jueves, 31 de diciembre de 2009

Boletín Internacional Informativo - PRO

Diciembre 2009
¿Cisne negro o Casandra?

            Desde la fatídica caída de Lehman Brothers hace 15 meses, el mundo padeció la peor crisis económica de los últimos 80 años.
            Las dos explicaciones centrales del fenómeno son:
1) Fue como el “Cisne Negro” (según el libro de Nassim Taleb), un fenómeno inesperado, impredecible y fuera de toda normalidad, o
2) igual que las profecías de Casandra, (sacerdotisa de Apolo a quien el Dios le otorga la facultad de predecir el futuro pero ella, ligerita de cascos, engaña a Apolo y el le convierte ese privilegio en una maldición: sus profecías serían ciertas pero nadie se las creería) Algunos economistas lúcidos advirtieron sobre el peligro de la creación  escandalosa de instrumentos financieros sin su correlato con la economía  real y su inevitable crack, pero nadie les creyó.
            Finalmente, fueron las mismas causas que generaron el mayor boom económico desde la post-guerra las que desencadenaron su abrupto fin: el mundo unipolar cuyos agentes económicos llevaron a la práctica la misma omnipotencia con que George W. Bush desató guerras innecesarias y desconoció la Corte Penal Internacional y los acuerdos medioambientales de Kioto. Así no sólo se perdieron la mitad de los activos financieros del mundo, sino que se puso en peligro la supervivencia misma del planeta y se condenó a muchísimos seres humanos a la muerte por hambrunas y terrorismos.
            Todos queremos ver en el próximo 2010 la superación de una era marcada por el abuso de las desigualdades.
            La aprobación de la reforma sanitaria en los EEUU, los acuerdos en materia de desarme entre EEUU y Rusia, la consagración de India, China y Brasil como motores universales del desarrollo y la insuficiente cumbre de Copenhague, dejan abierta una agenda más que voluminosa de desafíos que incluyen la paz en medio Oriente y el fin de las guerras en Afganistán y en Irak. La peligrosidad del manejo de la energía atómica en Pakistán, Corea del Norte e Irán es también parte del escenario crítico del año entrante.
            El G-20 será el nuevo ámbito ejecutivo del planeta y el mayor impulsor de los cambios que tendrán que producirse en el sistema financiero mundial, el medio ambiente y la distribución de la riqueza.
            En la región, Brasil consolidó su liderazgo, y tendrá por delante el desafío de conducir la creación de un esquema sudamericano viable que encuadre a Venezuela, Ecuador, Bolivia y Paraguay en un sistema plural pero de valores sustanciales compartidos.
            Las vías centro-izquierdistas y centro-derechistas serán bienvenidas – las otras, las extremas y excluyentes, deberán desaparecer o cambiar.
            Argentina tiene hoy una sola opción posible: seguir el camino de nuestros vecinos Chile, Brasil y Uruguay que nos están esperando con los brazos abiertos. Las opciones del pasado y las absurdas pretensiones de acumulación matrimonial del poder, serán historia antigua en el corto plazo.
         Una Argentina productiva, socialmente justa, integrada a sus vecinos y respetada en todo el mundo está asomando de la mano de la madurez de una ciudadanía que rechaza el populismo, la corrupción y la violencia.
            “El año del Bicentenario” será nuestro año.
            PRO les desea Felices Fiestas.


Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

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