lunes, 27 de diciembre de 2010

Construyamos el Partido-31 (27-12-10)

Lanzamiento de la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde

El pasado 20 de diciembre, el ex–presidente Eduardo Duhalde lanzó su pre–candidatura presidencial por el llamado Peronismo Federal.
Otros, con menos chance, y desde el mismo espacio, aspiran a lo mismo aunque todavía no lo han formalizado.
Eduardo Duhalde fue todo lo que puede aspirar un político. Concejal, Intendente, Diputado, Senador, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Vice-presidente  y Presidente de la Nación. Fue también el fundador de la UNASUR y el Secretario Ejecutivo del Mercosur. Semejante trayectoria no es casual y expresa un largo camino recorrido donde el sentido común, la ponderación y una amplia visión de la crisis que atraviesa la Argentina durante los últimos 50 años. Alguien que ha sobrevivido a las últimas 2 dictaduras militares (1966-1973 y 1976-1983). A los enfrentamientos entre la extrema izquierda y la extrema derecha de los 70’s, la transición política en los 80’s, la década menemista de los 90’s, la crisis del 2001-2002 (que lo tuvo como principal protagonista) y el octanato kirchnerista, es, en sí mismo, una suerte de “milagro argentino”.
Por supuesto, no son pocos los que piensan que el ex presidente tiene los dos pies puestos en el pasado (horrible para unos, muy positivo para otros).
La opinión pública mayoritaria tiende a identificar a Eduardo Duhalde con Mauricio Macri, entendiendo la complementariedad generacional, programática e ideológica entre ambos referentes.
El oficialismo kirchnerista tiende a asociarlos por “lo negativo”, acusándolos, absurdamente, de golpistas, ultra-derechistas y profetas de la represión social.
El resultado es que, por diversos motivos, ambos aparecen como los grandes candidatos para unificar un electorado que hoy carece de representación organizada.
El primer paso a alcanzar es formalizar el objetivo común de presentarse bajo una sola candidatura en octubre del 2011.
Para concretarlo, ambos deben fortalecer sus respectivas estructuras políticas nacionales y consensuar o dirimir en elecciones internas quién de los dos (o, eventualmente, los dos en la misma fórmula) deberán representar a quienes desde el Peronismo y fuera de él piensan y sueñan cosas similares.
El Kirchnerismo, más allá de su verano de “prestigiosa viudez”, está agotado.
La sociedad argentina quiere un nuevo esquema equilibrado entre una centro-izquierda y una centro–derecha democráticas, respetuosas de la ley y capaces de acordar políticas de estado tal como lo vienen haciendo en Brasil, Chile y Uruguay.
Están las propuestas y los líderes que representan ambos espectros y, más allá que se quiera disfrazar las diferencias ideológicas, éstas existen y es lógico y positivo que así sea.
El nuevo elemento es que, ambos, saben que tendrán que obedecer un claro mandato de la ciudadanía para alcanzar acuerdos que nos permitan canalizar las energías en la resolución de los problemas pendientes.
Hoy, como nunca, la idea de un “gobierno de Unidad Nacional” donde la oposición controle la ejecución de los puntos acordados en común y el ganador ejerza una presidencia por encima de los partidismos sectarios, es un consenso del 90% de los argentinos.
Cardozo y Lula en Brasil, Sanguinetti, Lacalle, Vázquez y Mujica en Uruguay, Alwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera en Chile, todos y cada uno de ellos nos han enseñado cómo se puede gobernar en coalición con absoluto respeto y participación de las minorías.
Nuestros aliados y amigos en el mundo, que son afortunadamente muchos en Oriente y Occidente, esperan que seamos un actor importante en Naciones Unidas (presidimos el Grupo de los 77), en el Grupo de los 20, en UNASUR y Mercosur, en el Tratado Antártico, en el Club Nuclear, en cuestiones medioambientales y en todos los foros bilaterales y multilaterales donde hemos aportado mucho a la convivencia y a la gobernabilidad planetaria.
Duhalde y Macri (el PRO y el Peronismo Federal), por un lado, y Alfonsín y Binner (la UCR y el Socialismo) por el otro, tienen una responsabilidad central para hacer posibles estos objetivos.
Espero que no nos defrauden.
Que el año 2011 nos encuentre unidos en la diversidad y listas para contribuir en paz a nuestro desarrollo con justicia social.
Que Dios nos ilumine a todos.

Diego R. Guelar

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