones que entran y salen de nuestro territorio son los encargados de avisar a las torres de control su cercanía y solicitar su autorización para decolar o aterrizar. Sólo con evitar hacerlo, pueden transitar con absoluta libertad. Toneladas de armas, narcóticos vegetales y sintéticos, cigarrillos, bebidas blancas, aparatos electrónicos y otros burlan de esta manera los controles fronterizos y aduaneros sin mayor problema.
            El mismo panorama ocurre con la plataforma submarina. En 1995 la Unión Europea nos ofreció fondos no reembolsables (léase donaciones) para equipar nuestra flota pesquera con las “cajas negras” que permiten controlar satelitalmente la ubicación y tiempo de las campañas pesqueras. Conociendo la capacidad de faena de cada buque, es imposible eludir el control pudiéndose así evitar la depredación de uno de los últimos grandes caladeros del planeta. Las merluzas que pescamos ya tienen la mitad del tamaño adulto recomendado (es decir, son especímenes muy jóvenes).
            El Secretario de Pesca de ese entonces rechazó el ofrecimiento. Nada se hizo de ahí en adelante.
           La falta de inversión en la prospección petrolífera y gasífera ha facilitado la actual iniciativa de compañías británicas en aguas circundantes a nuestras Islas Malvinas.
            Hasta en el caso de los reservorios de gas y petróleo de las provincias de Santa Cruz y Chubut, se ha verificado últimamente la concesión de áreas por más de 30 años a precios devaluados contratados durante el período de precios más deprimidos (2008-2009).
            Sintetizando, mientras batimos los parches y nos envolvemos con pitos y matracas en banderas argentinas, enajenamos a título gratuito los recursos naturales y/o favorecemos a los “amigos del poder” con acciones y/u omisiones que costarán fortunas a las generaciones por venir.
            La honestidad y el sentido común son los instrumentos centrales de la defensa de la soberanía territorial y popular. Nuestra mejor contribución a la integración regional es una sensata administración de nuestros recursos. Sólo así podremos sentarnos en un pie de igualdad con nuestros vecinos y socios que han sabido obrar “soberanamente”.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO