miércoles, 23 de febrero de 2011

“A 30 años del Tejerazo”


El 23 de febrero de 1981, el Coronel Antonio Tejero irrumpió con su unidad de la guardia civil en el hemiciclo de las cortes españolas.
La transición española había comenzado el 20 de noviembre de 1975 con la muerte de Francisco Franco (aunque ya durante los últimos 10 años el régimen se había ido convirtiendo en una “dictablanda”).
Las primeras elecciones democráticas se celebraron el 15 de junio de 1977 y la Constitución española fue aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
Tres largos años tuvieron que pasar entre la muerte de Franco y la definitiva normalización de la vida institucional española.
La habilidad del Rey Juan Carlos, la sagacidad de su Primer Ministro – Adolfo Suárez y la capacidad de una docena de interlocutores del sistema político – Felipe González, Manuel Fraga Iribarne, Josep Tarradellas y Santiago Carrillo - , entre los más notables, hicieron posible que esos primeros 5 años fueran transitables.
Pero fueron los Pactos de la Moncloa (uno político y el otro económico) suscriptos el 27 de octubre de 1977 los que estabilizaron un periodo de alta fragilidad e incertidumbre.
Es bueno recordar los aspectos más salientes de estos pactos para entender cuan precaria fue esta transición entre 1975 y 1981.
Los acuerdos económicos consistieron en:
1)     Aceptar el despido libre hasta el 5% de la plantilla de personal de las empresas privadas,
2)    No incrementar salarios en más del 22%
3)    Se devaluó la peseta (en concordancia con la inflación y los aumentos salariales)
4)    Se reformó el sistema tributario

En lo político:
1)    Se eliminó la censura de la prensa
2)    Se abrió la información del Estado a la oposición
3)    Se aprobaron los derechos de reunión y asociación política
4)    Se incluyó en el código penal el delito de tortura
5)    Se despenalizó el adulterio
6)    Se restringió la jurisdicción penal militar

El frustrado golpe de estado del 23 de febrero marcó el fin de la transición española que se coronaría con el acceso al poder del PSOE en 1982 y la inclusión de España en la Comunidad Económica Europea y la OTAN.
Algunas voces han reiterado la necesidad de que los argentinos lleguemos a acuerdos similares a los que los españoles alcanzaron en esos difíciles momentos.
El contenido de los mismos muestra que existe una distancia enorme entre esa circunstancia histórica y la actual situación argentina. Nosotros tenemos plena normalidad institucional, división de poderes, ley de partidos políticos, independencia del Banco Central y absoluta sujeción del poder militar a la autoridad civil.
La mayor enseñanza que nos deja el proceso español pasa por la reconstrucción de los partidos políticos.
Así se verifican hoy 2 grandes partidos nacionales: uno por centro–izquierda – el PSOE y otro por centro-derecha – el PP – con el acompañamiento de algunos partidos regionalistas.
España es un claro ejemplo de la posibilidad de fracturarse y enfrentarse en forma muy sangrienta (guerra civil con un millón de muertos) por extremar sus diferencias ideológicas.
Su correctivo no es ignorar las ideologías, sino practicarlas con un espíritu moderado y dialogante que permita la convivencia y la alternancia basadas en el respeto de los mismos valores fundamentales.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO

No hay comentarios:

Publicar un comentario